No
creo sorprender a nadie si escribo que tengo más genio que ingenio.
Aunque sí que me pasma la cantidad de féminas —como las
cuatrillizas Tú, Te, Ti y Contigo—
que
me consideráis genial para pasar un rato;
pero afirmáis que os ato si me quedo a vuestro
lado más allá de la duración del espasmo compartido. Y mi pasmo se
convierte en herida cuando Tú me
desluces como ingenuo, sólo por pretender que de nuestro roce nazca
el cariño y no ese niño al que creo oír gatear cuando me
hablas de tu reloj biológico y yo pienso en lo ilógico de tu
plantearse ser tres con quien no sientes como tu dos.
Quizá
te estás preguntando para qué te escribo en este blog no no lees.
Sabes de sobra la respuesta, tu mirada me la guiña cuando te me
acercas: a tu lado puedo ser muchas cosas, pero no un orador. Todo mi
hablar se convierte en un desatino cuando a tu escote me
avecino, Sidonie.
Pero
créeme, no es por exceso de lujuria ni por falta de sujeción, sino que por mera
curiosidad mezcla de natural y de naturista, el que me empeñe en
descubrir si bajo tus desnudas colinas late un corazón que, entre
sístole y diástole, tiene tiempo para sentir una vez acabado el
gemir.
No
sé cómo me iría de geólogo; pero lo que es como cardiólogo, no
tengo arreglo. Siempre doy con alguna grieta emocional que durante
mis prospecciones se convierte en falla, y por ella me despeño hasta
el valle de tu falda.
La
misma curiosidad que mató al gato, hipsofacta a este pazguato. La
misma vieja historia que —como en aquella canción de Roxy—
me hace buscar en ti lo que nunca tendrás, es la que vuelve a sonar
cada vez que escucho tu risa en otra boca. Hace un rato creí
volverla a oír en voz de la brisa, mientras intentaba trazar tu
silueta con líneas sobre la mar, Sidonie.
Hoy vuelas por el aire en algo tan metáforo como brillante
ResponderEliminarTe pusiste las alas para remontarte y quizás volver
gracias por compartir la riqueza de tus letras
un abrazo con sentir
Buenas tardes, Mucha:
EliminarAnte todo las gracias te las debo dar a ti, ya que lo que escribo son palabras en negro que cobran brillo con la luz de tu mirada.
Quizá los pájaros aniden en mi cabeza, pero tengo claro que las alas están en mi corazón. Vuelo más suelto al escribir sobre lo que siento que sobre lo que pienso, pues me alejo de la gravedad del raciocinio y me acerco a lo etéreo de la emoción.
Muchas veces temo que mi volar caprichoso es también solitario, no sabes cómo me ilusiona el que con tus (vuestros) comentarios me demostréis el que estoy equivocado cuando creo que sólo escribo para mí.
Me siento rico, incluso millonario, en ilusiones al leer tus (vuestras) letras enriquecedoras, Mucha.
Un cálido abrazo.
Naciste poeta. La magia ha dejado algo especial en vos
EliminarSos claro de frente auténtico y eso vale mucho
gracias por la gentileza de tus comentarios aunque muchas veces extraño
AL DOCTOR ¿Donde lo dejaste? Era tan sensualmente serio
Buenas tardes, Mucha:
EliminarDisculpa mis prisas, pero te estoy escribiendo desde ordenador ajeno a mitad de una velada placentera en la que he estado charlando sobre mi novela y, por primera vez, se me ha pedido que lea parte de mi próximo libro, por lo que he accedido a Internet para descargarlo desde mi correo.
Vuelvo a recalcarte que la gentileza y la magia están en ti, tanto en tu mente y corazón como en tus generosas palabras. Aunque, no voy a negar que me gusta leerme en esas palabras, pues confío en llegar algún día a convertirme en reflejo de lo que sientes al leerme.
El Doctor lleva una larga temporada viviendo en Cordura, quizá va siendo hora de que le haga una visita. Puedes estar segura de que se siente honrado de saber que lo guardas en tu recuerdo.
Feliz fin de semana, Mucha.
Me ha gustado mucho tu manera de escribir, aunque hay partes que sonaron muy naturales y otras algo forzadas, como si buscaras la rima. Aun así se nota que escribes (y describes) con sentimiento, y eso es algo que cala hondo.
ResponderEliminarAquí tienes una nueva seguidora. Espero que también te pases por mi blog y así podamos leernos a partir de ahora.
Un saludo!
Buenos días, Meg:
EliminarGracias por tu comentario lector y por tus muestras de aprecio.
Sí, hay una parte forzada en este texto que me temo puede llegar a ser amanerada; con ese recurso al ripio fácil busco realizar un reflejo de cómo me siento ante mis actos previsibles. Ese “mucho” que a ti te gusta, a mí me alegra al leer tus palabras que reflejan una lectura tan atenta como sentida.
Soy un escritor muy irregular y un bloguero demasiado eremita, aunque confío en superar mis limitaciones.
En cuanto acabe de leer/contestar a vuestros comentarios, me pasaré por tu blog.
Gracias por venir y enloquecer, Meg.
Un estilo surrealista, podría ser mi comentario. Me da la la impresión de que se trata de una asimetria emocional, no hallar las emociones deseables de esperar, en una mujer que las provoca. Y que es idealizable, basandose en la imagen que elegiste. Y en el nombre tan especial que le atribuis.
ResponderEliminarSaludos.
Buenas tardes, Demiurgo:
EliminarQuizá mi estilo surrealista se deba a lo absurdo de mi sentimiento, aunque quizá en los asuntos del corazón sea mejor que lata la anarquía a que lo haga la taquicardia.
Me parece perfecta esa definición de “asimetría emocional” para definir esta pasión descompensada; lo curioso, por no escribir “lo preocupante” es que algunos de esos rasgos asimétricos son viejos conocidos, por lo que forman parte de mí y no de mis acompañantes,
Hay nombres de pila que sin ser vulgares sí que son impropios para ciertas personas; sin embargo el de “Sidonie” me parece tan sugerente como vacío, de ahí que lo encuentre apropiado para renombrar a mi no lectora.
Un fuerte abrazo, Demiurgo.
A mí siempre me sorprendes cuando te leo Nino, por tu originalidad, tienes una gran imaginación, eres muy creativo, no creo que sea la única.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un beso.
Buenas tardes, María:
EliminarLa sorpresa es mutua, ya que a mi también me sorprende hasta el estímulo el leerte, tanto aquí como en tu blog. Donde yo pongo imaginación, tú derrochas emoción, sentimiento y plasticidad; hasta el extremo de que el leerte me ha llevado a sensaciones que nunca habría imaginado.
Lamento mucho mi falta de asiduidad en tu (vuestros) blog(s), no se debe a ausencia de ganas, sino que a escasez de fuerzas. Por eso te agradezco el estímulo de tu compañía María pese a mi tozudez ermitaña.
El placer es recíproco, María.
Pensaba tenías alguna nueva publicación y que llegaba con retraso pero veo que no tienes tiempo para publicar, no te preocupes, Nino, aquí sigo pendiente, unas veces te leo desde el silencio, y otras dejando mis huellas.
EliminarAinsss me ha encantado lo que me has dicho de que leerme te ha llevado a sensaciones que nunca habrías imaginado, gracias por decírmelo, porque ¿sabes? me sirve de estímulo.
Un placer estar aquí de nuevo.
Muchos besos.
Buenos días, María:
EliminarGracias por tu interés lector y por tu generosidad comentadora,
Sigo teniendo problemas para acceder a Internet, de ahí que cuelgue textos tan ocasionalmente o que le haga con la opción para comentarios desactivada,
Me alegra el que mi comentario te haya resultado estimulante. Tienes una constante al escribir, una personalidad en tu personaje, que mantiene su fuerza en lo que escribes gracias a lo que sugieres al leerte. Si bien es cierto que cada lector pondrá una pizca o un mucho de su imaginación/sensibilidad, tus poemas logran alejarnos del aburrimiento y acercarnos al deseo.
Gracias, María.
Feliz lunes.
Muy buen relato Nino, nos llevas a parajes desconocidos. Me ha gustado. Un abrazo
ResponderEliminarBuenas tardes, Demian:
EliminarGracias de nuevo por tus renovadas palabras de ánimo.
Estos parajes que te resultan conocidos, son por suerte pasajeros para mí; sin embargo, siempre acabo volviendo a ellos y a bañarme en las aguas de la melancolía.
Feliz fin de semana, Demian.
Un abrazo.
Hola Nino :Una personita adorable me trajo una tarde lluviosa al pronunciar tu nombre con una sonrisa, y hoy por fin me decido a venir a tu casa.
ResponderEliminarCasual o sin ser casual este texto me toca ahí en lo hondo, más que leerlo , lo siento, lo vivo y a parte de lo que me hace sentir , me hace pensar ( y eso en mi es divagar... )
Son complicados los sentimientos, nosotros somos los complicados. En ocasiones hay un imán tan potente que a sabiendas de que nos arrastra al precipicio no nos alejamos lo suficiente, motivos? cada uno sabe el suyo, si lo sabe , tú seguro lo sabrás , ojalá sea así porque esa lucha interna a veces es dura , terriblemente dura , o tal vez es esa misma lucha la que nos hace sentir vivos
Un placer el haber pasado y más que disfrutado, haber sentido esa punzada o ese latido
EliminarBuenos días, MaRia:
Esa “personiliia adorable” es además generosa al dedicarme esas buenas palabras risueñas. No sé quién puede ser, pero dale mi más sincero agradecimiento por su aprecio.
Creo en las casualidades, no así en las coincidencias (encuentro en ellas un acto voluntario, ese proceso selectivo que hace que no demos/recibamos el mismo trato que otras personas) Por ejemplo: es una casualidad el que tú te sientas tocada en lo hondo por este texto, el que alguien que me lee se identifique con lo que escribo es una coincidencia que busco al compartir mis “enninaciones”.
Soy dado a las divagaciones en Internet, de hecho en eso consiste mi navegar por La Red en las pocas ocasiones en que lo hago con tiempo. Mi problema está en que, al escribir opiniones suelo basarlas en sentimientos y eso se traduce en digresiones. También en la vida fuera de las pantallas del ordenador soy de los que hablan y hablan cuando me siento estimulado, de ahí que hay quienes me encuentran entretenido o rollista.
No faltan quines aseguran que tengo de “empático” lo que de “melenudo”, desconozco los motivos ajenos por lo que ciertas personas nos imantan pese a saber que esa atracción generará una repulsión aún más fuerte. Bueno, si te escribo la verdad, suelo pensar que las personas actúan por estímulos muy parecidos a los míos, de ahí que creo que (dejando a un lado el masoquismo emocional) nos embarcamos en naufragios reincidentes llevados por un ímpetu de vencer al destino, de demostrarnos que somos capaces de adaptar la realidad a nuestro deseo; no tengo… No tengo ningún problema en admitir que en esas ocasiones hablo de “deseo”, cuando en realidad debería decir “capricho”.
Me alegra que hayas compartido tus punzadas o latidos.
Gracias por tu compañía, MaRía. Me gustaría que no fuera un acto efímero.
Feliz lunes.