Aquí estoy esperándote, Sidonie.
Sé que debería estar durmiendo,
pero llevo horas pegándome con un texto cuya escritura me llena de frustración.
Quizá lo que entiendo como decepcionante sirva para espabilar un sentimiento “avivante”: al igual que tu ausencia me
acerca a tu recuerdo, el premio a Bob
Dylan ha hecho que lleve días escuchando a Joaquin Sabina.
Ahora, ya de viejo, me refugio en
el recuerdo y temo que me domine la desmemoria resultante de esa vida en la que
no me acordaba de que existe un futuro.
Ahora
que tengo un alma que no tenía, escucho a ese Sabina que desoía de joven.
Ahora
llegan estas noches en las que me levanto impenitente de la cama compartida,
asegurándoles a mis insatisfechas que la próstata me molesta por la edad,
cuando la causa de mi mal dormir está en mi corazón, que protesta de su soledad.
Ahora
que me acuesto con otras, pero duermo sin ti, no sé soñar sin soñar contigo.
¿Tienes
pastillas para no soñar, Sidonie?
Pareciera que ten+es una musa,aunque ella no lo sepa.
ResponderEliminarY no aconsejo el dejar de soñar, sobre todo al soñar con una mujer.
Saludos
Buenas tardes, Demiurgo:
EliminarSí, digamos que llevo toda mi vida al vuelo de una musa tan esquiva como fiel.
Haré caso a tu consejo y seguiré soñando. Confío en que pronto mis despertares dejarán de ser tan contrariantes.
Un abrazo, Demiurgo.
Sigue soñando y escribiendo tus sueños, Nino
ResponderEliminarBuenas tardes, Ángela:
EliminarDream on! (Sigue soñando), me encantaba esa serie, al igual que me encanta tu consejo.
La ventaja de sonar despierto es que no caminas sonámbulo, sino que con los sentidos activados.
Un abrazo, Ángela.
Tu musa, tan esquiva como fiel te acompaña en cada palabra.
ResponderEliminarGracias por tu luz Nino, y gracias a ella.
Un abrazo
Buenas tardes, AtHeNeA:
EliminarGracias a ti, por tu compañía y por la luz que traes desde tu isla.
Un abrazo, AtHeNeA.
Opino lo mismo que Demiurgo, y me ha parecido un muy buen consejo el que te ha dado él.
ResponderEliminarBesos.
Buenas tardes, María:
EliminarCompartir opinión con el Demiurgo es todo un acierto, al igual que compartir este rato contigo es de lo más placentero.
Un abrazo, María.
Aquejado de males ya no perecederos, deja que ese corazón ignore a la próstata, que los sueños se amiguen con la razón y el día, que soñar despierto se decide y el soñar dormido no.
ResponderEliminar¡¡¡Un abrazo así de grande, monumental!!!
Buenas tardes, Verónica:
EliminarComo buen ignorante jactancioso, prefiero no saber aquello que me haría apóstata de mis pasiones. Lo que intento a posta es que mis días y mis noches me pillen en su paso acompañado por pieles suaves cual raso.
Genial, no se me ocurre otro adjetivo, para tu comentario y su cierre. Además de un ensoñador voluntarioso, lo soy dichoso en tu compañía.
Un abrazo, Verónica.
Así se sueña y así se ama a quien se lleva tatuado en el alma
ResponderEliminary no hay píldoras ni pastillas que sean antídoto o veneno
a veces, es sencillamente el verbo el que da calma
Un abrazo
Buenas tardes, MaRía:
EliminarEl amor me hace sentir como en un sueño, capaz de todo. Imagino que es lógico que mi mejor ensueño sea el de sentirme enamorado.
La condición de antídoto o veneno unas veces radica en la cantidad y otras en la calidad de lo sentido, pero puesto a morirme no quiero hacerlo de sobredosis de años, sino de amor.
Sí, la palabra calma: y más cuando verbaliza la complicidad que comparten tus palabras.
Gracias, MaRía.
Feliz tarde.