Todos sabemos que la Cultura
tiene un componente mágico.
Unas veces lo llamamos evocación,
otras empatía o simplemente simpatía.
Como suele ocurrir cuando
profundizas en lo que te hipnotiza, al convertirte en artífice del artefacto,
descubres que tras la palabra ARTE hay mucho artista de lo imposible que
–mientras a ti te conmina a hacer algo tan sencillo como trabajar por amor al
arte– realiza un acto filantrópico de transmutación, al aparentar su cuerpo
vivir lo mejor posible, mientras que su espíritu se sacrifica a frecuentar la
compañía de esa burguesía que tanto detesta.
Al final, la quijotada no es la
tuya –que tan sólo le restas horas al descanso para crear ilusiones que
compartir–. No, el sacrificio es el suyo que te da la oportunidad de permitirle
que se aproveche de ti, cuando hay tanta gente de la que se podría aprovechar.
Y si te quejas eres un egocéntrico, un resentido o un venyenloquecido.
Es curiosa la cantidad de
personas que se gana la vida representando a aquellos que denosta como
“mediocres”.
Es llamativo el silencio
mediático, cuando no la aprobación social, con el que estos pródigos con lo
público se enriquecen con lo ajeno.
Invoquémoslos como
representantes, marchantes u organizantes; el caso es que estos
prestidigitadores culturales logran el acto de magia definitivo, al distraer
nuestra atención con los oropeles de lo gratuito, para que no nos demos cuenta
de cómo se enriquecen con lo público. Y es que hay mucho Fagin fuera de las
páginas de Dickens.
Pero ante todo, ¿no habíamos
convenido en que el Arte tiene un componente mágico? Está claro, ese quinto
elemento que maravilla nuestro sexto sentido es que el Arte se hace solo.
Quizás por eso tras disfrutar de un cuadro, un artículo o una caricia, no podemos
evitar el comentar: ¡Esto lo hace cualquiera! ¡Hasta lo hago yo!
Esta introspección no la ha hecho
cualquiera, la hemos hecho tú y yo, amable leyente: yo he puesto la creación y
tú la recreación. Gracias por tu ayuda; sin tu aporte, este texto carecería de
contexto.
Nino Ortea. Gijón.
2023.
UN texto interesante, un revulsivo para detestar la falsedad de algún arte que se vende como tal. Por estos lares porque promovía que el arte a la calle, casi me lapidan. YO les recordaba el arte milenario en las paredes de las cavernas; en las antiguas plazas públicas y mercado ídem, como un espejo, y a los espejos no se les niega que nos reflejen el alma. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola, Carlos:
EliminarGracias por tu comentario. Imagino todos los problemas que tuviste a la hora de defender tu concepto del arte y sus manifestaciones. Y eso sufrido por alguien de tu más que demostrada valía; imagínate lo que conlleva para el resto de nosotros defender lo que opinamos desde el respeto. !Di que sí el arte a la calle, que los museos tienen mucho de mausoleos!
Los falsarios, como buenos vampiros, evitan los reflejos.
Un abrazo, querido Carlos .
Interesantes reflexiones con ironía, sobre esa sacrificada gente, que hace algo tan duro como ganar dinero a través del pasatiempo de otros.
ResponderEliminarBien planteado.
Hola, Demiurgo:
EliminarGracias por tu comentario compañero. La ironía que tú percibes, la mayoría la ignora; prefieren interpretar mis palabras, escritas o pronunciadas, como una muestra de mi soberbio engreimiento, al no aceptar que me den limosnas o lisonjas cuando me corresponde una remuneración y un reconocimiento.
Un abrazo, apreciado Demiurgo.
La verdad, tengo que reconocerte NINO que me he perdido, no sé si tu reproche va dirigido a los representantes de los artistas o a los agentes públicos que apropiándose del trabajo de artistas como tú, lo hacen suyo, sin si quiera agradecerte el esfuerzo de tu trabajo, suponiendo vives del aire o como a ti te gusta decir jaja por amor al arte. Sea como fuere,
ResponderEliminarlo que está claro es que tu escrito es un grito en defensa del ARTE con mayúsculas y que en su nombre, nadie se aproveche de nadie.
Mucho ánimo y un abrazo fortísimo!!!
Hola, María:
EliminarYa ves que situación más comprometida ha creado mi enninación entrometida: yo aquí celebrando que he salido del laberinto, mientras que mis palabras han construido otros para vuestra percepción. Torpeza constructora la mía y luego me las doy de arquitecto de mansiones expresivas.
Bueno, me dejaré de mansiones y construiré un minipiso:
Creo que la defensa de lo artístico y de los artistas, la defensa de las creaciones y de los creadores, es una casa común en la que todos podemos aportar nuestro ladrillo: bien para ayudar a construir, bien para lanzarlo al pillo que se aprovecha del creador ilusionadillo.
Un placer y un estímulo el leerte, aquí o allí, María.
Creo entender tu posición, siempre ganan los mismos. Besos. 😘
ResponderEliminarHola, comprensiva Maite:
EliminarSí, normalmente ganan los que menos arriesgan.
Un abrazo, Maite.
nino, me ha encantado. Lo vas a grabar en audio? Besos
ResponderEliminarHola, Ángela:
EliminarGracias por tu sugerencia. No lo voy a locutar a corto plazo, tengo perfilado más o menos lo que haré hasta pasada Semana Santa. Pero, tendré en cuenta tu encanto.
Un abrazo, Ángela.
Entonces somos complemento directo, amigo mío.
ResponderEliminarUna voz muy acertada la tuya. Mi admiración, como siempre.
Un abrazo muy grande y mi cariño 🤗💫
Hola, admirable Auroratris:
EliminarSí, compañera, los dos somos implementos en un mundo de suplementos; los dos domos voces activas en un coro perifrástico.
Un abrazo, Auroratris.
Me cuesta entenderte por tu acento
ResponderEliminarPero te entiendo cuando te leo
Saludos y suerte
No Eres El Tintero .Calmate tomate descanso y comienza
ResponderEliminarCómo vivir del arte, para aquellos que generando contenidos artísticos, se le cierra toda posibilidad de vivir de su arte. Supongo que estás reclamando esa posibilidad que a muchos se les niega, mientras otros, sin tener una pizca de arte especulan, plagian, roban desde subvenciones hasta las tretas más picarescas para vivir del "cuento", vistiéndolo de arte y a costa del sudor creativo de otros... ufff! Un debate interesante, y te entiendo. La verdad es que conozco más de un caso, tanto en un lado, como en otro. Pero da pena que gente valiosa y creativa no tenga posibilidad de vivir de lo que le gusta y sabe hacer bien. Esto les pasa a muchos pintores, escritores, escultores, dibujantes, ilustradores, traductores, músicos...
ResponderEliminarMe gusta tu valentía de afrontar estas cosas de forma abierta y con un cierto tono de humor, al estilo Nino y con esa metáfora audaz. Porque en verdad hay que creer en uno mismo y luchar por lo que merecemos, con la honestidad del buen trabajador. Por supuesto. Gracias por el debate abierto y todo el abanico de ideas que has dejado saltar.
Abrazos. Feliz semana, amigo. Que fluya el buen ánimo!
Mi querida Clarisa:
EliminarGracias por encontrar siempre un tiempo para compartir tus opiniones o reflexiones: y, sobre todo, para acercar tu amistad.
Si, en todos estos años que llevamos leyéndonos sabes bien de mi condición de calcetín impar, de la dificultad que tengo para encajar. Es evidente que en parte está dificultad nace en mis limitaciones sociales: no soy persona fácil, de ahí que mi personalidad creativa sea dificultosa. Aunque, curiosamente, ambas se sostengan en un sustento de esa libertad individual que todos decimos defender, pero que la mayoría inmola en su culto a intereses creados por otros que nunca son ellos. Ser serviles ante los poderosos los lleva a envilecer aquello que aseguran amar; pero, en esta sociedad en la que para medrar se necesita un padrino, ¿quién comete la vileza de rechazar una oferta de apadrinamiento?
Son varias las oportunidades que he tenido de entrar a formar parte de la industria cultual. Las trunqué. En su apadrinamiento vi un intento de apoderamiento; y si algo soy es muy mío. Soy de todos y no pertenezco a nadie.
Confío en que estéis bien. Y en que la semana os sea animosa.
La nuestra va bien. Gracias.