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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

lunes, 23 de septiembre de 2013

Gracias por tu visita, confío en que vuelvas pronto.



Bienvenido, puedes sentarte en esta mesa, si te gusta su disposición.
Aquí tienes el menú:

Todos aceptamos que disfrutar de obras culturales es alimentar el intelecto. Ese disfrute conlleva elegir si nos alimentamos por defecto –con la sosedad de lo natural– o por elección –con lo condimentado de lo artificioso–. En otros sitios web encontrarás los sustentos necesarios para una dieta cultural sana. Son lugares prestigiosos y lustrosos, cuyo menú diario se basa en un primer plato de información filtrada, un segundo plato de opinión velada y como postre una fruta de temporada –un día Bárcenas, otro Casillas, El Papa o El Papus–.

Aquí, amigo lector, te ofrezco una carta de entradas basadas en el artificio de la imaginación. A ti que te acabas de incorporar a Ven y enloquece, permíteme de entremés una sugerencia del chef: No creas lo que Nino escribe, sino lo que tú lees. Cada entrante, sesgado por mi intención, cobra un sabor diferente dependiendo de la boca que lo saboree. Éste es un menú a la carta de platos de capricho condimentados por el azar de la intención.
La especialidad de esta cocina son los postres, escasos de nutrientes y sobrados de edulcorantes; pero preparados con la intención de que resulten deliciosos en paladar ajeno, tras haberlos degustado en el propio. Los entrantes los puedes consumir cuando te apetece –de hecho algunos ganan consistencia con el tiempo o la relectura–, pero el chef aconseja que se degusten al poco de ser emplatados –basta con seguir este blog por correo electrónico o a su autor por Facebook, para saber su momento de elaboración–.


El cuándo disfrutas de Ven y enloquece queda a tu elección; pero permíteme que te aconseje sobre el cómo: hazlo sobre la generosidad del plato grande de una pantalla de ordenador y no desde la escasez del platillo de un dispositivo móvil. Así podrás disfrutar con la disposición y presentación de cada ingrediente.
Al igual que cuando disfrutamos en un restaurante de una tarta, no podemos evitar exclamar lo mucho que nos gusta y ofrecer a los demás que la prueben, te invito a que compartas con tus allegados la existencia de este blog y a que los invites a que nos visiten, si es que tu degustación te ha dejado buen sabor de boca.
Aquí siempre tendrás una mesa reservada a tu nombre.


Bienvenido a Ven y enloquece, gracias por tu visita.
chefNino.

2 comentarios:

  1. Se me ha convertido en gula lo de la libre interpretación.
    Con guindilla o sin ella, siempre sobresale el toque especial del chef que se reconoce y paladea por encima del resto de ingredientes.
    De acuerdo o no con tus opiniones, siempre tus exposiciones son especiales , Marcelo.

    Abrazos.

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    Respuestas
    1. Hola, Juncal:
      Así se empieza un día, practicando un pecadillo: si en tu caso es el de la gula interpretativa, en el mío –tras leerte– se me reactiva la soberbia creativa.
      Una cosa es lo que uno intenta escribir y otra lo que otro interpreta. Una lectura activa, como es la tuya, siempre tiene un proceso de reescritura. Algo así cómo cuando, frente un buen plato, no nos limitamos a comerlo para quitárnoslo de delante, sino que lo paladeamos e intentamos deducir ingredientes y método de preparación.
      A mí me gusta que me saboreen, así que GRACIAS, Juncal.

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Gracias por tu lectura comentada.

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