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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

sábado, 28 de enero de 2023

Contando películas, una evocación de Nino Ortea

 

 

Cada uno habla de la feria según le va en ella. Más allá de nuestras vanidades, lo que feriamos y luego contamos es nuestra percepción de lo que vivimos, y no una tabla de mandamientos esculpida en piedra por el rayo de la verdad.

Desde siempre me ha gustado contar películas. Es una pasión heredada de mi madre.

Recuerdo cuando le pedía que me narrara las películas que había ido a ver al cine con mi padre. Ella las adaptaba a los oídos y al gusto de un niño, buscando atraparme en su relato. A la vez que no podía evitar transmitir sus sentimientos respecto a lo que había visto.

Recuerdo lo mucho que la impresionaron producciones como «La profecía» o «El exorcista». La encarnación del Mal en la infancia era un recurso narrativo que la sobrecogía. De hecho, cuando le pedía que  me concretara escenas en las que se violentaba a niños, su mente no podía tan siquiera falsearlas y reconocía que había apartado la mirada de la pantalla.

Recuerdo la fascinación que ejerció en ella la película «El padrino», la cual me contó mientras tarareaba por momentos el tema de amor de la película.

–“Compuesto por un señor que se llama como tú: ¡Nino!”

 

A la entrada del cine les habían dado un programa de mano sencillo, recuerdo que era de color rojo, donde se recogía la letra en español de la melodía convertida en canción. Me aprendí de memoria aquellas estrofas, y durante años se las canté. Era tal la intensidad con la que me miraba mi madre al hacerlo, que hasta bien entrada mi adolescencia, cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, contestaba que “cantante de orquesta”.

Es más, con mi madre ya moribunda, una de sus primas le comentó lo mucho que se acordaba de mis canturreos y que, por algún lugar, tenía una cinta donde me había grabado cantando.

 

Me gusta cantar, al igual que me gusta contar películas. También me gusta contar mi vida, fantasear con mis recuerdos e intensificar mis ilusiones. El resultado de esta amalgama suele resultar en una plasmación de la realidad distorsionada al capricho de mis deseos, por lo que no es nada raro que gran parte de lo que cuento sea un refugio embellecido de la memoria frente al olvido.

Dicen que la Historia la escriben los vencedores. Yo me digo que mis historias las escriben mis emociones.

 

 

 

La que has leído/escuchado es una práctica de locución realizada sin ánimo de lucro.

Gracias por tu tiempo de escucha. Te estaré agradecido si te haces seguidor de mi canal en YouTube y le das a "me gusta" en el video.

 

youtube.com/@NinoOrtea

@NinoOrtea


viernes, 27 de enero de 2023

Práctica 04: mejorar calidad de audio e imagen

 


El objetivo de esta práctica era mejorar la calidad de audio e imagen en mis videos. He usado un micrófono dinámico para grabar la voz mientras leo «Contando películas», una evocación que aparece en mi antología «¡Bloguea o revienta, libro que se encuentra a la venta en Amazon tanto en formato impreso como electrónico.

https://www.amazon.es/%C2%A1Bloguea-revienta-Antologia-blog-enloquece/dp/1544794290/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=&sr.


 

«Contando películas» está locutada sobre el fondo musical «The Godfather Finale», compuesto por Nino Rota para la película «The Godfather» (Francis Ford Coppola – 1972).

 

En este audioclip aparecen diferentes imágenes que he usado para embellecer el video. Todos los derechos de imágenes y música pertenecen a sus legítimos propietarios de derechos comerciales.

Esta locución ha siso realizada sin ánimo de lucro. Si pulsas en el enlace que cierra esta entrada, podrás escucharla. Te estaré agradecido si te haces seguidor de mi canal en YouTube y le das a "me gusta" en el video.

 

https://youtu.be/lJZDeSYp3tI


jueves, 19 de enero de 2023

Bloguear lo evidente, una evocación de Nino Ortea

 

Malos tiempos éstos, en los que uno tiene que bloguear lo evidente –y convertir a su persona en personaje– para decirse lo que nadie le dice.

Son tiempos de soledad en los que le dedico al teclado caricias que no puedo compartir con una piel. Me aflige sentirme solo, al igual que me entristece el pensar en mi futuro o el recordar mi pasado. La única solución es hablarme con otra voz que me susurre autoengaños. Por eso, en estos tiempos de exhibicionismo mantengo abierto el blog de Nino Ortea.

Tiempos de exhibicionismo en los que si no estás en La Red te sientes como un pez fuera del agua. En mi enredo venyenloquecido, me vanaglorio como un seductor desaprovechado, un vivaz ensoñado o un solitario solidario. Lo llevo haciendo desde hace casi nueve años en este mundo virtual, al que siento que llego de prestado y con el tiempo contado.

Vivimos malos tiempos como sociedad; y tiempos de exhibicionismo como individuos.

La incertidumbre frente a los cambios que se acercan nos llena de inseguridades. Eso hace que los especuladores, los opresores y los ventajistas se aprovechen de nuestras debilidades. Cedemos ante los miserables, amamos a quien se deja y limitamos nuestros anhelos a que el futuro no nos traiga nada peor. Lo importante es no dejarse asfixiar por los miedos que anidan en nuestra oscuridad, y avivar una ILUSIÓN que aleja con su brillo a los vampiros emocionales.

En estos momentos soy consciente de toda la problemática que me rodea. Pese a ello, mantengo en lo que puedo el ánimo. Por ello creo en mí, sin creerme mejor que nadie. Por vosotros, creo en mis habilidades como escritor.

 

Gracias por venir y enloquecer, amable leyente. Si esta locución ha sido de tu agrado, te estaré enloquecidamente agradecido si te haces seguidor de mi canal en YouTube y le das a me gusta en este video.

https://www.youtube.com/watch?v=lqmVfyVYY3o

Un abrazo, afable escuchante.

 

@NinoOrtea

youtube.com/@NinoOrtea


Práctica 03: recuperar una locución a partir de un video descargado

Hola, amable leyente:

Continúo con mi proceso de autoformación en el aprendizaje de tareas de locución.

En esta tercera práctica he extraído el audio de una evocación que había grabado hace años para el canal de YouTube «Las pasiones del alma». He intentado ecualizar el canal de audio –no he sabido separarlo de la pista musical que le añadieron de fondo– e incrustarlo en un video grabado desde el mirador de mi casa.

El resultado me ha satisfecho. Confío en que a ti también te guste. Si es así, te estaré enloquecidamente agradecido si te haces seguidor de mi canal en YouTube y le das a me gusta en este video.

https://www.youtube.com/watch?v=lqmVfyVYY3o

 

Gracias por tu atención, amable escuchante.

youtube.com/@NinoOrtea

@NinoOrtea

martes, 17 de enero de 2023

El hombre de dos cabezas XIV

 Jerome Charyn’s Movieland, chapter 10: Two-Headed Man

El hombre de dos cabezas XIV

 

La mandíbula de Samuel Spade era larga y huesuda, su mentón era una v sobresaliente, bajo la v más flexible de su boca”, así comienza «El halcón maltés». “Sus fosas nasales se curvaban hacia atrás formando otra v, más pequeña. Sus ojos gris-amarillo estaban horizontales... Parecía un agradable Satán rubio”. Esto es mucho más de lo que nunca llegaríamos a saber sobre Marlowe, que se oculta tras los espejos de su propia voz. De hecho, nunca habríamos llegado a saber el aspecto físico de Marlowe, si un admirador inglés no le hubiera escrito, intentando construir un retrato de Marlowe partiendo de los libros de Chandler.

 

Chandler respondió a su carta.

Supera ligeramente los seis pies de altura. Tiene los ojos marrones y el pelo marrón obscuro. Fuma cigarrillos Camel, los cuales prende con cerillas de cocina. Bebe prácticamente cualquier cosa que no sea dulce.” Al contrario que Sam Spade, Marlowe nunca tuvo secretaria. No se la podía permitir. “El dato de su fecha de nacimiento es incierto”, según Chandler. Marlowe podría haber tenido unos 38 años, “pero eso fue hace tiempo y él no ha envejecido”.


Nacido en California, proviene de una ciudad al norte de San Francisco. Se asemeja a Cary Grant. ¿Tal vez porque Ray se imaginaba a Grant como otro chico de Dulwich, al igual que él?. ¿Sabía que Grant, cuya madre estaba bastante trastornada, había nacido en Bristol como Archie Leach? ¿Qué Cary Grant era tan “ficticio” como Philip Marlowe?.


«Movieland: Hollywood and the Great American Dream Culture»; 

 es una obra de Jerome Charyn, publicada por la editorial Putnam ©®.

 

 

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lunes, 16 de enero de 2023

El hombre de dos cabezas XIII

Jerome Charyn’s Movieland, chapter 10: Two-Headed Man

El hombre de dos cabezas XIII

 

¿Qué hay en la vida y muerte de Chandler que me afecta tan poderosamente?. Él no tenía la poesía enaltecida ni la visión de Faulkner, Scott Fitzgerald o Nathanael West. No podía escribir una historia la mitad de buena que Ernest Hemingway.

Con todo me descubro leyendo, una y otra vez, la biografía sobre Chandler escrita por Frank MacShane. No investiga en realidad los tonos de la ficción creada por Chandler, lo particular en su sintaxis, las melodías que produce, la originalidad del “alfabeto” de Chandler, su habilidad para adentrarse en el clima psíquico de California, y transmitirnos la atmósfera profunda de un lugar y momento concretos.

Hammett había sido un hombre de Pikerton. Él entendía el argot y la gravedad específica de detectives y ladrones.

Photo portrait of American author Dashiell Hammett used for the first-edition dust jacket of his fifth and final novel, The Thin Man.

Chandler, el ejecutivo petrolífero, nunca se había acercado a la oficina de un sheriff. Era un desconocedor de las entrañas del crimen. A pesar de la misoginia de Marlowe, hay gran cantidad de romanticismo en los escritos de Chandler, el ritmo de una moderna California sin raíces. Hammett atesoraba una geometría de la intencionalidad que fija sus personajes claramente en nuestras mentes. Su prosa es cristalina y casi brutal en su sencillez.

«Movieland: Hollywood and the Great American Dream Culture»; 


 es una obra de Jerome Charyn, publicada por la editorial Putnam ©®.

 

 

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domingo, 15 de enero de 2023

El hombre de dos cabezas XII

 Jerome Charyn’s Movieland, chapter 10: Two-Headed Man

El hombre de dos cabezas XII

 


Su aprendizaje no fue sencillo. No publicó su primera novela hasta tener 51 años. Incluso después de que Philip Marlowe fuera mundialmente famoso, Chandler se quejaba de su situación en los Estados Unidos. Los intelectuales ingleses lo idolatraban, adoraban su trabajo, y Chandlerintentaba explicarles que yo era un vapuleado escritor de novela barata; y que en USA me encontraba a un nivel ligeramente superior al de un mulato”.

Cuando Cissy murió, Chandler se desmoronó. Se convirtió más y más en un nómada. “Ella fue el latido de mi corazón durante treinta años. Era la música que yo oía suavemente al final de cada sonido”.

Le había sido infiel, por supuesto: cuando trabajaba de guionista en la Paramount, desapareció durante varios fines de semana con alguna joven secretaria. Pero era Cissy la que le mantenía en pie, quien le proporcionaba el único cobijo que tenía, salvo el de Philip Marlowe. Cuando cerró la casa que había compartido con Cissy en La Jolla, él “se sintió, de alguna manera, como el último hombre de un mundo muerto.”

Intentó suicidarse pero no lo logró. Navegó hasta Inglaterra, se detuvo en el hotel Connaught en Carlos Place, y fue recibido como una celebridad. Vestía guantes blancos dondequiera que fuera, a causa de una alergia en la piel “que destrozaba sus dedos”. Había perdido un poco el juicio. Les proponía matrimonio a las jovencitas nada más verlas. De repente tenía nuevos planes para Philip Marlowe. Quería casarlo, como si el “matrimonio” de Marlowe pudiera acallar su marga soledad.

El alcoholismo empeoró. Se olvidaba de aparecer en cenas en su honor. “Chandler, la celebridad, dejó de ser una persona a celebrar”. Hubo otros intentos de suicidio. Perdió ese gusto por lo mágico que consideraba necesario en un escritor, “los brillos distantes de las alas de insecto” que sólo podían ocurrir en una página.

Murió, el 26 de marzo de 1959, de neumonía bronquial, después de haber bebido de forma abusiva durante varios días. Tenía setenta años.

 

«Movieland: Hollywood and the Great American Dream Culture»;

 es una obra de Jerome Charyn, publicada por la editorial Putnam ©®.

 

 

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jueves, 12 de enero de 2023

Microrretos: ¡Entre mitos se escribe el micro!

Hola a todos:

La compañera Marta Navarro nos hace la siguiente propuesta desde el blog «El tintero de Oro»: “Escribe un microrrelato de hasta 250 palabras como máximo inspirado en algún mito o personaje a modo de metáfora para la historia”.

Agradezco a Marta su propuesta y a ti, amable letente, la lectura de mi aporte «Entre laberintos y minotauros». Si te apetece escuchar mi locución del texto sólo tienes que pulsar sobre este enlace.

 https://www.youtube.com/watch?v=6IwxGhHMhnY&ab_channel=NinoOrtea

Entre laberintos y minotauros

 


Me gustaría ganarme la vida escribiendo.

La musa de la inspiración puede ser gratuita, pero la “gusa” de la alimentación cuesta dinero. Y soy tan vulgar que necesito comer a diario, para así poder alimentar mis apetitos creativos.

Uno crea por necesidad, no por dinero. Aunque hay necesidades más perentorias que la de escribir. Existen sociedades ágrafas que acumulan siglos de Historia. La historia de un creador famélico es breve: acaba engañando su hambre creativa con un plato de lentejas laborales.

 

Esta incertidumbre entre necesidades y anhelos me lleva a adentrarme en el laberinto de mis contradicciones vitales: busco al monstruo de La Industria que se alimenta de la carne de creadores. Quiero derrotarlo. Me veo como Teseo arremetiendo contra “El Minotauro”.

 

Pese al aislamiento en el laberinto, escucho proclamas para que La Cultura sea gratuita. Pienso que gratis deben ser los mimos y las caricias. La Cultura debe ser popular y asequible, que no barata. El creador deber ver garantizado su derecho a ganarse la vida con dignidad, no malviviendo de limosnas institucionales. No entiendo que un escritor no pueda aspirar a ganar dinero escribiendo libros, pero sí puedan una profesora que los comenta o un bibliotecario que los clasifica.

 

No me doy cuenta de que La Industria vive allá lejos –donde habita el olvido– y logra que muchos deambulemos por laberintos de incertidumbres.

 

Detengo mi caminar. Comprendo que no debo dejar que las vacilaciones me atrapen ni me aíslen. Necesito desandar lo recorrido y regresar junto a Ariadna.

 


 

Gracias por tu escucha/lectura atenta, amable leyente/escuchante.

Si te apetece disfrutar de otros textos que participan en la convocatoria de Marta Navarro, sólo tienes que pulsar en este enlace.

https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2023/01/microrretos-entre-mitos-se-escribe-el.html

 

youtube.com/@NinoOrtea

@NinoOrtea

domingo, 8 de enero de 2023

El hombre de dos cabezas XI

 Jerome Charyn’s Movieland, chapter 10: Two-Headed Man

El hombre de dos cabezas XI

 

La entrada de Norteamérica en la Primera Guerra Mundial, interrumpió la vida idílica de Chandler. Se alistó en el ejercito canadiense. Vistió las faldas de su regimiento, el Gordon Highlanders, y prestó servicio en Francia como comandante de pelotón. Toda su tropa fue aniquilada durante una cortina de fuego artillero. Chandler fue el único que sobrevivió. Lo enviaron a Inglaterra, se convirtió en cadete de la Royal Air Force, pero el armisticio acabó con su carrera en la R.A.F. Se licenció, subió al Pacific Northwest, y regresó junto a su madre en L.A. 

Se enamoró de Cissy Pascal, mujer diecisiete años mayor que “Ray”, pero no se atrevió a casarse con ella hasta que su madre murió. La señorita Pascal era una belleza frescachona de pelo rubio afresado. Dos veces divorciada, había sido modelo para un pintor antes de casarse. Era una mujer apasionada, devota de Ray, el cual trabajaba ahora en el negocio del petróleo y había abandonado todo intento de escribir. Pero él era tan indómito como Philip Marlowe. “Había vivido mi vida al límite de la nada”, le dijo a su abogado londinense después de que Cissy muriera.

Era un hombre de vestimenta formal. Chandler –atado a los estrictos códigos del Dulwich College– nunca saldría a la calle sin americana y corbata; pero también tenía comportamientos de beduino, a menudo se mudaba de domicilio más de dos veces al año. Tuvo aproximadamente setenta direcciones diferentes en California del Sur. Era un alcohólico. Perdió su trabajo, a mitad de la Gran Depresión, a causa de su afición a la bebida. Y el poeta fracasado comenzó a escribir para las revistas pulp. “Tuve que aprender norteamericano como si fuera un idioma extranjero”.

Se veía como “un hombre sin patria” ni norteamericano ni inglés, más bien una especie de mestizo cultural atrapado en el alocado tejido de California del Sur, donde los hombres y mujeres tenían que reinventar sus vidas. Y Chandler, un buen muchacho de Dulwich que se desvivía por la tradición, había llegado a un lugar sin pasado, donde pueblos enteros tenían que definirse enfrentándose a desiertos, montañas, valles, mares y arboledas de cítricos. Chandler era un alma anónima más que se había convertido en “un escritor de misterio con un toque mágico y una sensación incómoda en las tramas”.

 

«Movieland: Hollywood and the Great American Dream Culture»;

 es una obra de Jerome Charyn, publicada por la editorial Putnam ©®.

 

 

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viernes, 6 de enero de 2023

Noche de Reyes, una narración de Nino Ortea


 Pulsa en este enlace si quieres escuchar el relato mientras lo lees:

https://youtu.be/Axe5YVyxI_4

 

Durante mi infancia, mi día favorito del año era la noche del 5 de enero.

No por el hecho de saber de antemano cuáles iban a ser los regalos que recibiría –mi carta era cumplida por los Reyes Magos con la misma fidelidad con la que papá acataba las listas de la compra que le facilitaba Susi–, dejaba de morirme de ganas de tenerlos cuanto antes.

De hecho, redactaba varios borradores de la carta antes de escribir su versión final junto a papá, para que él se asegurara de que mi misiva no contenía ninguna falta y así evitar que “Sus Majestades” me trajeran carbón como castigo a mis descuidos ortográficos.

Cada tarde de Noche Buena, mi padre me acompañaba a confiarle la lista de peticiones a un Príncipe Aliatar de cartón que presidía el departamento de juguetes en Almacenes Navarro.

A sus pies estaba colocado un cofre donde yo depositaba la carta, luego de haber vuelto a comprobar que el sobre estaba bien cerrado y que mis datos en el remite eran los correctos.

En esas noches del cinco de enero me acostaba pronto –costumbre que aún mantengo hoy en día–, anhelando que la mañana llegara lo antes posible. Y así ocurría, la noche se convertía en la más corta del año; de hecho, papá siempre se levantaba con cara de haber dormido muy poco.

En mi infancia pensaba que el adjetivo de “Magos” lo debían esos “Reyes” a su habilidad para entender la letra de los millones y millones de niños que les escribíamos. Mi caligrafía no debía de ser tan mala como aseguraban los profes, pues cada madrugada del seis de enero encontraba todos los regalos que había pedido y con las características que había indicado en la carta.

En caso de que faltara alguna de mis peticiones, me encontraba una nota aclaratoria donde se me informaba de que recibiría el regalo lo antes posible, ya que en esa noche “Sus Majestades” habían priorizado hacer ese obsequio a algún niño más necesitado.

De todos los presentes que recibía, sólo me sorprendían los que mamá me dejaba, invariablemente, sobre el piano. Solía encontrar un trío de álbumes en tapa dura con las últimas novedades editoriales del Capitán Trueno, Mortadelo y Filemón o Tintín.

Mamá también me regalaba algunas novelas de aventuras –mis autores favoritos eran Salgari y Verne– y el mejor de los obsequios: ¡una breve carta escrita por ella! En el ejercicio de su magia, los “Reyes” lograban que mi madre me escribiera un mensaje breve con su hermosa letra –la reconocía por saberme de memoria las notas que ella le dejaba a papá–. En su mensaje me pedía que le leyera alguno de esos libros y tebeos cerca de su cuarto, para así poder escucharme.

Yo no tenía tanta suerte como “Sus Majestades”: nunca había visto en persona a mamá;… ¡pero no por eso dejaba de quererla con toda mi alma! Tampoco había visto ninguna vez al aire y me resultaba igual de imprescindible en la vida. Ya de niño sabía que el amor está en el corazón, no en los ojos ni en los oídos.

 

youtube.com/@NinoOrtea

 

Gracias por tu escucha/lectura atenta.

Si tienes a bien darle a “Me gusta” a esta narración en mi canal de YouTube, o redistribuir el enlace para que otras personas puedan escucharla te estaré muy agradecido.

 

https://youtu.be/Axe5YVyxI_4


Sea la que haya sido tu respuesta a mi petición de apoyo: gracias por venir y enloquecer.

Te deseo un feliz Día de Reyes, amable leyente/escuchante.

@NinoOrtea


Noche de Reyes (Presentación)


 

Hola, amable escuchante:

Confío en que el año haya comenzado con parabienes para ti.

Si no ha sido así, quizá esta noche te traiga como regalo ánimo para afrontar el presente y esperanza para prever el futuro.

A mí me ha traído el regalo de tu compañía atenta; y doy gracias por ello.

La que vas a escuchar es mi primera práctica de locución. Trabajaré la lectura narrativa, la integración de mi voz sobre un fondo sonoro y la creación de un video usando fotografías.

El fragmento que voy a narrar pertenece a mi novela autopublicada «Donde vive el recuerdo». En él, mi protagonista evoca sus recuerdos infantiles de la Noche de Reyes, por lo que me parece un texto apropiado para estas fechas.

youtube.com/@NinoOrtea

@NinoOrtea

Pulsa aquí si quieres oir la narración.

Gracias.


martes, 3 de enero de 2023

El hombre de dos cabezas X

Jerome Charyn’s Movieland, chapter 10: Two-Headed Man

El hombre de dos cabezas X

 

El cine negro –descubierto y catalogado por los franceses– sólo podía proceder de esta gente salvaje, de la dorada California.

Los Angeles había sido un pequeño pueblo perdido durante los tiempos coloniales españoles, fundado en 1781; y puesto su nombre en honor a “Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles”. Su primer edificio fue una cárcel. Incluso después de que los norteamericanos se apoderaran de California, Los Angeles era “el peor puesto fronterizo del oeste”. Su población ascendía a 11.000 personas en 1880.

Burbank Public Library, Burbank in Focus Office


Al igual que Hollywood, Los Angeles se inventó a sí misma. Contó con la primera cámara de comercio de los Estados Unidos. Creó su propio mito, “convirtiendo el hinchado de ciudades en una forma artística.” Así que incluso antes de que Hollywood existiera, su concepto había cobrado vida en California. Y L.A., se abrió paso en Norteamérica, “deslumbrante como un plató desmesurado”.

Y a ese escenario se dirigió Raymond Chandler, nacido en Chicago, “un muchacho cuyo padre se había perdido por el mal camino”. Chandler fue criado por su madre, Florence Thorton, y una serie de tíos y tías. Florence abandonó Norteamérica cuando el niño tenía siete años, cruzando el Atlántico para vivir en el sur de Londres. Allí asistió a la escuela Dulwich College, donde uno de sus compañeros de clase fue Boris Karloff (¡Frankenstein se encuentra con Philip Marlowe!).

Chandler había decidido convertirse en poeta. Esbozó una serie de fúnebres poemas sobre damas que anhelaban morir... y sus amantes perdidos en algún jardín de los muertos. Pero no pudo ganarse la vida y en 1912 regresó a Norteamérica, un poeta derrotado a la edad de veintitrés.

Se estableció en el sur de California en búsqueda de fortuna. Encordó raquetas de tenis durante una época. Se convirtió en tenedor de libros en una heladería, se mudó de cualquier casa de huéspedes en la que estuviese alojado, alquiló un sitio en Loma Drive, en uno de los sectores “antiguos” de Los Angeles, y pronto llegó Florence para vivir con su hijo soltero.

 

«Movieland: Hollywood and the Great American Dream Culture»;

 es una obra de Jerome Charyn, publicada por la editorial Putnam ©®.

 

 

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lunes, 2 de enero de 2023

El hombre de dos cabezas IX

 

Jerome Charyn’s Movieland, chapter 10: Two-Headed Man

El hombre de dos cabezas IX

 

 Chandler pensaba que Cary Grant encarnaría perfectamente a Marlowe; pero, ¿qué sabe un escritor? Grant habría sido una cara más en la pantalla. Edward Thorpe, un seguidor de Chandler, se imagina a Marlowe como un arquetipo norteamericano. “Hollywood recogió y novelizó, deformó y desarrolló cada aspecto de la historia norteamericana –y mundial–; con todo, ningún héroe popular norteamericano, ni tan siquiera el vaquero, le debe su existencia a un único hombre, como se la debe el detective privado a Chandler...”

El fantasma de John Wayne podría discutirle a Edward Thorpe, pero no importa. Marlowe está en nuestras entrañas, bien sea con el aspecto de Elliott Gould o el de Dick Powell. Y en la novela hollywoodiense de Chandler, «La hermana pequeña», Marlowe tiene mucho que decir sobre la tierra de las películas, California y la ciudad de Los Angeles.



Llama a California “el estado gran almacén. Mucho de todo, nada de lo mejor”. Y nos dice que Los Angeles, “no tiene más personalidad que un vaso de papel.” Opina que las ciudades reales tienen “una estructura básica individualizada bajo la suciedad. Los Angeles tiene a Hollywood – y lo odia. Debería considerarse tremendamente afortunada. Sin Hollywood sería una ciudad de perdidos por catálogo. Y todo lo que aparece en su catálogo, podrías obtenerlo mejor en otro lugar”.

Marlowe es un hombre dual. Ama todo lo que odia. En «El largo adiós», mira “el resplandor de la gran ciudad enfadada” con su “noche de mil crímenes”. Pero es su ciudad, “no peor que las otras, una ciudad rica y vigorosa, repleta de orgullo, una ciudad perdida, derrotada y llena de vacíos”.

Para Philip Marlowe Los Angeles es una parte más del sueño americano. “Somos un pueblo grande, rudo, rico y salvaje; el crimen es el precio que pagamos por ello, el crimen organizado es el precio que pagamos por nuestra organización”.

 

«Movieland: Hollywood and the Great American Dream Culture»;


 es una obra de Jerome Charyn, publicada por la editorial Putnam ©®.

 

 

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