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jueves, 13 de julio de 2023

Milan Kundera ha muerto

El escritor Milan Kundera ha muerto, según avanzó ayer miércoles la emisora pública “Czech Television”.

Su novela de mayor repercusión –al menos aquí en España– es «La insoportable levedad del ser». Narración ficticia que inspiró esta entrada realista que publiqué en el blog

https://venyenloquece.blogspot.com/2016/11/la-insoportable-levedad-del-ser.html

Sin duda, mi lectura favorita de Kundera es «La inmortalidad» –obra fronteriza entre “novela” y “ensayo”–.

La mía fue una lectura pausada –dada la densidad de lo escrito y mi ligereza intelectual–. Para leer a mi ritmo aproveché la estructura fragmentada de la que el autor había dotado a su obra.

Leí «La inmortalidad» en edición de Tusquets y con traducción de Fernando de Valenzuela Villaverde. Juraría que tengo mi ejemplar por algún estante; pero en estos tiempos de malvender por Wallapop lo que creí que sería enterrado junto a mí, no he encontrado la copia entre el desorden que impera en mi otrora ordenada biblioteca. Quería ojearla de nuevo, reproducir aquí algún pasaje y, probablemente, ponerla a la venta.

 


A continuación reproduzco el texto promocional con el que la editorial publicita su edición de esta obra:

“A partir del gesto encantador de una mujer de cierta edad, el escritor crea el personaje de Agnes, alrededor de la cual aparecerán su hermana Laura, su marido Paul, y todo nuestro mundo contemporáneo en el que se rinde culto a la tecnología y la imagen. Pero ¿y si el hombre no fuera sino su imagen ?, pregunta otro personaje, Rubens, quien comprueba finalmente que de la más excitante de sus amantes sólo le quedan dos o tres fotografías mentales. Esta novela transforma todos los aspectos del mundo moderno en cuestiones metafísicas. Su forma es polifónica : las aventuras de los personajes imaginarios se mezclan con la historia de dos candidatos a la inmortalidad, Goethe y Bettina von Armin ; la reflexión sobre el nacimiento del homo senti-mentalis en la historia de Europa alterna con las peripecias parisienses del singular profesor Avenarius, para quien el mundo de hoy no sirve sino como objeto de juego.

Kundera tiene el don de decir del modo más cristalino lo que a uno le resulta más difícil decirse, y en esta novela alcanza la cima de esta facultad.”

 

DEP. Milan Kundera.


14 comentarios:

  1. Otro obseso de "Que me dejen tranquilo" al estilo de J.D. Salinger. Bueno los artistas tienen ciertas manías.
    A mi me parece muy bien.

    Salud

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    1. Hola, Erik:
      Entiendo comportamientos como el de Salinger o Kundera, su diferenciar su persona de su personaje literario. Aunque creo que sus actitudes no son equiparables: el yanqui se aisló del mundo, mientras que el checo se integró en él pero evitando que lo absorviera.
      Un abrazo, Erik.

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  2. Cuando leí La insoportable levedad del ser, me dije que era la novela que mejor interpretaba la naturaleza humana, superficial y lánguida, por no decir patetica, Cuánta falta de peso, cuanta nimiedad. Un abrazo. carlos

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    1. Hola, Carlos:
      No he completado la lectura de “La insoportable levedad del ser”. La inicié –en su edición británica– en una cafetería-librería londinense. No atrapó mi atención. Cuando se convirtió en fenómeno editorial me la regalaron y, con el paso del tiempo, regalé ese ejemplar a otra persona. Sí que he leído y disfrutado con otras de sus obras, pero no soy un lector completista ni entiendo la lectura como un trabajo forzado.
      Un abrazo, Carlos.

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  3. Me gustó La Levedad del Ser, eso sí la película me decepcionó. Besos,

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    1. Hola, Ángela:
      No he visto la adaptación cinematográfica ni leído la novela. Pero es habitual el que una lectura placentera no se equipare con un visionado estimulante.
      Un abrazo, Ángela.

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  4. Soy Cora mi estimado Nino hoy me va mal la cuenta de Google.

    Me enteré y así como dices deja un legado, la más conocida al menos por mi La Levedad del Ser. Y aunque no lo conozco mucho como para profundizar, con tu entrada hoy lo conoceré algo más.

    Un abrazo besos y que estés jien

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    1. Hola, Cora:
      Es significativo el descuido, pero no olvido, al que está sometido Blogger por parte de sus propietarios apropiacioncitas (ya sabes, amiga, que todo lo que colguemos en nuestros blogs puede ser utilizado comercialmente por ellos).
      Confío en que estés bien y disfrutando, a tu ritmo, de esta canícula tenaz. Estoy bien, aunque no llevo bien el verano (me satura física e intelectualmente)
      “La insoportable levedad del ser” es quizá una de las obras literarias referenciales del último cuarto del siglo pasado. En su momento no me atrapó su lectura; y ahora está ahí entre los miles de libros que jamás leeré, pese a que sé que debería hacerlo.
      Un abrazo refrescante, Cora.

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  5. Es la novela que leí de ese autor. Me parece que su título está bien fundamentado, es interesante la idea que desarrolla.
    El personaje que más me interesó, pensé en ella al escribir este comentario, fue Sabina. La pintora, tan transgresora con sus múltiples amantes, tan artista. Y tan desafiante.

    Hay un innegable talento en un escritor que puede presentar un personaje tan vital. Un talento que conduce a esa sombra de inmortalidad, que es la trascendencia.
    Saludos.

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    1. Hola, Demiurgo:
      Gracias por tu comentario tan personal. Lena Olin me parece una gran actriz y una mujer fascinante. La descubrí en la película “Havana” junto a Robert Redford (luego reparé en que la había visto en un par de pelis anteriores). No he visto la adaptación cinematográfica de “La insoportable...”. Imagino que por entonces mi actitud de ”enfant terrible” estaba en uno de sus puntos más altos (tardé años en ver/leer “El nombre de la rosa”) y Daniel Day-Lewis me parecía un actor relamido.
      Un abrazo, Demiurgo.

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  6. Gracias, Nino, por recordarnos su legado y su persona. También fue un ser algo incomprendido porque no le gustaba hablar de él ni bañarse en las masas, ni soportaba las preguntas de los periodistas... Yo creo que muchos comprendieron su actitud, fue el "saco de voseo verbal" de algunos ignorantes y cobardes de su tiempo... Y él, simplemente se apartó.
    Como creo te comenté en tu otra entrada antigua donde lo refieres, yo valoro mucho su literatura y su icónico "La insoportable levedad del ser" . Para mí es un autor que me aporta entendimiento sobre cuestiones mundanas.
    El último libro que he leído de él ha sido "La fiesta de la insignificancia" y que no es más que una fiesta donde él por fin escribe su sueño estético: una novela desenfadada donde no hay ninguna palabra seria y donde evita el realismo. ¿No te suena ese planteamiento?
    Abrazos, Nino. Feliz domingo veraniego! 🌞🪁🤗

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    1. Hola, Clarisa:
      Gracias a ti, compañera, por regalarnos tus reflexiones.
      Coincido en tu perccepción de la personalidad de Kundera: se alejó de las banalidades que la sociedad asocia a la figura de “escritor”. Esa actitud de no hacer lo que se supone que tienes que hacer, ese no interesarte por cumplir sueños ajenos es algo muy penado en nuestra sociedad que encuentra insoportable que entiendas como leve lo que deberías considerar trascendental.
      Me están entrando ganas de enterrar mi condición de “enfant terrible” y ponerme a leer “La insoportable…”; pero, me temo que mi delarora condición caprichosa condicionará esa decisión.
      No he leido "La fiesta de la insignificancia". Mañana intentaré sacarla en préstamo de alguna biblioteca pública. Ese planteamiento me resuena aal reflejo en el espejo de la narrativa destemplada de un tal oniN aetrO.
      Feliz domingo para ti y los tuyos, Clarisa.

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  7. Creo que es un buen momento para volver a la obra de Kundera, lo leí hace mucho tiempo y seguro que ahora lo leería con otros ojos. Más cansados y miopes pero, me gustaría pensar, que también más sabios.

    Ya nos harás saber si te animas con la insoportable levedad ;)

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    1. Hola, Beauséant:
      A diferencia de otras artes –como Música o Cine– donde aún curioseo entre nuevas creaciones, en la Literatura y la Historieta apenas leo novedades. La relectura, incluso la de obras que he redisfrutado varias veces, es mi práctica habitual.
      La presbicia y mis vicios lectores condicionan qué leo y cómo leo, al igual que mi situación económica. Quizá no tarde en leer “La insoportable…”. Ahora no me veo con capacidad de concentración para hacerlo.
      Un abrazo, Beauséant.

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Gracias por tu lectura comentada.

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