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lunes, 5 de febrero de 2024

Hijos del paraíso IV

 Jerome Charyn. Movieland. Chapter: “Children of Paradise”

Hijos del paraiso IV

 

4. Y la Cinémathèque comenzó a florecer.

Compartía copias con archivos de todo el mundo; y exhibía películas las siete noches de la semana

 en su pequeña sala de la Avenue de Messine. El crítico Georges Sadoul se había mofado de la Cinémathèque, llamándola “una ficción frágil, un magma estrafalario”. Pero la ficción de Langlois ya no era tan frágil.

Si bien su sala únicamente tenía cincuenta localidades, eso no logró evitar que organizara retrospectivas o recuperara obras de Hollywood. Fue en la Avenue de Messine donde los aficionados franceses descubrieron a Howard Hawks, Samuel Fuller o John Ford; y los ensoñadores ángulos del “Film Noir”, repletos de atmósfera. 


Como muchas películas no tenían subtítulos, los “alumnos” de Langlois podían captar los estilos visuales agitados o fluidos de un director, sin las molestias ni incordios que produce el traducir el diálogo de un idioma a otro. Con lo que los “muchachos” de Langlois descubrieron que alguien como Hawks tenía una firma inconfundible, un nervio y un pulso que superaban las limitaciones del argumento. Para Langlois, Hawks tenía tanto de “autor” como Balzac, desarrollando un lenguaje y una densidad de intención que aumentaban a medida que pasaba de película a película.

Langlois nuca despreció a los magnates.

Él se daba cuenta de hasta qué punto habían manipulado y abusado de sus artistas favoritos —Buster Keaton o Louise Brooks— pero tenía la sensación de que su “incultura” los había llevado a sentir fervor hacia sus propias películas, como si alucinaran con su propia Norteamérica. Y esta alucinación estaba muy cerca de la fractura sobre la que estaba construida Norteamérica... y de la ensoñación en la que consiste el Cine.

 


«Movieland: Hollywood And the Great American Dream Culture»; es una obra de Jerome Charyn, publicada por la editorial Putnam ©®.

 

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12 comentarios:

  1. Lo cierto es que Estados Unidos es un país construido a golpe de películas al menos en el imaginario colectivo de todos los cinéfilos. Pero es que además pienso que el séptimo arte exportado desde Hollywood introdujo nuevos modelos y variantes a la vida de fuera de Norteamérica. Iconos y mitos para el estudio.
    Feliz comienzo de semana, Nino.
    Abrazos.

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    1. Hola, Miguel:
      También pienso que el Cine ha contribuido a la idealización de EE. UU. como “la tierra de los libres”. De hecho, su industria siempre ha contado con un proteccionismo por parte de las instituciones públicas yanquis que incluso la incluyeron en el “Plan Marshall”.
      Es llamativa la tremenda libertad creativa que mostró el cine estadounidense hasta la imposición del código Hays. Cuyos efectos, más allá de la evidente censura, orquestaron la distribución y exhibición de películas a favor de la MPAA.
      Confío en que tu semana esté marchando bien, Miguel.

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  2. ¡Ahh! Louise Brooks... Maravillosa. Todo un personaje para su época.
    La Verdades que he vivido con el cine a cuestas desde pequeño porque mis padres me llevaban con ellos. Así es que creo que me lo he visto todo. y Sigo...
    No me canso.

    Salud

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    1. Hola, Erik:
      Entiendo tu debilidad por Louise Brooks. Fue una mujer adelantada no ya a su época, sino que a cualquier época: inteligente, libre y sugerente. Apenas la he visto en un puñado de películas. La cito en mi novela «La gata vio al asesino», dada su transcendencia social.
      También el Cine, las películas y las salas, ha jugado un papel fundamental en mi (de)formación social. Imagino que es algo común en nuestra generación, ya que ir al cine o ver una peli en la tele era una celebración que pasó progresivamente de familiar, a social e íntima. Colarse a las salas, ver una peli con rombos, venirse el cine abajo al aparecer el John Travolta de «Grease»… Cuando se acabe la proyección: “Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia”.
      ¡Viva la vida, Erik!

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  3. Una cinemáteca puede ser algo heroico, un desafío al tiempo.
    Planteaste que puede haber una delgada línea entre la alucinación y la ensoñación.

    Me gusta tu mención a Samuel Fuller. Recuerdo su película The Crisom Kimono.

    Saludos.

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    1. Hola, Demiurgo:
      Cualquier colección elaborada con pasión comunica dicha pasión: lo importante es el criterio seguido para seleccionar los materiales, agruparlos, presentarlos...
      Samuel Fuller es un cineasta poco conocido en España. Sus películas apenas contaron con distribución: a la censura de la dictadura se unió el poco interés de las productoras por exportarlas. El mercado del video doméstico tampoco ha paliado esas ausencias. Creo que “Shock Corridor” es mi favorita de entres sus películas.
      Un abrazo fuerte.

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  4. Hollywood ha sido la mayor maquinaria de propaganda americana de la historia. A veces creo que conozco más de la historia, personajes y costumbres americanas que de las propias :)

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    1. Hola, Beauséant:
      Dado el momento histórico crucial en que se desarrolló, la industria del Cine fue un elemento propagandístico fundamental. Soviéticos, nazis o inperioyanquis lo usaron con maña. E incluso en la actualidad se hace ese uso abiertamente subliminal. El USA Military siempre se ha beneficiado del efecto llamada de las superproducciones “jolivudienses”.
      Conozco mejor Nueva York que Madrid o Los Ángeles que Barcelona. Me temo que muchos somos involuntariamente apropiacioncitas de los modos y maneras estadounidenses.
      High five, dude!

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  5. En realidad este hombre fue un adelantado a su época porque montar una especie de cineforum en aquel momento, haciendo accesible cine en versión original, no me extraña que a algunos les pareciera una locura... sin duda alguna el mejor cine que he visto siempre, ha sido en salas pequeñas de las que cada vez quedan menos.. en Vigo hay un cine que se llama Cines Norte donde siguen haciendo esto... reproducen cine no comercial, en versión original y a veces es una maravilla lo que encuentras allí... incluso me encanta estar cuatro en toda la sala jajaja son pequeñitas .. lástima que puedo ir muy poco, pero es delicioso.

    Graaaaaciaas! un abrazo fuertemente cinematográfico jajaja

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    1. Hola, cinéfila MARÍA:
      Charyn centra su ensayo en Henri Langlois, pero la Cinémathèque se debe al trabajo de más personas. Me llamó la atención el que en su texto no mencionara al cineasta Georges Franju. Quizá a Charyn le influía el reconocimiento internacional del que aún disfrutaba el ya por entonces fallecido Langlois (había recibido incluso un permio Oscar honorífico). Lo que es innegable es que Langlois se desvivió por hacer entender que ver una película era algo más que pasar un buen rato, conllevaba enriquecer tu vida.
      En Gijón –y me atrevo a afirmar que en toda Asturias– no queda ningún cine independiente, todo son multisalas gestionadas por empresas nacionales. Los ayuntamientos organizan ciclos en teatros o salas multiusos municipales; aunque muchas veces el criterio de selección de las películas obedece a la disponibilidad de éstas más que a su apuesta creativa –imagino que son películas itinerantes por temporadas en los municipios españoles–.
      Me gusta ir solo al cine, pero que haya cierto número de espectadores en la sala. Dadas mis limitaciones económicas apenas voy a las salas comerciales y las proyecciones públicas las evito, ya que se llenan de gente que va allí a matar el tiempo no a disfrutar de una proyección. Y volvería a mi laberinto de que la Cultura no debe ser gratuita, sino accesible. Así que mejor me alejo del Ninotauro.
      Un abrazo en sensurround, MARÍA.

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  6. ¡Hola, Nino! Sin duda hubiera sido un asiduo de esa Cinémathèque dada mi afición cinéfila en general y el film noir clásico norteamericano en particular. Por no hablar de John Ford, para mí el mejor director de la historia. En cada época, el "imperio" mundial de turno impuso sus costumbres y tradiciones al resto. Si EEUU hubiera existido en la Edad Media, seguramente suyos hubieran sido los libros de caballerías. En el s.XX se convirtió en la primera potencia y ello coincidió con el nacimiento del cine, de ahí que, de alguna forma, impuso su estética y su forma de expresión.
    Pero, qué demonios, las mejores películas que he visto se hicieron allí y en aquella época. Un abrazo!!

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    1. Hola, David:
      Gracias por este comentario tan personal.
      Como sabes, fueron los “hijos del paraíso” propiciado por Henri Langlois quienes defendieron con más vehemencia la condición de “autor” de unos directores a los que la industria consideraba meros artesanos. Tu admirado John Ford concitó un interés por parte de Truffaut, Rohmer o Rivette que conllevó un reconocimiento mundial para Ford.
      Para mi vergüenza, no me gusta el western clásico norteamericano, sino el eurowestern que crecí viendo en sesión continua en mi cine de barrio. Las películas de personajes como “Sabata” o “Trinidad” me pirraban.
      No tengo un cineasta favorito. Imagino que, como buen hijo de “La Transición”, Mariano Ozores es el director cuyas pelis he visto más veces en el cine (había semanas en que se estrenaban dos de ellas). Quizá "Los bingueros" sea una de las películas que mejor me define.
      Un abrazo, David.

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Gracias por tu lectura comentada.

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