Jerome Charyn’s Movieland, chapter 10: Two-Headed Man
El hombre de dos cabezas XIV
“La mandíbula de Samuel Spade era larga y huesuda, su mentón era una v sobresaliente, bajo la v más flexible de su boca”, así comienza «El halcón maltés». “Sus fosas nasales se curvaban hacia atrás formando otra v, más pequeña. Sus ojos gris-amarillo estaban horizontales... Parecía un agradable Satán rubio”. Esto es mucho más de lo que nunca llegaríamos a saber sobre Marlowe, que se oculta tras los espejos de su propia voz. De hecho, nunca habríamos llegado a saber el aspecto físico de Marlowe, si un admirador inglés no le hubiera escrito, intentando construir un retrato de Marlowe partiendo de los libros de Chandler.
Chandler respondió a su carta.
“Supera ligeramente los seis pies de altura. Tiene los ojos marrones y el pelo marrón obscuro. Fuma cigarrillos Camel, los cuales prende con cerillas de cocina. Bebe prácticamente cualquier cosa que no sea dulce.” Al contrario que Sam Spade, Marlowe nunca tuvo secretaria. No se la podía permitir. “El dato de su fecha de nacimiento es incierto”, según Chandler. Marlowe podría haber tenido unos 38 años, “pero eso fue hace tiempo y él no ha envejecido”.
Nacido en California, proviene de una ciudad al norte de San Francisco. Se asemeja a Cary Grant. ¿Tal vez porque Ray se imaginaba a Grant como otro chico de Dulwich, al igual que él?. ¿Sabía que Grant, cuya madre estaba bastante trastornada, había nacido en Bristol como Archie Leach? ¿Qué Cary Grant era tan “ficticio” como Philip Marlowe?.
«Movieland: Hollywood and the Great American Dream Culture»;
es una obra de Jerome Charyn, publicada por la editorial Putnam ©®.
Hola:
ResponderEliminarAcabo de publicar 4 nuevas entradas de mi traducción de «Movieland», están centradas en la figura del escritor Raymond Chandler.
Gracias por tu atención, amable leyente.
Legendario Marlowe como mi heterónimo, Manuelito que conversa conmigo desde la ficción. Un abrazo grande. Carlos
ResponderEliminarHola, Carlos:
EliminarTus textos merecen ser legendarios por su fineza humana y su belleza literaria. Gracias por conversar conmigo desde la afición.
Un abrazo, poeta.