"La Capitana " Gildo Herrero
No rindo culto a los muertos, prefiero dedicarles mi añoranza.
El que alguien haya fallecido no significa que deje de existir. Pervive, no sólo en mis recuerdos pasados, también en mis acciones presentes. De hecho, mis muertos suelen ser las primeras personas que me vienen a la mente y al corazón en los buenos momentos. Oigo sus palabras de ánimo y esperanza ante mi mejoría.
Palabras que muchas veces entonan voces ajenas, como ocurre con canciones que llevan toda mi vida acompañándome. A mi madre le encantaba tararear habaneras; a mi padre, cantarlas; a mí, recordarlos tarareando y cantando.
¡Viva la vida!
Post Scriptum:
Sigo sin entender, más allá de la ambición comercial, la celebración de “Jalloguín”.
https://venyenloquece.blogspot.com/2010/10/como-las-lagrimas-en-la-lluvia-i.html
Me parece un barbarismo, en el sentido menos lingüístico y más humanístico de la barbarie.