Thunderbolts
Kurt
Busiek – Mark Bagley.
Serie
regular. Forum.
La
que sigue es una reseña centrada en los primeros números de la serie regular Thunderbolts Vol. 1, publicada por
Comics Forum desde enero de 1998. El texto reproduce el original publicado en
la revista ‘Dentro de la viñeta’.
Nos encontramos ante una de esas series en las
que, curiosamente, el interés de muchos lectores hacia ella se debe no a sus
valores artísticos, sino que al aparecer en ella la rúbrica de algún autor de
prestigio. En este caso nos encontramos con relatos firmados por Kurt Busiek,
el escritor más comercial y laureado –acaba de recibir los premios Wizzard
y Eisner a mejor guionista- con el que en estos momentos (1) cuenta
Marvel y cuya anunciada marcha de esta colección ha provocado un
auténtico cisma entre los habituales de la serie: divididos entre los
partidarios del mantenimiento de la
colección –pese a tan traidora deserción– y los favorables a un cierre
inmediato de ésta pues sin su creador la serie se queda sin rumbo.
Es éste un proyecto que a primera vista no
presenta nada novedoso: unos malhechores
cansados de las palizas y el ridículo a los que los someten los bienhechores,
deciden adoptar otras personalidades heroicas para ganarse la confianza de la
sociedad y dar el golpe de su vida. Pero algo sucede en el camino al triunfo; y
lo que era un montaje ficticio pasa a convertirse en una intención real.
Parece ser que el germen de esta serie se
encuentra en una trama que Busiek había urdido para el caso de que le
fuera encargado guionizar ‘Los Vengadores’. ‘Los Señores del Mal’ irían poco a
poco integrándose en la formación para concluir con un épico enfrentamiento
entre el ‘Capitán América’ y sus compañeros felones.
El logro del guionista consiste en, partiendo de
este resabido planteamiento, centrarse en los aspectos internos de los
personajes: sus lazos familiares y afectivos, la necesidad que todos tenemos de
confiar en alguien, nuestro miedo a fallar y decepcionar a los que queremos.
Poco a poco lo que era un mero grupo de brutos agrupados en torno a una mente
maestra, va evolucionando hacia una relación de igual a igual dentro de la
formación, pues las sucesivas vicisitudes que atravesarán provocarán en ellos
un cambio moral, pasando de delincuentes a boyscouts, y acarrearán un cambio en
el funcionamiento del grupo, pues ese alejamiento del reverso oscuro de la ley,
va acompañado de profundos cambios psíquicos en los personajes. Con todo la
cohesión de grupo se mantiene pues se necesitan los unos a los otros para
continuar libres; al no poseer ninguno unos poderes desequilibrantes su relación ya no es jerárquica, todos se ven
capacitados para opinar y actuar libremente lo cual enriquece la trama pues
entre ellos surgirán roces y brotarán recelos.

Todo este planteamiento encuentra un fiel apoyo
gráfico en Mark Bagley, autor cuya capacidad para las escenas de
acción ya había sido demostrada en Amazing Spiderman. Es notable
su competencia para dotar a sus personajes de movimiento al mostrarlos
incompletos, casi desencuadrados pero en posiciones nada exageradas, algo impensable
en una editorial como Marvel en la que la cumbre artística se alcanza
dibujando a tipos en el aire pegando gritos. Lo que unido el perfecto uso de la perspectiva, la
igualdad de trazo con que trata a los personajes y su capacidad para dotar de
humanidad a sus creaciones, resulta en un dibujo francamente agradable y
funcional. Del perfecto entintado se ocupan principalmente Vince Russell
y Scot Hanna. No conviene olvidarse de que a lo largo de la serie
han colaborado esporádicamente maestros como George Pérez, Gene
Colan, Roger Stern,....
(1) Reseña escrita en mayo de 1998