Ayer, mientras tomábamos unos vinos optimistas, una
buena amiga, María añadió un símil a los que ya pueblan mi imaginario.
En su ánimo optimista respecto a este blog y su
futuro, María establecía una comparación exquisita entre mi espíritu
creativo y el de los literatos Decadentes. Todo ello ante el gesto cómplice de
su afortunado marido.
Probablemente, mi Lola, ninguno de los dos reparó en la mueca
que en ese momento marcó mi cara, pues desconocen mi gusto, ya enmohecido, por
sugerirte “Seamos decadentes” cuando
busco bañarme en tu sonrisa.
Apurado el vino compartido, y mientras “resaboreaba” en casa el buen rato
pasado, volvió a mí una constante que, curiosamente había resonado con
intensidad horas antes en una respuesta
dada a un comentario en este blog: el maridaje entre Realidad y Deseo.
Es más, en ese momento recordé de forma vaga haber
leído que el mediático Barack Obama había inspirado la creación
de un personaje para la serie televisiva El ala oeste de la Casa Blanca.
Recordar es un vicio que me envicia cuando tu ausencia me saca de quicio, Lola.
Falto de todo menos de memorias de lo inservible, me
acordé de que el ticket presidencial demócrata del año 2008 estaba
estrechamente ligado a la mejor serie televisiva post Frasier: Battlestar
Galactica. Al parecido físico y vital —veteranos de guerra torturados
por el enemigo, y casados con rubias neumáticas— entre John McCain y el
inconmensurable Saul Tight, se unía el parecido físico y maestril entre la
adoratriz Sarah Palin, y la firme Laura Roslin.
¿Más coincidencias?
¡A puñados!
Tom Clancy pronosticó en 2001, dentro de la trama
ideada para el videojuego Ghost Recon, que Rusia invadiría Georgia en 2008.
Se equivocó al parecer en sólo 3 meses. Curiosamente, ayer noche, María
calificaba de “tronados” a todos los que consideran los videojuegos como un
entretenimiento para adolescentes.
¿Más casualidades?
Rodríguez Zapatero afirmaba, en Marzo de 2008, la inexistencia
de toda clase de crisis. Días después, la editorial DC involucra a
Superman, Batman y demás superhéroes en la solución de una Crisis Infinita. Los personajes ya han superado esta crisis
de viñetas, los humanos seguimos tomando puñetas.
Admito que en el caso del señor Rodríguez Zapatero,
habría que hablar más de inutilidad que de irrealidad; pero bueno, nuestra
realidad no deja de tener su punto decadente.
¿Otra fatalidad?
¡El mismo día en que me llega el catalejo que pedí por
catálogo, vas tú, Lola, y decides bajar las persianas de tu
casa!
Y ahora, ¿a quién reclamo?
¿Para qué quiero yo un catalejo si ya no me quieres
ver ni de lejos?
¿A quién podemos reclamar cuando lo vivido no se
ajusta a lo soñado?
¿Al maestro armero?
Yo, no. Yo soy pacifista.
Yo sólo puedo reclamarle a tu realidad el que le sea
tan infiel a mi deseo.
Y
aquí está mi posteo original: Seamos decadentes
Gracias por tu lectura.