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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

martes, 23 de enero de 2018

La compañía al escribir



El proceso de escritura creativa es solitario. Hay quienes incluso lo abordan aislándose físicamente de su entorno.
Me he planteado hacer esto último, e irme a pasar unos días a una casa familiar, vacía y destartalada, hasta que le forma al primer borrador de mi novela; pero no acabo de verle la conveniencia a aislarme en el olvido de quien soy.
Quizá resultase productivo para mi personaje, pero creo que sería destructivo para mi persona: no me conviene alejarme aún más de la realidad; pues, sin pretenderlo, mi conducta se ha vuelto muy retraída. Cada vez estoy más dentro de un laberinto de autoaislamiento, cada vez encarno más al ninotauro que evita todo contacto humano. Este blog funciona como “ovillo de Ariadna” gracias a que tú, atentoLector, me mantienes al hilo de que Ítaca no se ha hundido.
Además, con la escritura creativa busco contactar con otras personas, por lo que para abordarla debo interactuar con mis iguales y observar sus prácticas sociales. De hecho, suelo salir a la calle a escribir ficción: aprovecho mi capacidad de abstracción –la llevo ejercitando desde niño– para sentarme en parques o en salas de bibliotecas, e incorporar matices de la realidad que me rodea a la fabulación que esté desplegando. Lo que resulta en una enninación, en un acto inconsciente con el que doy vida a una inocencia que me infunde esperanza ante una realidad desencantada.
Cuando observo a los demás, no analizo sus seres o estares, reparo en sus actos sencillos: en costumbres que a ojos ajenos son manías, en imperfecciones que los humanizan o en muestras de afecto que los dulcifican. Intento que mi ficción sea como la vida que observo: amable. De ahí que en lo que ensueño evite reflejar lo vulgar, al igual  sorteo lo soez en lo que vivo.

Llevo estas últimas semanas disfrutando de un proyecto que ideé para empezar a combatir mi soledad al escribir: la antología creativa «Mirador». Somos varios y variados los observantes La nuestra es una asociación libre entre iguales en nuestras diferencias, donde cada participante aporta una obra propia de género y temática libre.
A finales de este mes finaliza el periodo de recepción de originales. Luego: dispondré la antología, solventaremos las incidencias editoriales que surjan, y, en algún momento de marzo, confío en que podremos invitaros a asomaros a nuestro «Mirador». Ya he recibido la mayoría de los contribuciones de mis compañeros, y sólo puedo afirmar que estoy muy ilusionado luego de haberlas leido mientras las editaba. Pero, ante todo, me siento honrado ante la confianza que han depositado en mí al creer en «Mirador» desde un principio y al animarme a convertir el proyecto en realidad.

Sí, la escritura creativa es un proceso solitario: pero también solidario, Os agradezco –tanto a mis compañeros en «Mirador», como a ti, atentoLector– vuestra compañía.
Os deseo lo mejor.

martes, 16 de enero de 2018

Tras haber leido «Siempre», por AtHeNeA




«Siempre» es una obra de amor por la palabra sentida; leer a AtHeNea es leer lo mejor en nosotros, gracias a versos que sólo ella sabe escribir pero todos nosotros podemos sentir al leerla.

La lectura de sus poemas me desborda en sensaciones que hacen que me quede corto de palabras con las que comentar la obra de AtHeNea, como me ocurre ahora aquí y SIEMPRE en su blog.

lunes, 15 de enero de 2018

La soledad en la escritura



Cuando escribes un libro te encuentras extremadamente solo. Al establecer un contacto satisfactorio con los lectores, ya sean individuos anónimos, críticos profesionales o miembros de un jurado, logras salir de esa soledad.
Me siento muy identificado con la reflexión que comparte Emmanuel Carrère en una conversación con Álex Vicente. Entrevista, atentoLector, que puedes leer en este enlace

Antes de abrir este blog, tenía publicados bastantes textos –de traducciones de novelas, a artículos sobre cine; de unidades didácticas en gramáticas para el aprendizaje del idioma inglés a estudios sobre el arte de la Historieta–. Curiosamente, todos ellos encontraron hueco en el mundo empresarial editorial: algunos como encargos directos, otros como aportaciones que enviaba a proyectos abiertos.
Sin llegar a alcanzar renombre literario, sí que llegué a tener cierto nombre en ámbitos de la escritura reproductiva –lo que escribía no era creativo: reproducía mi opinión sobre ideas o palabras ajenas–. Y, salvo en contextos abusivos, mi trabajo siempre fue remunerado. Pero mi situación no me satisfacía: nunca llegué a traducir textos cuya lectura me atrapara; y en mis artículos de opinión era muy consciente de que tenía que adaptarme a las líneas editoriales.

En el año 2004 sufrí un apagón emocional, que se tradujo en un silencio creativo: no sólo abandone todo ejercicio de escritura reproductiva, también arrojé a la basura las carpetas y diarios con mis textos literarios, y me deshice de toda copia digital de una novela que había escrito. Ese apagón se prolongó hasta finales de 2007, aunque hasta el 10 de junio de 2010 –fecha de mi última recaída adictiva– mi vida siguió siendo bastante insensata.

Antes de esa ¿última vez?, el 20 de julio de 2008, había comenzado a reflexionar públicamente sobre el porqué de mis cosas. María Prieto y José Manuel Ruíz desempeñaron un papel importante a la hora de animarme a abrir este blog. Al hacerlo, no contaba con que pasados casi diez años «Ven y enloquece» continuaría activo; y mucho menos me planteaba que lograría contar con la compañía lectora de tantos que fueron, sois y serán parte importante a la hora de animarme a mantener en marcha este blog. Gracias a todos.

Como afirma Emmanuel Carrère, al establecer contacto con tu primer lector, logras salir de tu soledad creativa. En mi caso, también dejé atrás la inseguridad sobre mi valía comunicativa al fabular mis “enninaciones”. El contar con un lector, el saber que alguien estaba atento a lo que publicaba, me hizo confiar en mi capacidad para escribir literatura.

Hoy ha pasado el tiempo en que me temía pesado. Gracias a ti, “atentoLector”, sé que al escribir establezco un proceso de comunicación; también sé que es mucho lo que me queda por mejorar y aprender. Pero ya no debo ser condescendiente con mi escritura y justificar mis fallos y carencias como resultados de mi condición de aprendiz de fabulador. Ahora me considero escritor y quiero probar suerte en el mercado editorial profesional. Y por suerte probada, cuento con la compañía de lectores como Gerardo Fernández, cuya valoración de mi antología «Nada ha sido probado», fue el empujón definitivo que necesitaba para intentar incorporarme al mercado editorial profesional.

 

A partir de ahora, mi presencia en este blog y en los espacios amigos será menos frecuente. Por favor, atentoLector, no veas en mi distanciamiento de Internet una muestra de desdén, es un acto de necesidad: no soy ningún “fénix de los ingenios”, sino un escritor primerizo, por lo que necesito dedicarle tiempo y atención a mis fabulaciones literarias. A la vez que a cuidar y mantener una vida que intento que no vuelva a ser insensata. Intento en el que encuentro fuerzas en la lectura de novelas como «El adversario», de Emmanuel Carrère; obra que me permito recomendarte.

 

Gracias por tu tiempo de lectura.

¡Feliz semana!


lunes, 8 de enero de 2018

Un buen comienzo de año



Mi admirada Clarisa Tomás Campa acaba de publicar su tercer libro, el poemario «Donde los puentes se alzan».


Te invito a que compartas la presentación del poemario en su blog.




Y a que si quieres comprar «Donde los puentes se alzan», pulses en este enlace

Gracias, atento lector.

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