Batman:
El largo Halloween –BELH– y Batman: Victoria oscura –BVO–
son dos excelentes aventuras de Batman que enmarcan el transcurso de su trama en
la festividad de Halloween. Ambos títulos se encuentran disponibles en el
catálogo de la editorial española ECC.
El
guionista Jeph Loeb y el dibujante Tim Sale habían realizado con
anterioridad tres acercamientos a la ligadura entre la celebración del “truco o
trato” y el personaje, firmando sendos especiales de Halloween dentro de la
serie Legends
of
The
Dark
Knight:
Choices
(Elecciones), Madness
(Locura) y Ghosts
(Fantasmas). Especiales que
aparecen agrupados en el volumen Batman: Caballero maldito.
Locura es
mi relato favorito de entre los tres. Utiliza la excusa del secuestro de unos
niños por parte de Sombrerero Loco, para reflexionar sobre la
dificultad en transmitir nuestro cariño a los seres queridos, ejemplarizada en
la relación de Gordon
con su hija adoptiva, Barbara. A su vez establece una engarce entre la
obra Alicia
en el país de las maravillas y Batman, para quien el libro es una especie de
kriptonita que irradia recuerdos de una etapa feliz y sentimientos de culpa. La
humanización del héroe, sensible al recuerdo de una lectura infantil, nos
trasmite la soledad de aquél que lo posee todo, aunque todo lo que posee le
recuerda que está solo. Idea omnipresente en los trabajos posteriores de Loeb y Sale con el personaje.
El
largo Halloween se desarrolla en el primer año de existencia
del Murciélago,
cuando los bajos fondos de Gotham estaban controlados por familias
mafiosas, y los monstruos llamados a aterrar la ciudad estaban en fase de
rodaje. Wayne
acompasa su función de defensor de la ciudad a su actuación de vividor, y el
paladín establece vínculos de amistad / odio con personajes que conllevarán su
devenir posterior. Millonario y alter-ego compartirán objetivos: Wayne
combate económicamente a los Falcone, Batman frena sus fechorías; Bruce
encara la sensualidad de Selina, el Murciélago el ronroneo de la Gata.
Archie Goodwin,
supervisor de los anteriores trabajos del dúo para DC, los animó / retó a que
desarrollaran una aventura de Batman estructurada como una novela negra. Frank Miller aceptó que usasen algunos
personajes creados por él para la su obra Año uno; el guionista Mark
Waid les recordó la importancia de Dent en la forja del héroe;... El resultado es
un soberbio fresco batmaniano donde los creadores no ocultan referencias a
obras como la película de El padrino (F.F. Coppola, 1972), homenajes a mentores —Gordon guarda gran parecido con Goodwin—, y guiños a sus trabajos
anteriores. Releyendo Locura, vemos que son varios los
párrafos de ésta repetidos en BELH: como la descripción de Sombrerero
Loco,
calcada en la página 18 de la novena entrega, o en la 16 del décimo capítulo.