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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

miércoles, 31 de julio de 2013

De sus montañas a mi locura

Hola, este relato forma parte de la antología «Nada ha sido probado», disponible en Amazon por 0,99 €.

Gracias.









domingo, 28 de julio de 2013

¡Logremos una nueva secuela para DREDD!



El año pasado se estrenó Dredd, película que traslada a fotogramas las viñetas del personaje Juez Dredd, creado en 1977 para las páginas de la revista británica 2000 AD. Este entretenido filme, dirigido por Pete Travis, apenas recaudó en todo el mundo 35 millones de dólares para un presupuesto de 50, lo que llevó a sus productores cinematográficos –Lionsgate Films / DNA Films / IM Global / Reliance Big Entertainment– a aparcar sus planes de profundizar en la franquicia.



Pero el éxito que la película ha tenido en las plataformas de explotación digital y doméstica, ha hecho que se reactive la posibilidad de continuar con la narración cinematográfica de nuevas aventuras de Dredd. Posibilidad que se ve reforzada tras la apertura por parte de 2000 AD de una página web donde los aficionados podemos subscribir su petición oficial de que se ruede una secuela.
Aquí tienes el vínculo de acceso a esta petición.
You're next, punk!

lunes, 22 de julio de 2013

Slane; The Horned God

Slaine MacRoth es el personaje principal de la serie Slaine, creada para la publicación británica semanal de historietas 2000AD por Pat Mills y Angela Kincaid.



sábado, 20 de julio de 2013

Ha pasado un lustro con sus sustos.



Hubo un tiempo en que me dio por cantar mis males por demenciales. Ahora que han pasado cinco años desde que abrí el blog Ven y enloquece veo en ese espacio expresivo un monumento a mi ahínco en presentar mi tontura como locura. Fue mucho lo que disfruté con aquel proceso creativo, febril por momentos, acompañado por quiméricas “pellejudas” y delirantes “trostélidos”.

También es mucho lo que aprendí como escritor y como persona.



Como escritor, la sombra de John Fowles me persigue al igual que su figura me atrae. No quiero acabar atrapado en un proceso recreativo ad infinitum de una obra, por mucho que disfrute al profundizar en su laberinto creativo. De ahí que diera por cerrada la escritura de Ven y enloquece. No se puede vivir en el pasado, aunque es dulce recordarlo y conveniente el tenerlo presente, para así evitar reconvertirme en Polifemo. La edición actualizada de los contenidos de Ven y enloquece se puede encontrar en esta etiqueta.




Una de las cosas que más me sorprendió de mi incorporación a la Blogosfera fue comprobar lo bien que funciona mi persona como personaje, al convertirse mi firma de Nino Ortea en un heterónimo que fabulaba con la realidad y las fantasías de Nino. Pocos viajes me han resultado tan placenteros como el que realicé a la isla de Kong; y contadas sorpresas han sido más mayúsculas que las que me llevé al descubrir en otros que la ficción por mí recreada los llevaba a dudar de la realidad convivida.



El tema de los comentarios y su nervio emocional en mí, daría para la escritura de un tratado sobre el cariño. Sin embargo, he dejado atrás los comentarios recibidos entre el 20 de julio de 2008 y el 3 de julio de 2011. Podría dar mis excusas para mi decisión de eliminarlos, pero sólo hay una razón: mi lado narciso. En muchos de esos comentarios veía reflejos de mi persona doliente y no de mi personaje firmante. La lectura de los textos se veía afeada por la de algunos pies de página. Así que los eliminé para dar mayor lucimiento a mi heterónimo.

Pero me siento muy satisfecho de las 131791 lecturas que alcanzó mi blog anterior y muy orgulloso de las 102 personas que a día de hoy aún figuramos como seguidores de él. Gracias por venir y enloquecer entonces; y redoble de gracias a quienes me seguís animando a agitar La coctelera.



Entre esos animadores, sin pompones ni pomposidad, José Manuel Ruíz es la persona más importante para mi persona y mi personaje. En estos cinco años ha pasado de conocido a amigo, gran amigo. Siempre ha tenido palabras de ánimo hacia mi vertiente creativa y nunca me ha desatendido en mis vicisitudes personales. Gracias, José. Y en tu nombre a todos los que me disteis lustre en este lustro.

Confío en que los próximos cinco años aproximen la realidad a nuestros deseos.


Nino. Gijón, 20-VII-2012.

jueves, 18 de julio de 2013

Trabajas menos que el sastre de Tarzán

Algunos somos exquisitamente generosos con aquello que no nos importa; por eso nos es indiferente que en La Conchinchina se subvencione al de al lado y no al de enfrente. Pero cuando no se trata de atravesar océanos, sino de cruzar calles, la cosa cambia y ponemos el grito en el cielo, cual tarzanes selváticos, si en vez de favorecer a los que vivimos en los entresuelos subvencionan a los vecinos de los áticos.


 Al igual que abundan menesterosos que niegan limosna a los mendigos –aduciendo que trabajan menos que el sastre de Tarzán– y sobran igualitarios que, por no discriminar, tratan igual de mal a todos los que son diferentes, somos legión los necesitados que criticamos que se ayude a esos otros que no somos nosotros.

En estos tiempos difíciles en los que está tan en uso el desempleo, somos muchos los parados que no nos estamos quietos a la hora de criticar ofertas de trabajo que no nos emplean. Nuestro egoísmo nos lleva a no andarnos por las ramas a la hora de hacer el tarzán en la jungla laboral; por lo que protestamos cuando los amos blancos seleccionan a negros de otros pueblos para sus safaris empresariales.


Del egoísmo a mi egocentrismo. Suele ponerme de lo más andaguachita cualquier oferta de empleo a jóvenes que peinan melena o a adultos que lucen coleta. Si a la ocasión la pintan calva, ¿por qué se desdibuja ante este alopécico? Cuando ya bramo bundolokrigaes tras comprobar cómo los parias convertimos la lucha de clases en una guerra de clanes al grito de ¡¿qué hay de lo mío, tío?¡, en cuanto le arrojan una liana para salirse del fango a alguien que no somos nosotros aunque sí sea de los nuestros.

 
John Mahoney, Johnny Weissmuller, Ron Ely and James Pierce on a Mexico City sound stage (1966).

Ayer, se abrió en Gijón el plazo de inscripción a un plan de empleo regional en el que tendremos tratamiento preferencial los parados de larga duración. Para mi sorpresa, entre los más quejumbrosos contra este criterio de selección figuran otros desempleados que están muy ocupados en defender lo suyo y no lo de todos.

Una vez más, la condición de “paja” o de “viga” depende tanto de aquél que lo ve como del ojo que la abriga.



Nino Ortea.

lunes, 15 de julio de 2013

Un nuevo principio.



Tino se dirigió con paso inseguro a su casa, pensando que tal vez lo que debería hacer era seguir callejeando. La necesidad de resguardarse de la fuerza del sol de mediodía lo acabó decidiendo a encaminarse hacia lo que fue su hogar, pero últimamente se había convertido en un hueco donde cobijarse. Callejear no lo ayudaría a reencontrar su lugar bajo el sol, como mucho haría que se deshidratara bajo él.


Al llegar a casa, escuchó un mensaje en el contestador del teléfono:
─Hola, hijo, nunca te pillo en casa. Mañana, cuando vengas a comer, has de acordarte de traer las fotos del viaje. Ya sé que no te gusta hablar de él, pero como te lo pasaste tan bien, pues eso… a ver si tu padre se anima a llevarme. El otro día vi que la planta que te regalé está un poco mustia, aprovecha este buen tiempo y sácala al balcón. Venga hijo, te quiero. Hasta mañana.

Tras oír a su madre, Tino comprendió el sin sentido de su estado quejumbroso y la necesidad de dar ese primer paso que lo alejase de la apatía.

 
Mientras esperaba a que la pizza se acabase de hornear, vio clara la forma y manera en que daría su primer movimiento. Muchas veces le habían dicho que tenía habilidad para contar historias, hasta el punto de descubrir que otros encontraban dulces las palabras con las que narraba sus experiencias amargas. A su mente vinieron las palabras de Laura: “Tino, ¿nunca has pensado en escribir un libro?”

La alarma del horno lo alejó momentáneamente de sus pensamientos. Comió, casi devoró, la pizza con un apetito que hacía tiempo creía saciado. Ya en el salón, se sentó en la mesa, cerca del mirador, cogió papel y bolígrafo y se puso a escribir.
Poco antes había recibido un mensaje de Eva en el móvil. El que se encontrara en mitad de la calle y sobre todo el que el teléfono estuviera bajo de batería, habían frenado su intención de llamarla. Ahora se alegró de no haberlo hecho, pues no estaría allí escribiendo.
Sintió sed. Quizá había condimentado en exceso la pizza. De camino a la cocina recordó que los meteorólogos habían pronosticado que éste sería un verano frío. Está visto que los expertos son maestros en equivocarse.

Nino Ortea.