Carmen y Edelina Muñoz, dos hermanas de etnia gitana y provenientes de una estirpe en la que el cante flamenco venía de lejos, pasarían a ser conocidas en la industria musical como Las Grecas. Apodadas familiarmente como Tina y Carmela, y siendo todavía unas adolescentes, no podían imaginar que sus voces desgarradas iban a lograr un éxito sin precedentes en una década que parecía nutrirse de canciones internacionales. (…)
(...)Mientras actuaban en Caripén, tablao propiedad de Lola Flores, fueron descubiertas por un productor que supo ver inmediatamente el potencial de las hermanas Muñoz. Su moderna y original forma de interpretar no iba a dejar indiferente a nadie. Te estoy amando locamente fue su carta de presentación, y logró conquistar a crítica y público. Sus voces iban acompañadas de un redoble de batería y una guitarra distorsionada, que junto a su singular pronunciación hacían de tal canción algo absolutamente innovador. Corría el año 1973 y había nacido el gipsy rock.(…)
(...)La autoría de esas primeras canciones les pertenecía, aunque en su grabación hubiesen sido ligeramente modificadas, y tuvieron que asumir con resignación que sólo constase el nombre del músico Felipe Campuzano.(...)
(...)En 1977 grababan el que sería su cuarto y último disco. Aunque las ventas habían descendido, ahora tomaban las riendas de su vida y aparecían en portada teñidas de rubio, tal y como no fueron admitidas en sus inicios. Pero pronto el destino les jugaría una mala pasada. Tras abandonar a su mánager, del que habían sido víctimas de estafa, se vieron perdidas en una industria que no sabían controlar. Se tomaron un descanso que pese a la intención de ser breve acabo convirtiéndose en eterno. Un año más tarde las galas disminuían y lo compensaban con apariciones en la prensa rosa, para que su popularidad no se viese afectada.(...)
(...)Pasados los tiempos de gloria se vieron abocadas a las páginas de sucesos cuando hacia finales de 1983 Tina asestó un par de puñaladas sobre el hombro de su hermana Carmela. Los hechos no fueron esclarecidos, ambas vivían bajo el mismo techo y la agresora aseguró que no sabía lo que hacía. Tina ingresaba en la cárcel de Yeserías, destino erróneo para alguien que sufría esquizofrenia y que pronto sería trasladada a un hospital psiquiátrico. De éste último no tardaría en escaparse, dando así titulares constantes a la prensa del momento. (...)
(...)Meses después encontraron a Tina mendigando por las calles. Pasadas las fiestas navideñas, la inventora del gipsy rock regresa al hogar familiar a punto de dar a luz. Un embarazo fruto de su relación con un iraquí con el que se había casado poco antes por el rito musulmán, y que ahora no quería hacerse responsable de su paternidad.(...)
(...)En la segunda mitad de los ochenta Carmela se asentó en México, con intención de comenzar una nueva vida y llevarse consigo a su desdichada hermana. En 1988 la prensa del corazón vuelve a localizar a Tina, que muestra un deterioro irreparable y posa junto a una muñeca a la que trata como si fuese su hija. En una estampa callejera que ya resultaba habitual declaró que dormía en coches abandonados y que sólo llorarían por ella cuando muriese de frío. Tras vagabundear por las calles de Madrid e incluso ser entrevistada en las escaleras del metro por una reportera del programa que entonces tenía María Teresa Campos, su madre logró que un juez le dé la incapacidad y así volvió a ser internada en un sanatorio mental de Aranjuez, donde fallecería en 1995 con tan sólo treinta siete años.(...)
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