Su personaje central, Fernando Rivas, no es mi alter ego, aunque sí que tiene rasgos de mi personalidad y sentimientos de mi persona. Mientras qué él redacta sus memorias yo pongo en palabras mis impresiones. El año en el que escribí esta historia (2014) estuvo marcado por la muerte de mi amigo Agustín. Éste lo ha estado por el fallecimiento de mi amigo Antón y por una serie de incertidumbres que me han angustiado. Más que un exorcismo, la (re)escritura es para mí un acto de concienciación.
Recordar es revivir lo vivo en nuestro corazón y lo muerto en el tiempo. La escritura de esta historia es mi peculiar paseo por la Vida y la Muerte. No tengo palabras pata agradecerte tu compañía en este paseo, amable leyente.