Me ha entretenido esta revisitación
que John Woo hace de su película de 1989 El asesino (The Killer): en el Arte y en la Vida,
antepongo la amenidad a la originalidad; y esta nueva versión me ha distraído.
Además, todos tenemos un pasado: yo, por tener, hasta tuve una cabellera
ensortijada y ahora luzco una calvera alijada. Si antes disfruté de mi público,
también lo hago ahora; y lo mismo ocurre con esta versión –de la que desconozco
cuál será su título en España, ya que la he visto de forma adelantada gracias a
mi conexión interneteada–.
Estamos en una producción pensada
para ser estrenada en streaming por ‘Peacock’ –servicio perteneciente a la
corporación ‘NBCUniversal Media Group’– y que será comercializada por
‘Universal’ fuera de los EE. UU.. Woo
ha confiado la reformulación de su historia a un trió de guionistas –entre los
que destaca Brian Helgeland (acertado adaptador de
relatos ajenos como L.A. Confidential, Mystic River o Robin
Hood
(en su versión de R. Scott). Nos
encontramos con una trama similar a la desarrollada por su realizador en la
producción de 1989 (un homicida por dinero protege gratuitamente a una victima
accidental de su violencia) en un entramado disímil (la asesina a sueldo es una
mujer, la ciudad es París, la redención es factible,…) Todos sus cambios
formales no quitan fuerza narrativa a esta versión: Woo mantiene su pulso fuerte e incluso se auto homenajea con planos
en iglesias donde sobrevuelan palomas o con encuadres diagonales al trasluz de
unas telas. Los dos principales protagonistas (Nathalie Emmanuel, y Omar Sy) cumplen como buenos peones en este juego creativo, sin buscar ser
rey o reina del tablero, quizá por ser conscientes de que en este ejercicio de
estilo, el estiloso es el director.
Te aconsejo que veas esta película de
acción, reluciente venyenloqueciente:
como mínimo logrará matar toda amenaza de aburrimiento asesino.