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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

viernes, 30 de agosto de 2024

Mis fotos viejas mienten

Parece que fue ayer, y fue hace dos meses, que he empezado lo que ahora me resisto a acabar, ya que seguir su curso me altera el pulso. Quizá esta alteración se deba a la pulsión que me domina al acercarme al final de la escritura de un compendio de memorias mejoradas, recuerdos falseados y ensoñaciones nineadas.

Me llama la atención, e incluso me entristece, la fidelidad con la que recuerdo los momentos difíciles y la inexactitud con la que recreo los periodos felices –pese a que éstos son más frecuentes y prolongados–. Mi propósito inicial era el de “escribir algo a boli" durante estos meses de verano.

La muerte de una amiga, Carmen P*ñ*d*, me había impulsado a evocar vivencias que habíamos compartido y que tras mi muerte –tan segura como, deseo, futura– se diluirían en el flujo del tiempo cual “lágrimas en la lluvia”.

–¡Es momento de escribir! –me exhorté en actitud replicante ante la melancolía anquilosante. Y a ello me puse.

Por suerte, mi vida ha transcurrido habitualmente sin más problemas que aquellos que me he buscado. Y las únicas tragedias que he vivido siempre han matado a otros. He sobrevivido mucho, no creía que llegase a cumplir la edad que tengo; y he sufrido poco. Eso es verdad.

También es verdad, como ya te he anticipado al principio de esta enninación, amable leyente, que no soy fiel escribano de mis actos vitales. Hecho que he vuelto a comprobar al redactar esta recolección de vivencias compartidas, cuyo borrador estoy a punto de finalizar. Sin que fuera mi intención, he fabulado con lo que he recordado. Mis memorias voluntarias resultan en fantasías espontáneas. Escribir deviene en un ejercicio de reminiscencia en el que a la par que ejercito recuerdos se liberan emociones que esos repasos despiertan. Me distancio del sufrimiento; por lo que cuando lo recuerdo lo hago de manera sintética. Me froto con el disfrute, detallo su talle e incluyo ecos de la fruición presente que me produce revivir un pasado placentero: trareo canciones no de ese momento, pero sí de aquella época; la brisa fría de aquél invierno la adjetivo ahora como refrescante; los colores chillones, como resultones.

Sé que el deseo se impondrá aún más a la realidad en las futuras correcciones de estas evocaciones, que los textos tendrán más de mi heterónimo que de mi persona, que los amigos a los que quiero recordar los habré convertido en personajes literarios. Corregiré los recuerdos a la par que corrija los textos. Y quizá incluso haga mía la voz de Manolo García:

Tan lejos los recuerdos

De días felices y extraños

Mis viejas fotos mienten

Tu pelo es más liso y claro


El último de la fila - No me acostumbro (1987)

 

14 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Hola, Susana:
      Sí: cuando el pasado no pesa le da alas a nuestra imaginación.
      Un abrazo.

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  2. Lamento la muerte de tu amiga, Nino. El que recuperes su recuerdo en tu novela es un bello homenaje.
    Un beso.

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    1. Hola, Ángela:
      Gracias por tus palabras. No planeo escribir una novela, sino una antología de introspecciones.
      Un abrazo de fin de semana y principio de septiembre.

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  3. Estás escribiendo un libro! Bien!! 😘😘

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  4. Doña memoria siempre nos entrega una versión más amable del pasado, lo hace porque no le gusta vernos sufrir. Todos somos más inteligentes, más hermosos en nuestros recuerdos...

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    1. Lo que somos es, fundamentalmente, recuerdos ligados a un concepto el "Yo". Y por lo tanto, debemos aprender a poner en perspectiva lo que nos va ocurriendo a lo largo de la vida.
      Saludos

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    2. Hola, Beauséant:
      Encuentro llamativo el que alguien como yo, que tengo mayoritariamente recuerdos mentales positivos de mi pasado, apenas tenga recuerdos físicos de ese pasado: nunca fui dado a guardar fotos, fetiches o incluso a mantener un diario. En momentos como el actual, me pregunto si evito las pruebas físicas para así ‘ninear’ mentalmente mi pasado.
      Un abrazo.

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    3. Hola, Pablo:
      Lo que me falta de “ye-yé”, me abunda de ‘yo-yo’; y jugueteo ligado a un manojo de recuerdos que volteo a mi antojo.
      Un abrazo.

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  5. Se dice que el pasado no regresa como tal sino como lo reconstruye la memoria.

    Lamento la muerte de tu amiga.

    Es interesante lo de haber tenido sólo los problemas que se han buscado, que los períodos felices sean los más prolongados y frecuentes.

    Un abrazo.

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    1. Hola, Demiurgo:
      Probablemente, una de las pruebas más cotidianas de la ‘caprichosidad’ del recuerdo está en lo frecuente de recordar experiencias compartidas con alguien que las ha olvidado. Lo que en un ánimo es recurrente en el otro es inexistente.
      Gracias por mencionar a mi amiga: la suya fue una despedida tan larga como digna.
      Un abrazo, inolvidable Demiurgo.

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  6. Hola, querido amigo. Me acerco a saludarte, y ya, con aires de septiembre... Es bonito pensar que nuestras fotos de "antes" nos mienten, porque nuestra foto de "ahora" está en su mejor instante, amable, tan emotiva como siempre... Tan impresionante como el "yo soy yo" en permanente avatar... Ese "tú" tan genuino, tan brillante 🌞
    Qué bonito escribes, siempre te lo digo.
    Te dejo un abrazo grande, grande.
    (Me encanta el Ultimo de la fila, sus canciones cercanas, siempre jóvenes...)
    🙋‍♀️🎵🪁🌞🌱

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    1. Hola, querida amiga:
      Como bien sabes, soy ‘septembrino’, voluntad que ejercí cuando opté por nacer en este mes y no en el que se me había prescrito.
      Me parece muy reconfortante este pensamiento que compartes: si las instantáneas del pasado mienten es porque el de ahora es nuestro mejor instante. Quizá ésa sea la razón por la que actualizamos nuestros recuerdos con sentimientos actuales.
      En algún momento de mi infancia, que sitúo antes de cumplir los 7 años –aunque no tengo ningún recuerdo inamovible que lo emplace–, comencé a asentar mi “yo” frente al “nosotros” que había empezado a experimentar en la escuela.
      Encuentro curioso que ese yo individualista haya sido malinterpretado como una capacidad de liderazgo: el no querer ir donde la mayoría iba, llevó a que otros pensasen que tenía una propuesta alternativa y al negarme a liderar fui etiquetado como egoísta.
      Gracias por embellecer con tus sentidos mis palabras sentidas.
      Un abrazo cálido y esperanzado, Clarisa.
      ¡Gloria a Ucrania!

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Gracias por tu lectura comentada.

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