De cara al inminente estreno de la segunda parte de la franquicia cinematográfica centrada en el personaje tebeístico Iron Man, la mayor parte de los ojos se están centrando en adivinar cómo le sentará el cuero negro ceñido a esa liliputiense con más curvas que una botella de coca-cola que responde al nombre de Scarlett Johansson.
Como actriz, la señorita tiene tanto futuro como yo de ventrílocuo; pero enfundada en odres y blandiendo un látigo… ¡me pone firme! Eso sí, como le de por ponerse a cantar no aguantaría la tortura; pero si le diera por acariciarme con su fusta, me volvería infausto.
A la espera del estreno de esta segunda peli —que si es la mitad de interesante que la primera, ya será bastante chanchi— os aconsejo la lectura de las aventuras protagonizadas por Viuda Negra. Además, es probable que alguna de sus historias la podáis conseguir a un precio más tentador que la carne escarlatera; pues ya hace 4 años que Planeta dejó de editar tebeos de Marvel y no es raro encontrar copias a un precio muy original.
Max: Viuda Negra.
Planeta DeAgostini. 72 páginas. Color. Prestigio. 4.7 €.
Guión: Greg Rucka. Dibujo: Igor Kordey.
Hay muchos a los que nos gusta ser bebé en el bautizo, novio en la boda y difunto en el funeral. Con mujeres como Viuda Negra, cualquiera que orine erguido puede entender mi interés por las dos últimas ceremonias: de sufrir la condena del matrimonio, mejor compartirla con una fémina que hará de la sentencia conyugal algo breve y placentero.
Black Widow fue presentada como una enamorada espía a la fuerza, reconvertida en voluptuosa compañera de cabriolas de innumerables enmascarados marveloides, a los que la picadura de la pizpireta arácnida llevó a desprenderse de sus pijamas superheroicos, para que la pomada del deseo aliviara su picazón.
Destacó su salto al vacío emocional junto a Daredevil, quien cegado por Eros no dudó en compartir temporalmente la titularidad de su colección con la rotunda ex agente soviética reconvertida en heroína pro yanqui.
Natasha —nombre de la enlutada— alcanzó la gloria de convertirse en líder de Los Vengadores; aunque la desgracia en forma de Onslaught hizo que ostentase su cargo en un momento aciago para la formación. La vengadora decidió alejarse temporalmente del colorido mundo de los héroes en pijama, donde su riguroso negro era poco menos que una provocación.
Justo entonces, la reencontramos en la primera de sus dos miniseries para Marvel Knights. De la mano de la guionista Devin Grayson aparecía una Viuda que en su función de súper espía salvaba al mundo de la amenaza de un arma química. En esta historia, ilustrada por J.G. Jones, destaca la presentación del concepto Black Widow como una franquicia al estilo James Bond; introduciendo a Yelena Belova –actual Viuda Negra del Servicio Secreto Ruso– quien está obsesionada con la figura de su predecesora.
En el siguiente relato —dibujado por Scott Hampton— Grayson contó con la ayuda de Greg Rucka. Un forzado intercambio de identidades posibilitaba que Natasha y Yelena experimentasen en cuerpo ajeno amarguras propias.
La línea Max acogió la siguiente aventura de Black Widow, originalmente presentada en tres comic-books y que Forum publica en formato prestigio. Rucka firma los guiones dibujados por Igor Kordey. La historia está protagonizada por Yelena Belova quien se verá envuelta en una trama ceñida en cuero y látex, en la que los azotes de la obsesión avivan las carnes de los clientes del club de sadomaso más popular de Moscú, donde comienzan a producirse una serie de asesinatos.
Bajo la apariencia de relato policiaco, subyace un lacerante acercamiento a experiencias comunes en todo aquel que respire. La facilidad con la que
Uno cree encontrar en este relato de Rucka la reflexión de que el ser humano NO es tan débil como nos quieren hacer creer, y la mejor forma de combatir la explotación es alejarte de la sumisión. No en vano, Yelena convierte un proceso de crisis en una etapa de reafirmación personal que la lleva a abandonar el disfraz militar.
El arte de Kordey nos acaricia el Ánimo, fustiga
Estamos ante un nuevo punto de partida para un personaje clásico. Olvídate de todo lo que hayas leído sobre Viuda Negra. Este relato te permitirá disfrutar a la vez que te hará pensar.
Eso sí, si despierta en tí el goce por el roce, ¡no culpes a las viñetas!
Nino Ortea. Gijón, 4-XI-09