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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

sábado, 20 de julio de 2013

Ha pasado un lustro con sus sustos.



Hubo un tiempo en que me dio por cantar mis males por demenciales. Ahora que han pasado cinco años desde que abrí el blog Ven y enloquece veo en ese espacio expresivo un monumento a mi ahínco en presentar mi tontura como locura. Fue mucho lo que disfruté con aquel proceso creativo, febril por momentos, acompañado por quiméricas “pellejudas” y delirantes “trostélidos”.

También es mucho lo que aprendí como escritor y como persona.



Como escritor, la sombra de John Fowles me persigue al igual que su figura me atrae. No quiero acabar atrapado en un proceso recreativo ad infinitum de una obra, por mucho que disfrute al profundizar en su laberinto creativo. De ahí que diera por cerrada la escritura de Ven y enloquece. No se puede vivir en el pasado, aunque es dulce recordarlo y conveniente el tenerlo presente, para así evitar reconvertirme en Polifemo. La edición actualizada de los contenidos de Ven y enloquece se puede encontrar en esta etiqueta.




Una de las cosas que más me sorprendió de mi incorporación a la Blogosfera fue comprobar lo bien que funciona mi persona como personaje, al convertirse mi firma de Nino Ortea en un heterónimo que fabulaba con la realidad y las fantasías de Nino. Pocos viajes me han resultado tan placenteros como el que realicé a la isla de Kong; y contadas sorpresas han sido más mayúsculas que las que me llevé al descubrir en otros que la ficción por mí recreada los llevaba a dudar de la realidad convivida.



El tema de los comentarios y su nervio emocional en mí, daría para la escritura de un tratado sobre el cariño. Sin embargo, he dejado atrás los comentarios recibidos entre el 20 de julio de 2008 y el 3 de julio de 2011. Podría dar mis excusas para mi decisión de eliminarlos, pero sólo hay una razón: mi lado narciso. En muchos de esos comentarios veía reflejos de mi persona doliente y no de mi personaje firmante. La lectura de los textos se veía afeada por la de algunos pies de página. Así que los eliminé para dar mayor lucimiento a mi heterónimo.

Pero me siento muy satisfecho de las 131791 lecturas que alcanzó mi blog anterior y muy orgulloso de las 102 personas que a día de hoy aún figuramos como seguidores de él. Gracias por venir y enloquecer entonces; y redoble de gracias a quienes me seguís animando a agitar La coctelera.



Entre esos animadores, sin pompones ni pomposidad, José Manuel Ruíz es la persona más importante para mi persona y mi personaje. En estos cinco años ha pasado de conocido a amigo, gran amigo. Siempre ha tenido palabras de ánimo hacia mi vertiente creativa y nunca me ha desatendido en mis vicisitudes personales. Gracias, José. Y en tu nombre a todos los que me disteis lustre en este lustro.

Confío en que los próximos cinco años aproximen la realidad a nuestros deseos.


Nino. Gijón, 20-VII-2012.

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