El contenido literario de este blog está registrado en Safe Creative

El contenido literario de este blog está registrado en Safe Creative
Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

lunes, 27 de mayo de 2024

La voz humana (a Flor)

Amaral - Estrella de Mar


Hola, amable leyente.

Ojalá coincidas conmigo y pienses que “La voz humana” es femenina. Ojalá que si hemos coincidido no haya sido porque has interpretado que me refería al protagonismo en la pieza dramática escrita por Jean Cocteau. Si ha sido así, te pido a la par disculpas y que concedas parte de tu tiempo a la lectura de esta introspección con la que confío aclarar el “deámbulo" en mi preámbulo.

La mayoría poblacional es femenina. Luego, en esta época de primacía estadística y primor democrático, lo apropiado es dar sin primicias la voz principal a la mayoría.

Fuera de los datos y dentro de lo personal, suele ser una voz de mujer la que nos acuna con sus fabulaciones en la infancia, nos educa con sus dicciones en la juventud y nos vela con sus historias en la vejez. En el ámbito laboral, a las mujeres se les confían funciones asociadas con la comunicación oral; confianza que deviene en determinismo al relegarlas a trabajos feminizados precarios.

Aunque… ¿Acaso hay mejor ejercicio de narrativa breve que el que componen las teleoperadoras en un puñado de minutos y con el que logran hacer de lo vulgar un objeto de deseo?

Voz, mujer, teléfono, deseo… Todo lo que escribo parece llevarme a Cocteau y a su personaje con pronombre por nombre: “Ella”. ¿Qué gran ficción de mujer, verdad?

Lo aparentemente ficticio, aunque absurdamente real, es que la casi totalidad de arquetipos y estereotipos literarios femeninos estén escritos por hombres. La “Eva” bíblica, “Lady Macbeth”, Bernarda Alba… son puntos referenciales en nuestra cartografía literaria; en un atlas creativo trazado por hombres y que consultamos escritores y lectores de ambos sexos, sin cuestionarnos por qué se presenta plano un mundo intelectual que es esférico, sin preguntarnos qué ocurre con el hemisferio elidido.

El ser padres de heroínas y villanas no conlleva para los literatos la pérdida de su renombre, algo que sí ocurre cuando la autoría no es de un hombre. Si la obra de una autora deriva en transcendental, se obscurece su valía y se ilumina lo anecdótico. Se destacan rasgos biográficos, normalmente los desgraciados –por eso de desanimar a las posibles tentadas por el demonio de la escritura–; se resalta lo crucial del factor suerte en la repercusión, que no valía, de su obra –que suele ser única, ya que la suerte, como el rayo, rara vez golpea dos veces–. Se presenta a las literatas como mujeres de papel, personas frágiles y de poca consistencia, a las que por su bien conviene no darles juego para evitar que se rompan –como ocurre con las muñecas impresas que se usan para decorar, no para el recreo–.

Escritoras como Carmen Laforet, Françoise Sagan o Elsa Morante son ejemplos de esa condena al olvido de la nada literaria que sufren una legión de autoras de las que se alega que no las inspiró una musa, sino que les sonrío la suerte –como si la sonrisa de la suerte fuera como la mirada del bizco y debiéramos evitarla–.

Te sugiero, afable leyente, que leas sin prejuicios y con curiosidad no sólo la obra publicada de cualquier escritora –sino la autopublicada por cualquier conocida– o acercarte al blog o espacio literario de una desconocida, como en el que mi admirada amiga y admirable escritora Flor nos regala su voz humana. No te sentirás en tierra extraña, sino en costas sugerentes donde sopla el viento de la voz humana.

Allí nos encontraremos. Gracias por tu compañía.



22 comentarios:

  1. Contextos para este texto:
    Jean Cocteau: poeta, dramaturgo, escritor, crítico de arte, ensayista, pintor, director de cine y diseñador francés. Creador de enorme éxito y repercusion, a pesar de su vida licenciosa. La entrada que le dedica Wikipedia no oculta su homosexualidad o su adicción a los opiaceos; pero se centra en loar su vida creativa y las obras resultantes. https://es.wikipedia.org/wiki/Jean_Cocteau

    La voz humana: pieza dramática en un acto para un personaje. Escrita por Jean Cocteau en 1930.

    Carmen Laforet Díaz: escritora española. Su obra más conocida es la novela «Nada», ganadora del Premio Nadal de 1944. La entrada que le dedica Wikipedia es un ejemplo del reduccionismo y chismorreo con el que se aborda la figura literaria de demasiadas escritoras. https://es.wikipedia.org/wiki/Carmen_Laforet

    Françoise Sagan: escritora, dramaturga, novelista, guionista, biógrafa y directora de cine francesa. “Consumía drogas y alcohol sin moderación, en febrero de 1995, había sido condenada a un año de prisión con indulto y una pena de multa por consumo de cocaína y alcohol”. Copia pega del texto de la entrada que le dedica Wikipedia, en la que no aparece ningún análisis sobre su larga carrera creativa –sí sobre sus matrimonios o sus problemas de salud–. https://es.wikipedia.org/wiki/Fran%C3%A7oise_Sagan

    Elsa Morante: escritora, poeta, novelista, traductora y prosista italiana. “La suerte de haberse casado con Alberto Moravia explicaría el secreto de su éxito”, según la cabecera con que Wikipedia titula el estudio de su obra: Matrimonio con Alberto Moravia. Carrera literaria. https://es.wikipedia.org/wiki/Elsa_Morante

    ResponderEliminar
  2. Actualmente la mayoría de las obras que se publican son de escritoras. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Susana:
      Tengo la impresión de que tanto en los clubes de lectura como en los cursos de creación literaria la mayoría de participantes es femenina.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Qué bien escrito está! 😘😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué generosamente comentado está, Maite!
      GRACIAS.

      Eliminar
  4. No suelo mirar el género o el sexo (lo que se diga ahora) de las personas que escriben... Es verdad que la literatura femenina tiene más tendencia a ciertos temas y la masculina a otros...Si están bien escritos no debería importarnos, ¿verdad? Qué pena que haya gente con tantas cosas raras en la cabeza.. haces bien en recordarlo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Beauséant:
      Al igual que tú, pese a que soy un acérrimo degustador de obras de género –tebeos de superhéroes, pelis de marcianos, canciones pegadizas… no reparo en el género de la autoría. Es más, creo que el concepto de autoría queda muy condicionado en una obra literaria traducida. El ejemplo más nítido que te puedo poner de esta degustación ajena a la X o Y genética creativa lo encuentro en la música, donde me encanta cantar canciones compuestas y/o interpretadas por mujeres.
      Un abrazo, Beauséant.

      Eliminar
  5. Si no conoces el libro de Jean Cocteau titulado "La dificultad de ser", te lo recomiendo. Para mí es una joya. Salud siempre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Fackel:
      No conocía esa obra de Cocteau, gracias por recomendármela (acabo de descargarla en epub).
      Sin buscar hacer un juego ramplón de palabras, hay veces en las que mi mayor dificultad está en mi facilidad para ser.
      Salud y suerte, Fackel.

      Eliminar
  6. Flor es una escritora genial y tienes razón uno debe leer sin prejuicios. Te mando un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Citu:
      Sí, creo que Flor es puro ingenio y sencillez.
      Llegado a cierta edad, todo consumo –ya sea de obras artísticas o de sardinas enlatadas– es un acto de elección unas veces caprichosa y otras juiciosa. Debemos leer lo que nos gusta, sin desmerecer lo que nos disgusta. Hay legiones de prejuzgantes que asocian lo que nos les gusta a que es malo, cuando lo que ocurre es, simplemente, que uno no es público para toda clase de obra.
      Un abrazo, Citu.

      Eliminar
  7. No sé si la voz humana es femenina, lo que sí sé es que algunas voces femeninas, como la de tu entrañable FLOR a la que acabo de leer y me ha impresionado tantísimo – como le he dicho a ella, debiste avisar lo que nos íbamos a encontrar- desde luego tienen la fuerza, la entereza y la dulzura de la mejor de las voces. Las voces, las buenas voces no tiene género mi querido NINO, aunque es verdad que por naturaleza la mujer tiene esa sensibilidad tan a flor de piel que sin esfuerzo alguno acaricia y es verdad también que a lo largo de la historia, por esa debilidad que se nos adjudica, se la ha menospreciado, pero hay que ser muy sordo para no derretirse con algunas voces como la de tu preciosa amiga FLOR, absolutamente deliciosa en letras, imagino que su sonido real lo será a un más, así que gracias por permitir que la disfrutemos.. me voy con un nudo, hoy no sé si saldré viva de los blogs, porque acabo de volver a leer a CLARISA, otra joya de este mundo bloguero que como a FLOR, conozco gracias a ti, así que mil gracias de corazón, a ver si me recompongo porque me tengo que ir al juzgado, voy a llegar con cara de acelga jajaja en fin, un abrazo fortísimo y enhorabuena por estar rodeado de voces tan preciosas!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, desacelgada MARÍA:
      Soy dado a creer en lo que no sé, por eso me vuelvo en olvidadizo –que no en descreído– ante la experiencia. Pese a mi vejez, mi desencanto o mis divorcios creo en la vida, en la amistad o en el amor. También creo que la voz humana es femenina –quizá todo se deba a que cuando escucho una voz que me aconseja es la de mi madre–.
      Flor es pura humanidad comunicativa, una innata, lo que en inglés adjetivan como “ a natural” –nada que ver con “La mejor”, tal y como maltitularon la peli de Robert Redford “The Natural”–. El artificio puede atraer mi mirada, pero no la atrapa. Lo natural, con sus fallos resultantes de caos que le es intrínseco, es el elemento humano que más me fascina –de ahí que añore esas mañanas a contraluz de las noches de artificio seductor–. Soy un gran aparentador en la vida, despliego con eficacia mis artificios. Entiendo y respeto que otros lo hagan como manera de sobrevivir. Pero no aconsejo a nadie que viva como viva yo. ¡Que el cielo me juzgue por vivir a mi manera! (De prejuzgarme ya se ocupan los miserables)
      ¿Qué puedo decirte respecto a Clarisa? ¿Qué puedo escribirte salvo mi respeto respecto a personalidades como la suya, la tuya, la de Flor o la de Demiurgo? Simplemente que vuestras voces hacen que mi vida real, no sólo la blogueística, sea mejor.
      Un gran abrazo, MARÍA.

      Eliminar
  8. Nino, le haces un gran homenaje a la mujer, ponderando esa voz femenina, que alumbra la vida, acuna, cuida, besa y abraza el crecimiento y madurez de los hijos del mundo; ponderando esa voz femenina, que también sabe ser buena escritora y artista en todos los campos y que no se la ha reconocido con justicia...Es cierto que esa voz femenina ha luchado y sigue luchando por SER, por acompañar al hombre y juntos crear y recrear la vida, que tantas veces nos prueba y nos desespera...Se agradece tu hermoso detalle y tu reconocimiento, Nino...Y más aún realzando la voz de una compañera de la blogosfera llamada Flor, que ahora visitaremos.
    Siempre dicen que la vida nos devuelve lo que vamos dando...Que la vida te devuelva este regalo, que nos haces a todas las mujeres, que creemos en la vida, en los valores humanos y en la educación y la cultura, que nos hace dignos a todos, Nino.
    Mi abrazo entrañable y agradecido, compañero de letras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Mª Jesús:
      Gracias por tus palabras animosas.
      Si algún hecho positivo me define es el ser hijo de mi madre. Sin desmerecer a mi padre, hermana, amistades o casualidades mi vida es resultado de su cercanía –lo de desvivirme fue cosa mía–. De hecho, a dos de las autoras que menciono – Carmen Laforet y Françoise Sagan– las descubrí por recomendación materna.
      El azar ha hecho que en mi entorno prime desde la adolescencia la compañía femenina: mi hermana siempre ha sido mi amiga y cómplice; estudié un bachillerato de letras puras y una filología inglesa atraído por mi fascinación por el eterno femenino; la totalidad de mis trabajos no solitarios en el sector educativo o de servicios se desempeñaron en entornos femeninos… De ahí que cuando piense en compañerismo o en amistad, piense en femenino. Y mi pensamiento no es una sublimación –mi experiencia me ha enseñado que una jefa o una compañera pueden ser tan abusivas como un jefe o compañero–, sino una constatación: la voz que me ha amado, cuidado, atraído o estimulado ha sido primordialmente femenina.
      En lo creativo, nunca me ha importado que quien cantara, pintara o fabulara fuera hombre o mujer –salvo en el campo de la interpretación artística donde mis héroes y referentes son masculinos (de “Tarzán” a “King Kong”, de Bruce Lee a Jack Lemmon)–. En la Blogosfera la mayoría de los espacios que me interesan los gestionáis mujeres, compañeras de viaje y maestras en letras. Sin desmerecer a nadie, sólo leo a quienes me interesáis; y, por azar o voluntad, la mayoría de los blogs que me apetece leer están escritos por mujeres que escribís desde perspectiva humana no desde el atisbo de género. Escritoras como mi admirada Flor, en quien aprecio una naturalidad comunicativa desbordante. De nuevo, mi aprecio no es sublimado; identifico en su voz literaria unas carencias formativas, pero me atrapan su ingenio y su falta de deformación academicista –deformación que está muy presente en mi impronta–.
      Disculpa mi monólogo largo y endogámico; pero me encanta leerte, Mª Jesús, y me inunda el escribirte.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  9. Por algo siempre quise tener mis hijas.

    Salud.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y seguro que ellas siempre quieren tenerte cerca.
      Un abrazo, Erik.

      Eliminar
  10. Pero bueno... ¿Qué pretendes?
    Animar a los leedores para que inicien una aventura arriesgada?
    Esa de sumergirse en autor@s a los que no jalean los grandes medios?
    A intentar dar voz a quienes se autopublican?

    Pues gracias, VYE. Sólo captar tu indicación ya es un gozo disidente,
    como el que adivino esperándonos en el texto de Flor.
    Vamos a por él. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Ana Mª:
      Pues…
      No es por ser pretencioso pero pretendo no sonar horrendo ni gracioso cuando escribo sobre cómo vivo o afirmo que leo a quienes no me hacéis sentir feo.
      (Que para feo ya está ese tipejo que veo cada día en el espejo)
      No hago caso al jaleo ajeno, sí al jadeo sereno que me produce la lectura de lo que me aleja de lo egeno y me cura de la amargura. Lo que dicen los demás está de más cuando hace de menos a los textos amenos que me gustan y no me asustan con su vulgaridad o pretenciosidad.
      ¿Pretenciosidad he reescrito? A mi edad –y con el cerebro frito– disculpa la ¿nimiedad? de ser pesadito: me gusta dar voz a mis compañeros de coro y una coz a los del chocolate del loro (el que tenga ínfulas de artista no me desinfla como pacifista, dejo tranquilo a quienes no me importan ni un hilo).
      Un abrazo hilado, Ana Mª.

      Eliminar
  11. ¡Hola, Nino! En esta época absurda, donde todo parece ser carne para generar controversia, una de las cosas que me llama la atención es distinguir la literatura en función de si su autor es hombre o mujer. ¿Qué más da? Solo cuenta, para mí, la obra. Esa es la única verdad.
    También es cierto que quien determina la oferta literaria es el público lector y creo que hoy día dominan de largo las lectoras sobre los lectores, así que las editoriales parece que se están decantando por ese público. No sé.
    Dicho esto, ojalá se recupere la obra de grandes escritoras olvidadas que nos hagan descubrir joyas de la literatura anterior al s. XXI que es la que más disfruto.
    Por otra parte, estupendo homenaje a nuestra compañera Flor. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, David:
      Sí: sobrevivimos a estos tiempos absurdamente controvertidos, en los que se nos da libertad para elegir hacer lo que se nos manda –en una digitalización social del “Haz lo que quieras, pero atente a las consecuencias si no haces lo que YO quiero–.
      Es absurdo el uso de la palabra “libertad” para imponernos obligaciones que, en nuestro constante liberticidio de la individualidad en pro del adocenamiento, exhibimos en el altar de la modernidad: ahora trabajamos como administrativos para aquellos que nos cobran por administrarnos. El controvertido teléfono móvil –que tantos aseguran que los tiene esclavizados– se ha convertido en el altavoz de la voz de nuestros amos, que nos venden una quimera de “realización personal” al permitirnos trabajar para ellos usando sus “apps” de producción/control. Ahora, si no haces un “Bizum” para aportar los 5 euros que le has quedado a deber a un colega y le propones quedar para dárselos en persona, eres un zumbado.
      En el Arte, tanto en su creación como en su disfrute, se han cambiado soportes y comercialización; pero se mantiene la desvirtualización del artista. El ejemplo más sencillo lo podemos encontrar en el mercado editorial: las editoriales y los lectores siguen sin reparar en la autoría de la traducción, pese a que ésta suele estar realizada por mujeres. Me parece insultante tanta defensa de la autoría de género en la que se ignora o silencia a tantas traductoras de obras escritas por hombres.
      Me temo que me ha quedado un comentario muy embarullado. Te pido disculpas, David. La migraña me araña y enreda en sus telas, pero no quiero que me aísle.
      Un abrazo, compañero.

      Eliminar
  12. Hola, Nino.
    Yo tengo el gusto de contar con un buen número de comentaristas femeninas. Alguna me agradecidos por hacer brillar a mis personajes femeninos, a cada una de manera diferente.

    Ha habido verdaderas ´pioneras como Mary Shelley. Ha habido mujeres que han usado pseudónimos masculinos, como George Sand. Y en más cerca de la actualidad, James Triptree Jr, en realidad llamada Alice Sheldon.

    La blogosfera es un buen espacio para las escritoras. Flor es un ejemplo de las narradoras que merecen ser leídas.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Gracias por tu lectura comentada.

Entradas populares