Mi querida Sidonie:
Respecto a lo de ayer, hoy he comprendido que
tienes razón: reconozco que me divierte el que me señale como “rareza” aquél
cuya conducta gregaria me seca de la pereza.
Aunque al "trostélido"
de ayer, no es que aparentara ignorarlo, ¡es que no lo vi! Estaba absorto
admirándote, al igual que ahora soy feliz recordándote.
Por suerte la misma vejez que me impide colarme con
agilidad por el balcón de tu escote –y es que más que un sujetador deportivo,
lo que vistes parece un cepo al furtivo– viene en mi ayuda: ya que entre mi
presbicia y mi repulsión a lo vulgar, ni veo ni saludo al maldiciente aunque lo
tenga enfrente.
Desconozco cómo me afectaría el que me enseñases a
tolerar lo que ahora me avergüenza. Ya sabes, Sidonie, que cuando
tú enseñas, lo que es raro es que no te preste toda mi atención.
Pero, lo que sí que conozco es que, si estoy bajo
el paraguas de tu sonrisa, no me miran por “raro”, sino que por afortunado.
Siempre tuyo.
Nino
Sidonie, con su nombre tan exótico, es tu musa. Sin duda.
ResponderEliminarEntiendo eso de querer ser el que desentona, el señalado por su rareza. Lo entiendo. Tal vez me guste serlo.
Y me gusta la idea de que alguien, señalado por su rareza, logre conquistar a una mujer y eso haga que lo consideren afortunado.
Saludos.
Buenas tardes, Demiurgo:
Eliminar“Sidonie” es el nombre etéreo de mi amada eterna: ella puede ser más o menos alta, de cabello corto o largo, rubia o morena… Normalmente se ha encarnado en mujeres de tasgos físicos cambiantes, pero que coinciden en ser de mi generación, independientes de ánimo, sonrientes, de voz nítida y con personalidad estética.
Llevo toda mi vida siendo señalado como el “raro”, por el mero hecho de ser diferente a la mayoría.
Dentro de la creatividad blogueística, te considero una personalidad “rara”, Demiurgo. Reconozco que apenas leo otros blogs, por lo que mi valoración no se basa en un análisis de amplio espectro, pero no conozco a ningún otro escritor con una imaginación tan fiel a su voluntad: has creado un universo de ficción y tus relatos se desarrollan de manera coherente dentro de él. La mayoría sólo podemos ficcionar que somos otros dentro de este mundo incoherente con nuestro sentir.
Además, eres una persona atenta y considerada; lo cual, sin ser raro, sí que es escaso en esta sociedad superflua de blogs despersonalizados.
Una vez más, sólo puedo agradecerte tu constante aprecio, compañero Demiurgo.
ese nombre
ResponderEliminaresa mujer
esa voz
ese momento bajo la sonrisa del paraguas
sin lluvia de una tarde sin sol en......
Buenas tardes, Mucha:
EliminarGracias por acercarte a acompañarme en este paseo vespertino, en una tarde sin sol ni lluvia, pero iluminada por la luz de tu compañía.
Un abrazo, Mucha.
Este escrito te engalana
ResponderEliminarLa metáfora que usas
me vuelve sin canas
felicitaciones
Buenas tardes, Mucha:
EliminarLo que me engalana mis palabras son vuestros comentarios, en ellos está la belleza que creías al convertir en sentimientos lo que en mí son meros garabatos.
Lo que le da ganas a mi ánimo es el contar con tu compañía, Mucha.
Feliz domingo.
Las cartas a Sidonie tienen una búsqueda introspectiva interesante, y a la vez mucho de confesión.
ResponderEliminarUna consulta: ¿Qué significa "trostélido"?
Abrazo!
Buenas tardes, Frodo:
EliminarTal y como le acabo de comentar a Mucha en su blog; mi corazón late en el ayer y me mente piensa en el mañana, el resultado es que no tengo presente mi hoy.
Estas variaciones que dirijo a mi invariable Sidonie son un hablarle a destiempo a personas que ya hace tiempo que se han cansado de esperarme, o un anticipar lo que pasará con quien empieza a esperarme: a unas y a otras sólo les queda convertirse en recuerdos de alguien que no olvida.
“Trostélido” es un palabro que me inventé para intentar sintetizar la idea de la apatía que impregna a las cosas que se hacen por rutina, no por deseo. “Trostélido” es el vivir de quienes se dejan morir de ganas antes de admitir que son lo que no se espera de ellos.
Enorme es la alegría que siento al recibir tus palabras, compañero Frodo.
Hay un alma gemela que siempre nos circunda, nuestra mente la siente o la dibuja; nuestra inquietud por descubrirla, nos mantiene en la búsqueda, queriendo (ingenuos o a propósito, según el momento) que, aparezca o siga tras la niebla, por eso del encanto que tiene, aquello que presumimos bello y no papable. Me encanta (te lo digo siempre) las cartas que le escribes a tu musa.
ResponderEliminarY lo agradable de leerte en este domingo, cálido y cantor, aquí desde mi ventana al Mediterráneo.
Pienso en lo útil y conformador que es esto de escribir, escribir aunque sepamos que somos raros. ¿Y qué es la rareza? Yo creo que son esas "notas" que provocan los cantos más verdaderos.
Un abrazo de domingo, Nino. ¡Feliz día, compañero!
Buenas tardes, Clarisa:
EliminarNo soy dado a actos desalmados, sino a los impulsivos; es más, pongo mi alma en todo lo que hago, cuando la abordo llevado por el sentimiento. Este impeler alma a mis enninaciones, hace que sea persona dada al desencanto, ya que me decepciona el comprobar que lo que yo abordo con pasión, otros lo hacen por rutina. Por suerte, soy muchas cosas, pero no aburrido. Por lo que no suelo tener problemas en encontrar con quien pasar el rato.
El problema surge en esos sentimientos en los que lo efímero no tiene cabida, pues mi natural desacompasado, me tiene acostumbrado a vivir suelto y a obrar a mi ritmo; y, en las cosas del sentir, es imposible avanzar de la atracción al amor cuando tu encaprichado está enninado en sus abstracciones. No conozco a otro Ulises que su búsqueda de hacer puerto en Ítaca haya desencantado a tantas Penélopes que acaban decepcionadas de mi hacer de nuestra relación una odisea.
Sidonie hace y deshace de sus entretelas el lienzo de mis ilusiones. Ella no necesita esperarme, siempre me acompaña. Su canto de sirena hace que me ate a la realidad para evitar encallar en los estrechos del sedeo, su sonrisa me guía hacia la luz cuando la niebla amenaza con humedecer mi alma.
Aquí la tarde se ve gris y húmeda, pero en la calle me espera la luz, aunque sé que la apagará la brisa del amanecer.
Un cálido abrazo, Clarisa.
Me gusta leer tus palabras que surcan cielos abiertos alejando siempre de lo gerrenal. Mundos propios, diferentes, de quien es pluma hecha a sí mismo.
ResponderEliminarDe talento indiscutible.
Mi admiración Nino!
Abraz☆
Buenos días, AtHeNeA:
EliminarTe leo y me gustaría ser ese Nino al que tú escribes: ese “artista de talento indiscutible”.
Gracias por ayudarme a desear mejorar como escritor con tus palabras. Gracias por ayudarme a mejorar con tus actos.
Un abrazo, AtHeNeA.
Tus musas imaginarias, mis musas reales e inalcanzables... Cada uno usa su imaginación para tratar de vivir mejor... Y el blog soluciona cosas, como que no! 😏
ResponderEliminarAbrazo 🙋
Buenos días, JLO:
EliminarAnte todo: disculpa mi retraso en corresponder a tus comentarios: estoy bastante absorto entre mis ensoñaciones y mis realidades, absorción que hace que me aisle del contacto exterior.
Sí, la imaginación es un ensueño de algo bueno, funciona como ese espejismo que hace que concluyamos una travesía por el desierto. La relación con mi musa, últimamente llamada Sidonie, es un sentimiento monógamo e intenso; sentimiento idealizado que se enriquece con matices reales de mujeres que estuvieron, están y estarán en mi vida.
Un abrazo, compañero JLO.