A fin de intentar encontrar una
salida al laberinto creativo en el que me he enclaustrado, he decidido dejar de
avanzar por sus pasillos. A lo largo de un tiempo tan indeterminado como preciso me mantendré, de
nuevo, alejado de la publicación en este blog.
Este dejar de venir no conllevará un
parar de enloquecer. Aunque no actualice «Ven y
enloquece»,
seguiré escribiendo ficción; y mi intención de mantenerme distante de Internet
y sus enredos, no me impedirá seguir correspondiendo tanto a vuestros posibles comentarios
en el blog como o a la correspondencia personal. No me marcho, simplemente me alejo
para analizar con perspectiva mi figura literaria.
Este alejamiento es un acto cíclico,
como bien sabéis los veteranos en leer mis entusiasmos caprichosos. Confío en
que esta vez me muestre más consecuente que en las ocasiones anteriores –en las
que no tardé en olvidar las decisiones que había tomado durante esos lapsos de
ausencia–.
La llegada de la primavera siempre ha
tenido un efecto revitalizante en mi creatividad. Nada apunta a que este año
vaya a ser una excepción.
Una vez más, amables leyentes, os
agradezco vuestra compañía estimulante.
Ha sido un privilegio el venir y enloquecer a vuestro lado.