Al poco de llegar a casa los invitados, Calinka les anticipa de que esa fiesta obedece a una celebración doble: festejar la recuperación de Sara y celebrar que ella ha comenzado a hacer realidad su pretensión de establecer una fundación de ayuda al medioambiente. Les explica que tras la cena de ese sábado, había mantenido una larga conversación con el señor Karloff. El industrial se mostró dispuesto a subvencionar económicamente la ONG "RECUERDA", siempre que su primer plan de actuación se desarrolle en Tinshala, comarca de El Congo hacia la que el industrial se siente muy unido. Óscar comenta que de hecho es allí donde Industrias Karloff tiene su centro de extracción y tratamiento de metelio. Calinka sonríe y dice:
–Gracias, Óscar. Me agrada que el futuro director de la fundación RECUERDA sepa dónde opera la entidad que dirige.
Ahora sólo quedaba que el contable aceptara el cargo, cuyas condiciones laborales mejoran las que disfruta en la actualidad. Ariadna mira en silencio a su marido, mientras que Sara insta excitada a su padre para que acepte la oferta; está segura de que trabajar con Calinka tiene que ser algo muy guay. Luego de acercar a su regazo a su hija y abrazar a su esposa, Óscar contesta:
–Muchas gracias, Calinka. Acepto encantado. Espero no defraudar tu confianza. Bueno, en estos meses en que aún estarás en Thulapodrás enseñarme todo lo que necesite saber sobre la fundación.
La chica mira a sus cinco amigos. Se incorpora y les indica que ha llegado el único momento triste de la tarde, ya que tiene que informarlos de su marcha a África es inminente. La situación en Tinshala es muy apurada. Es imprescindible que ella vaya allí para evaluar cuáles son las primeras medidas urgentes. Por fortuna, su trabajo en el acuario puede ser asumido por otra persona, así que ella partirá a El Congo en dos semanas. Por eso es para ella tan importante que alguien de su total confianza, como Óscar, se ocupe de desarrollar la fundación.