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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

lunes, 8 de julio de 2024

Julio 24 II (Estrella de mar)

 

Amaral "Estrella de mar" Metrópoli, Gijón, 29/06/2024

Un concierto 'gijonudo' de una banda cojonuda.
 
Hola, amiga Flor:
Me tranquiliza saber de ti y me alegra el leerte con tu habitual ánimo positivo.
Temo que son lógicas las consecuencias que ambas desgracias han tenido sobre tu salud frágil. Además, sé por experiencia aún reciente que no son llevaderas las gestiones administrativas que acompañan al asentamiento de la muerte de un ser querido.
Os deseo a ti y a los tuyos un verano tranquilo, Flor.
 
Hola, Susana:
El problema de enganche/dependencia de las pantallas no sólo afecta a los niños, sino que a quienes tenemos edad de ser sus abuelos. Quienes nos gobiernan o administran se ocupan de imponer la tramitación digital de gestiones que antes podíamos realizar en persona.
Un abrazo.
 
Hola, admirado Carlos:
Todos mis fantasmas y miedos a la certeza de que no estaré mañana han desaparecido tras haberte leído: debo hacer memorable el hoy, ya que en el día de mañana no morarán ni siquiera mis fantasmas.
Un abrazo, maestro Carlos.
 
Hola, Erik:
Es de agradecer que nos permitas participar de tus paseos solitarios, de las ideas y sensaciones que nacen en ti a raíz de ellos: con ello nos ayudas a sentir vida a quienes disfrutamos de tus palabras e imágenes.
Reconforta tu percepción positiva de nuestro entorno natural.
Un abrazo.
 
Hola, Liz:
Por suerte, hay situaciones y personas que nos ayudan a volver a ser un niño. La lectura de tu entrada ha tenido ese efecto.
Gracias.
 
Hola, Citu:
Buen capítulo y mejor historia, con un final esperanzador. Será todo un reto a nuestra impaciencia lectora el esperar por su continuación.
Un abrazo.
 
Hola, Demiurgo:
No he leído el cuento en ‘Lecturia’ al que nos refieres; pero desde luego este texto tiene tu impronta: la simbología en los nombres de los personajes, la anticipación narrativa que acompaña a ciertas palabras, el final que concluye lo contado sin cerrarlo a seguir siendo narrado…
Toda una delicia el leerte, Demiurgo.
 
Hola, Fackel:
Me he quedado lleno de ideas y sensaciones tras haberme acercado a tu orilla creativa.
La tentación de la fuga de esta realidad, que cuando no es vulgar suele resultar hiriente, ha sido siempre un consuelo. De hecho, hace años que fabulo mi vida monótona como un espectáculo de escapismo: es otro quien hace la compra, ha preparado la comida y espera a que llegue la hora acordada para compartirla. Él está atrapado en una vida tan gris como el cielo de esta mañana de sábado. Yo brillo libre en mi fuga irreal en busca de cielos tan azules como lo fue mi mirada.
Un abrazo.
 
Hola, Miguel:
Debe de hacer un año que vi esta película –en casa en soporte digital–. Su visionado no me causó la grata sensación que sí me ha producido la lectura de tu reseña, que quizá me llevé a revisarla: ahora me he organizado un miniciclo Spike Lee y de pelis de Bill Plympton, por lo que de recuperarla será en un par de semanas.
No soy seguidor de las pelis de metralla de Liam Neeson. Ésta me atrajo por su emplazamiento geográfico e histórico, aspecto en el que no me defraudó. Pero ni las interpretaciones ni la realización me resultaron estimulantes.
Un abrazo, Miguel.
 
Hola, Cora:
La “ensoñación” que titula este poema nomina también tu manera de escribir, ya que lo haces “de ensueño”: con esa manera grácil de oscilar entre lo explícito y lo etéreo que dota a tu texto de la estructura de una evocación sensorial: avivas los sentidos y asientas recuerdos gratos.
Gracias por adormecer mi sueño a estas horas en que la tarde anochece. Ya despertaré mañana.
Un abrazo, Cora.
 
Hola, David:
Confío en que el cuerpo de este comentario no me delate como envidioso de tu manera de escribir. No sé si lo harás con “polígrafo” –de niño llamaba así a los bolis de cuatro colores– o enfundado en un guante, la verdad. Pero me parece un trabajo de chinos todo el cuidado al detalle, suculento cual grano de arroz cocido lento, con el que haces una bella ciencia del ensayo divulgativo criminal.
Aunque lo del señor Lombroso me parece asombroso, con lo que alucino es con el atroz uso del arroz chino. Y lo de que te conecten a una máquina para adivinar si atesoras inquina, me deja tan desconcertado como Wonder Woman me tiene alelado.
¡Me voy a comer endivia, para ver si me baja la hinchazón de envidia!
Un abrazo con lazo, de verdad, David.

 


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