En la vida y en el arte es
mucho lo que se queda atrapado en intentos fallidos o cometidos a destiempo. Pero
también es mucho lo que decidimos no compartir y guardar para nosotros. Actos íntimos
que hablan de nosotros o para nosotros, y que ante todo no queremos hacer
públicos.
Ayer murió Prince, un
creador prolífico del que me temo que no tardaremos en ser bombardeados con
discos póstumos. Me impresionó mucho el leer que lo habían encontrado muerto en su estudio, me vino a la cabeza que se había encerrado allí para eliminar todas las composiciones que nunca había llegado a compartir. quizá presentía la llegada de su muerte y no quiso que canibalizaran sus ilusiones más íntimas.
Yo no quiero que me pase eso. Llevo desde la madrugada rebuscando por casa y juntado todo lo que tengo escrito para tirarlo a la basura.
Yo no quiero que me pase eso. Llevo desde la madrugada rebuscando por casa y juntado todo lo que tengo escrito para tirarlo a la basura.
Acabo de tirar la última caja con mis papeles triturados.
No veáis en este acto nada
más que lo que implica para mí: cumplir mi voluntad.
Confío en vivir muchos años
y en morir tranquilo. Pero cuando me muera nada contará mi historia fuera de lo
que yo quise contar.
Y me parece barbaro eso. tendemos a vanagloriar a quien se va, aunque no nos guste. Buena entrada
ResponderEliminarSí, me temo que por unos días los medios de comunicación se llenaran de expertos en nada que, desde su vació emocional hablaran de su devastación tras la gran pérdida y demás parole, parole, parole…
EliminarLo insultante llegará cuando en “pro de la Humanidad” algún robaperas saque material inédito que él mantenía oculto y sin intención de grabar. Escribo de memoria, pero hablamos de un artista con, creo 39, álbumes de estudio (muchos de ellos dobles e incluso triples), súmale lo que publicó bajo heterónimos o sus composiciones para otros.
Bueno, el tiempo hablará.
Un abrazo, Demian
Uffffff Nino… me dejaste con super sensible con esta entrada.
ResponderEliminarHace exactamente 3 años, no recuerdo cuál fue el motivo particular que desencadenó en mí la misma reacción …y en mi último viaje a Buenos Aires quemé todo …literalmente …junté cuadernos, agendas, cartas recibidas, todo tipo de recuerdo escrito, y lo quemé …en fin.
Te dejo un besote.
(Lo que te prometí, espero te gustehttps://plus.google.com/+AlmaBaires/posts/Ku5HQNmtCVx …otro beso.)
Buenos días, Alma:
EliminarAntes de nada: ¡GRACIAS! Si en cualquier momento tu detalle me habría parecido un regalazo, hoy me anima y reconforta aún más.
No debe preocuparte mi decisión de desprenderme de textos del pasado que se habían quedado anclados en papel. Si yo, que soy mi lector más fiel, los encontré fallidos es que lo eran.
Escribo constantemente tanto en papel usado como en agendas caducadas (de éstas sólo he guardado una, la que contiene el borrador de mi próxima novela) Si esos textos a bolígrafo o lápiz no los había mecanografiado es porque no era ésa su función. Sí que me gustaba leerlos, releerlos y fantasear con que, algún día, los recuperaría- pero ese día no llegaba y algunas de esas páginas eran de hace casi 10 años.
Hace un tiempo que me planteo qué quiero que ocurra tras mi muerte, qué va a ocurrir con aquello que atesoro. Confío en darle una solución legal al destino de mis libros, películas, carteles, comics,,, Respecto a lo que escribí para mí, ya no soy ese yo, porque eran cartas sin destinatario.
Ahora me paso a leer tu comentario.
¡Gracias sinceras y sentidas, Alma!