No codicio ser el Nobel Dylan ni el plebeyo Sabina:
si escribo es por necesidad, no por ambición. Aunque admito que tengo de poeta
lo mismo que Bob y Joaquín atesoran de novelistas: a los tres
nos gusta contar historias. Si ellos componen canciones, yo escribiré evocanciones.
Mi contar historias tiene mucho de cantar mis ilusiones y
de trinar mis decepciones, a las que pongo ritmo de experiencias o compongo al
son de falsos recuerdos.
La necesidad que me lleva a escribir no resulta de un
tema único. Aunque sí que tiendo a repetir estribillos en su cadencia, por eso
de fantasearme como un decadente; de ahí que recomponga como cantares de gesta
lo que fueron gorjeos cotidianos: mis recuerdos son más bellos que las
vivencias que los originan.
En mis evocanciones
el pasado sonará orquestado a mi capricho; el presente resonará como soleares
improvisadas; y el futuro se anticipará en sonidos de lo que no llegaré a
escuchar.
Escribo por necesidad y con curiosidad. Publico por ganas
de comunicarme contigo, atentoLector;
gracias anticipadas por hacer tuyas estas evocanciones
y cantarlas a tu manera: pese a que seamos extraños en el paraíso, coreamos con
la misma ilusión.
Desde siempre, lo mío es el rock consistente; aunque
resulta evidente mi debilidad por el pop efervescente.
Desde ahora, voy a compartir evocanciones sencillas, a las que dará letra mi enninación y pondrá música el azar de tu
atención lectora.
Pronto lanzaré el primer sencillo. Gracias por mantenerte
a la escucha, atentoLector.
Dos grandes de la canción los que mencionas en esta entrada, Nino.
ResponderEliminarBesos.
Hola, María:
EliminarEllos son grandes, pero tu compañía es generosa; por eso la prefiero.
Un abrazo, María.
Gracias a ti, amigo Nino por amenizar así esta tarde.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Mil besitos y feliz tarde.
Hola, Auroratris:
EliminarPocas realidades me resultan más amenas que la de una compañía estimulante. La tuya lo es. Gracias por acercarte, Auroratris.
Un abrazo de mediodía.
Feliz tarde.
Por cierto, Auroratris, confío en no decepcionarte: he dejado el taller creativo.
EliminarMi condición de diferente se manifestó con virulencia, lo que podría llevarme a perder la paciencia.
Me gusta eso de las evoca n ciones. Puede ser el principio de escribir.
ResponderEliminarY a falta de afinidad para hacer música, se puede escribir con música como inspiración.
Saludos
Hola, Demiurgo:
EliminarCreo que ya escribí en este blog que me gustaría ser letrista ocasional de alguna banda de rock.
Siento que ha llegado el momento de darme ese gustazo.
Para la escritura escucho música accidental normalmente de la radio o de alguna lista aleatoria de reproducción en el ordenador. Para corregir textos largos a los que quiera dotar de una atmósfera, sí que escucho un tipo de música determinada.
Un abrazo, compañero Demiurgo.
no hace falta ser ninguno de ellos para sentirse realizado, es la verdad... y menos en tu caso! abrazo...
ResponderEliminarHola, JLO:
EliminarUna vez más te leo y no sé cómo corresponder a tus palabras de aprecio.
Mi incultura hace que el lenguaje escrito se que quede corto, y que más allá de un gran GRACIAS no sepa cómo adjetivar el ánimo y la alegría que me trasmite el leerte.
Un fuerte abrazo cálido, compañero JLO.
Sí????? de verdad?????
ResponderEliminarHola, Tracy:
EliminarSí, de verdad cantada (bueno, “compositora”, que lo mío no es cantar, y sí dar “el cante”)
Un abrazo, Tracy.
Tengo ganas de escuchar esas evocaciones, Nino!!
ResponderEliminarBesos.
Hola, Ángela:
EliminarGracias por tu interés.
Tengo varias compuestas, y las iré compartiendo con un compás marcado (me conviene marcarme una cadencia y no publicar al albur de mi capricho)
Un abrazo, Ángela.
Estimado Nino, qué texto tan exquisito. Me encantan tus "enninaciones y tus evocanciones"; tus sorpresas y rarezas sobre el papel virtual, blanco y sutil, como las narraciones al oído de las "mil y una noche", en días que no acaban de despedirse.
ResponderEliminarLo de "Extraños en el paraíso" ya es que lo borda. Me encanta esa eterna melodía, que ya venía de una versión maravillosa sobre un príncipe ruso (tú ya me entiendes).
Un abrazo, compañero. Que tengas un día precioso. ¡Salud!
Apreciada Clarisa:
EliminarConfío en que las cosas os estén marchando bien. Te agradezco el que encuentres tiempo para acercarte a venyenloquecer, y por alguna razón veo en ello una prueba continuada de afecto a mi persona y de aprecio a mi personalidad literaria.
No hace mucho, viví la situación de “Las mil y una noches” desde el otro lado: era a mí a quien cada anochecer se me pedía que fantaseara un cuento adormecedor a una odalisca de ensueño. El nuestro fue un largo adiós, aunque al final recurrí al cliché chandleriano de “Adios, muñeca”.
Durante un periodo estimulante, sin duda antes de que las redes sociales se convirtieran en enredaderas personales, evocaba en la creatividad blogueística una sensación de “paraíso perdido”. Bloguear me hizo retomar conciencia de que mi isla formaba parte de un archipiélago.
Pero, me adentré hacia tierras extrañas y me encontré desarbolado en un océano de niebla, fondeado en la inseguridad creativa.
De repente, como salidos de la nada, aparecisteis algunas personas. Abarloasteis a mi lado y, con paciencia afectuosa, me habéis alejado del olvido.
Gracias sinceras por persistir en alejarme de ese abismo.
Ahora, ya en tierra, los que en la mar éramos extraños compartimos un paraíso. Es un placer y un estímulo el contar con vuestra compañía.
El placer de los extraños, toma nombre y se encarna junto a vosotros.
Clarisa, eres una gran escritora y mejor persona. Lo cual es extraño en esta sociedad que deja que el miedo la vuelva mediocre.
Gracias, compañera paradisíaca.
Tus palabras soplan buen viento a mis velas.
Ahora y siempre:
Nino
En la humildad se encuentran las grandes personas Nino. Te deseo de corazon sigas cocechando logros, te lo mereces
ResponderEliminarBuenos días, Demian:
EliminarGracias por tu comentario y por los buenos deseos que en él me transmites,
Un abrazo.
Utilizá las enseñanzas que nos dejan las canciones de esos dos grandes para convertir tu sencillo en algo tan novedoso y excitante como cualquier evocación de dimensiones titánicas.
ResponderEliminarAbrazo grande!
Hola, Frodo:
EliminarMe temo que de titán sólo tengo mi combatir los atropellos de los endiosados; aunque, por suerte, mis dimensiones, sin ser las de un titán tampoco son las de un fondón.
Mi sencillo lo publicaré esta tarde o mañana domingo (dependo de que la araña de la migraña deje de tenerme en su red)
Gracias por tu compañía, Frodo.
¡Rocanrol!