Aunque
sea domingo y la tarde se presente más recreativa que creativa, en el halito de
la espera me oxigeno divagando sobre el equilibrio entre el fondo y la forma que
debe tener todo texto creativo compartido.
Soy
un escritor que se inventa palabras y un hablador que disfruta con la cacofonía.
El
relato de mis vivencias y la narración de mis fabulaciones son caprichosos en
el fondo, pero formalmente son cuidadosos. Hace tiempo que no practico la
publicación automática de mis textos. Suelo tomarme un rato de espera y de
muchas relecturas antes de publicarlos. Esas relecturas son un recurso para
codificar mi mensaje de la manera más comprensible para el receptor. Y también
son un exfuerzo de evitar todo descuido –gramatical o sintáctico– que se pueda
interpretar como desatención hacia mi interlocutor.
Mantener
ese equilibrio suele librarme de la publicación vertiginosa de textos
impulsivos fallidos.
Quizá
la columna de opinión que hoy publica Elvira
Lindo en el diario El País
sea un texto impulsivo. Dado que desconozco su intencionalidad no lo puedo calificar
de fallido. Sí que lo he encontrado sorprendente por sus fallos de fondo –es el
problema de recurrir a hechos de la Historia común para sustentar circunstancias
de una historia personalizada– y preocupante por sus descuidos gramaticales.
Si
el texto se dedicara a una “Presidenta”, ¿seguiría apareciendo el pronombre “le” en los tres usos subrayados?
Por
favor, indicadme cualquier fallo gramatical que encontréis en mis textos. No tengo
el ingenio de la escritora Elvira Lindo,
pero mucho menos quiero tener sus deslices.
Gracias
futuras, leyentes presentes.
Y
tras el hálito, el desaliento de mirar el reloj y comprobar que se me hace
tarde. Disculpa si llego con retraso.
Amigo Nino... igualmente te pido conmigo. Por mi parte puedes contar con esos ojos de más.
ResponderEliminarA veces, nos relajamos escribiendo o nos emocionamos de más (aquí una emocionada)
Mil besitos que te abracen con cariño y muy feliz inicio de semana, compañero.
Mi admirada Auroratris:
EliminarTodo texto es un pretexto para liberar emociones: el narrador en tercera persona es un yo circunflejo.
Gracias por tu mirada, siempre afectuosa.
Un gran abrazo, compañera.
Imagino que incluso la mejor escribana escribe con borrones. Elvira Lindo no me gusta como articulista, sí como novelista.
ResponderEliminarBesos!!
Buenas tardes, Ángela:
EliminarCreo que en los campos técnicos nuestros despistes hablan de nuestra persona, mientras que los aciertos cuentan la valía de nuestro personaje profesional.
El leismo es una vulgaridad, tanto en una escribana como en una escritora.
Un abrazo, Ángela.
La emoción nos niega para la coherencia gramatical y sindéresis del discurso. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarAdmirado Carlos:
EliminarEres una persona generosa con la palabra y un escritor cuidadoso con ella. No me extraña que no se despegue de tu lado.
Creo que la sindéresis debe acompañar a la redacción de todo juicio si no lo queremos convertir en prejuicio. La coherencia gramatical llega como consecuencia de nuestra elección de un acto comunicativo: no somos esclavos de la palabra, pero sí que debemos de ser cuidadoso con ella. Debemos bientratarla como haces tú.
Un gran abrazo, compañero.
Es bueno eso que haces de repasarlos, siempre uno encuentra cosas que modificar, aunque las anteriores estuvieran bien. Incluso te pueden venir nuevas ideas para enriquecer aún más lo que has escrito...
ResponderEliminarSea como sea, en tus textos lo más interesante es tu mensaje y todo lo que se puede aprender de un alma hermosa como la tuya.
Muchos besos.
Buenas tardes, Carmen:
EliminarDado mi déficit de atención, me cuesta reparar en los deslices y despistes que escribo. Es más, me siento incómodo al tener que activar la atención correctora al leerme. De ahí que, con asiduidad, realice ejercicios de lectura correctora con textos ajenos; confío en lograr sentirme cómodo pronto.
Feliz tarde, compañera.
Seguro que lo conseguirás :)
ResponderEliminarMil besos.
Tu seguridad me da fuerzas. Gracias, Carmen.
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