Hola, amable
leyente:
Confío en
que este año que acaba de comenzar te resulte estimulante en su sencillez –que
en la vida, a diferencia de lo que ocurre con los puzles, nadie disfruta afrontando
lo complicado–. Disfrutar de la magia de lo sencillo, de esas pequeñas cosas
que engrandecen lo cotidiano, sólo requiere de nosotros mantener viva nuestra
capacidad para ilusionarnos ante lo estimulante en la realidad y lo
esperanzador del deseo.
En nuestro
quijotear diario por las tierras de lo cotidiano, debemos evitar vulgarizarlo
como ordinario y autoengañarnos pensando que los molinos que vemos son
monstruos gigantescos. Pero sí necesitamos autoentregarnos en confiar en que dentro
de cada molino more una experiencia inolvidable, algo que recordaremos y cuya
evocación pública nos alejará del olvido al acercarnos a la memoria ajena.
Escribir
textos para este blog es pasa mí una experiencia inolvidable. El que tú los
leas, amable leyente, convierte estas fabulaciones sencillas en narraciones extraordinarias.
El que tú mores en sus estancias impide que este cobijo creativo se desmorone
cual casa de los Usher.
Gracias.
Es un placer leerte. Un beso
ResponderEliminarHola, Susana:
EliminarEl placer es compartido, compañera.
Un abrazo.
Feliz año, Niño!! 😘😘
ResponderEliminar¡Feliz año, Maite!
EliminarMuchas gracias por tus deseos.
ResponderEliminarQue la realidad no se empeñe en ir contra la ilusión.
Feliz año, Nino
Gracias a ti, Demiurgo:
EliminarCon tus textos y tus actos humanizas el artificio en Internet.
Me temo que vivimos tiempos de conflictos, en los que se fomenta la confrontación de lo que por naturaleza está llamado a coexistir (como lo están Realidad y Deseo). Tiempos en los que ningún padre, con los pies en la tierra, quiere que a su hijo lo adjetiven de “soñador”. Tiempos en los que toda madre, con tres dedos de frente, quiere que a su hija la califiquen de “ambiciosa”.
¡Feliz año, Demiurgo!
Gracias a ti, Nino, por tus originales escritos y por dar vida a la comunidad bloguera.
ResponderEliminarSeguro que el año da para divertidas ocurrencias o para tocar temas serios que a todos nos preocupan. A quijotear pues je, je.
Feliz 2025!
Gracias a ti, Miguel, por el estímulo de tu compañía, tanto en este blog como en el tuyo.
EliminarSí, confío en que el año dé para ocurrencias y diversiones, ya que también nos dará quebraderos y sufrimientos. Veo que has actualizado tu blog, así que me paso a divertirme.
Un abrazo, Miguel.
Siempre es bueno pasar por tu blog y leer tus historias. Temando un beso.
ResponderEliminarGracias, Citu, por pasarte y acompañarme.
EliminarUn abrazo.
Bien, pues vuelta a empezar.
ResponderEliminarSalud
Pues sí, Erik, emprendo una vuelta a lo mismo desde un renovado “ninismo”.
EliminarUn abrazo
La magia está en vosotros los magos.
ResponderEliminarUn beso!
Hola, Ángela:
EliminarMe permito disentir: la magia, en lo literario, es algo que se siente, no se crea; de ahí que momentos que para unos son mágicos, para otros resultan bostezantes. Pienso que el ejemplo más claro lo tenemos al leer una obra traducida, donde esa magia la producirían unas palabras no escritas por quien firma la obra.
¡Muy feliz año, Ángela!
Hola, Nino, qué alegría me da leerte. Es estupendo que no decaigan tus ganas de seguir blogueando con esa gracia tuya original que nos hace pasar un momento agradable leyéndote. Momentos que retengo en mi retina porque es tan valiosa la escritura sincera y maga, en estos tiempos tan artificiales donde todo se ha radicalizado o simplemente está manido. Me encanta esa aventura tuya que logras en cualquier texto sencillo, sólo haciendo lo que te gusta y haciéndolo tan bien. Gracias a ti, Nino, por compartir tus creaciones.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor, ya lo sabes; y que esas creaciones tuyas sigan enriqueciendo la blogosfera. al fin y al cabo, lo tuyo también es Arte.
Abrazo grande, mi buen amigo, nuestro.
Y que sigas en tu quijotear, quijoteando... Yo también quijoteo mejor en lo sencillo; ellos quijotean... ¡Bonito verbo inventaste!
¡2025 holas, Clarisa!
EliminarPermíteme ninearte que para bonito, al atún; y no te lo escribo al tuntún.
Créeme que tengo más de Sancho que de Quijote, salvo cuando me enfrento a abusones. Por lo que soy quijotero ante todo pijotero y mi lanza es mi lengua. Y sé que hay más de un pijotero y de una rocinanta a los que les gustaría que dejase de escribir en este blog, por lo que hago mía la frase que no es de cervantes: "Ladran, luego cabalgamos".
Escribir ficción es algo más que una afición, es necesidad. Como toda necesidad, mi ficcionar es un acto involuntario; hasta el punto de que muchas veces resulta del simple hecho de contar mi verdad. Otras veces, ficciono para alejarme de lo sucio y lo aburrido en el realismo; lo que resulta en un reflejo distorsionado de la realidad y hace que mis narraciones se asemejen a esperpentos. Mi principal problema social está en que mi realidad parece ficción a otros, de ahí que suela recurrir a una personalidad fingida (que actúa bajo mi nombre bautismal o el burocrático) para integrarme y funcionar en interacciones impuestas.
Eso sí, tanto Nino, como Marcelino, Marcelo y ninOrtea tienen en común que uso un lenguaje muy personal dentro de los registros léxicos que cada contexto implica.
Disculpa este nuevo canto a mí mismo; por suerte, el año nuevo no silencia mi viejo ninismo.
Lo mejor, ahora y siempre, Clarisa.
¡Rocanrol!
Amigo Nino, con tu blog nos ilusionas. Es un placer leerlo. Muchas gracias.
ResponderEliminarSalud.
Hola, Francesc:
EliminarLeer aquí tus palabras me produce emoción. La ilusión me la produce el leerte en tu blog.
¡Salud y suerte, compañero!