En los dos siglos que han pasado desde su publicación, la novela de Mary Shelley sobre un estudiante de Medicina obsesivo y su creación demiúrgica ha asumido una vida propia. Todo el proceso creativo que rodeó la escritura de la novela «Frankenstein; or, The Modern Prometheus» es en sí mismo un misterio, desde su arranque en “el año sin verano” de 1816.
En un ejercicio venyenloquecedoramente metaliterario, este proceso ha sido moldeado de nuevo con cada generación –l@s actuales novísim@s lo destacan como un ejercicio de “empoderamiento creativo femenino”–. Fuera del apoderamiento interesado a lo largo de estos últimos 200 años por lenguaraces ignorantes y vividores analfabetos, esta revisitación constante a la novela «Frankenstein; or, The Modern Prometheus», ha dotado a su autora de un reconocimiento inmortal, y ha convertido a su personaje en un mito moderno imperecedero.
Somos muchos los que vemos en la narrativa vigorosa de Shelley una reflexión preclara sobre la indisposición humana a tolerar al diferente. Intolerancia que, dependiendo de la época que nos toque vivir, se manifiesta en un mortal acoso entorchado a todo “monstruo” que no encaja en la artificiosidad de los cánones sociales; o en un vulgar sentenciar al ostracismo social a quien por sólo buscar disfrutar en libertad de su debilidad ante la belleza.
Todos podemos llegar a vernos acorralados por ser “monstruos” en batidas de prejuicio ajeno. Yo, en mi doble condición de “cazador” y “presa” en prácticas sociales, aprendí mucho sobre lo intolerable de la intolerancia leyendo a Mary Shelley.
Quizá, amigo lector, ya has leído la novela en cualquiera de sus muchas traducciones a nuestro idioma común: el español. Quizá te apetezca leerla ahora en inglés; idioma en el que la obra es de dominio público y que puedes descargar en formato EPUB desde Proyecto Gutenberg
Gracias por tu compañía, atento lector. Tu cercanía me aleja de buscar refugio en polos de soledad.
Parafraseando a Mary Shelley, fue gracias a tu aprecio que "No acometí contra el mundo humano para morir en mi tentativa de destruirlo."
Una novela escrita por una visionaria, quien hasta imaginó los transplantes y la resurreción cardiaca. Es una novela que se considera uno de los antecedentes de la ciencia ficción. Y hay relatos como El mortal inmortal.
ResponderEliminarMe gusta el subtitulo El prometeo moderno.
He notado lo de creación demiurguica.
Saludos.
Buenos días, Compañero Demiurgo:
EliminarSí, haces bien en revindicar la lectura del relato “El mortal inmortal!”; soy el primero que lo tiene bastante olvidado.
La ciencia-ficción es un género al que se trata con bastante desdén aquí en España, cuando quizá alberga al mayor número de obras maestras que la literatura de ficción ha escrito en los tres últimos siglos. La realidad es que aquí es un género muy poco practicado; y, curiosamente, muchas de las obras extranjeras que se han publicado reprodujeron en un principio una traducción argentina (de “La naranja mecánica” a “Solaris”)
Te deseo lo mejor para este año 2018, Demiurgo.
Leer a Shelley, es como leer a Verne. Cuántos vaticinios, cuánto de la condición humana, a pesar de aquellos que sólo la miran como algo fantástico, o tenebroso, y no en el alegato por el respeto a la diferencia. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarBuenas tardes, Carlos:
EliminarSí, muchos autores de obras de “anticipación” que en realidad son reflexiones sobre la condición humanan y lo inhumano de las sociedades, son reducidos a autores de “novelitas” de género fantástico, cuando no travestidos a autores infantiles. Aquí en España, muchas bibliotecas públicas tienen las obras de Verne (edición integra) en la sección infantil.
Un abrazo, Carlos.
Me encantó, y lo leí precisamente en ingles...
ResponderEliminarUn beso.
Buenas tardes, Sakkarah:
EliminarGracias por tu lectura comentada.
Sin desmerecer el trabajo de cualquier traductor, creo conveniente leer una obra en su idioma original (siempre que se tengan unos conocimientos mínimos del idioma) Son muchas las personas que una vez concluidos sus estudios, no vuelven a acercarse a un libro en inglés, pues lo asocian a su periodo de formación. La vida siempre nos está formando, y por suerte siempre podemos aprender de ella.
Un abrazo, Sakkarah.