Este jueves, es Lucía M. Escribano quien conduce desde su blog, “Sintiendo en la piel”, la convocatoria creativa bajo el tema “Semana Santa”.
https://lucia-m-escribano.blogspot.com.es/2018/03/convocatoria-juevera-4-de-abril-2018.html
Durante
estos días, ando liadillo y más afectado por la migraña de lo habitual. Me
apetecía participar en la convocatoria, pero la inspiración me ha sido esquiva.
De ahí que haya recurrido a compartir un pasaje del cuarto capítulo de mi novela
«Obligado
a convivir», fragmento ambientado en Semana Santa y que he adecuado en
su extensión a la estipulada para las convocatorias jueveras.
Confío
en que el texto funcione como unidad narrativa. Aunque quizá lo haga mejor si
os doy una información previa: el narrador es un niño huérfano que, en la España
de la Transición democrática, vive con sus padrinos: Isabel y Zacarías.
Gracias
por tu atención lectora.
«Obligado a convivir», (fragmento del capítulo 04)
Todos los sábados, cuando estaban a punto de dar
las tres de la tarde, Isabel iba a
la peluquería de Purita, un negocio
situado en el entresuelo del portal vecino a nuestra tienda y que, en todos los
años que permaneció abierto, nunca llegó a contar con licencia de apertura. Me
gustaba acompañarla a la peluquería, veía toda una aventura en la posibilidad
de que la policía irrumpiera en ese negocio ilegal para cerrarlo, tal y como veía
en las películas de gánsteres.
(...)
El salón de belleza de Purita cerraba los sábados a las dos. Pasada esa hora sólo recibía
a las clientas “especiales”: aquellas que trabajaban y no podían acudir en otro
momento. La peluquería se reducía a una habitación, situada a la entrada de la
casa donde vivía Purita. Resultaba
un lugar acogedor una vez que te acostumbrabas al ruido destemplado que
producían los secadores y al omnipresente olor a laca. Solía sentarme a leer
algún tebeo junto a la puerta. Si sonaba el timbre tres veces, y Purita me hacía un signo de aprobación
con la cabeza, mi misión comando era la de abrir la puerta e identificar a la
desconocida.
Recuerdo en especial una tarde-noche de Viernes
Santo en la que Isabel necesitó
acudir a la peluquería (...). Entramos
al establecimiento sigilosos cual espías. Para evitar que cualquier luz
delatara que el negocio estaba abierto en un día de contrición religiosa, Purita peinó a mi madrina a la luz del
alumbrado público que entraba por el ventanal. La peinó con mucha laca y nada
de secador, por eso de evitar cualquier ruido delator.
Mientras tanto, mi cometido consistía en vigilar
que nadie desde la calle reparara en el desarrollo de la “operación peinado”. A
nuestra salida, Isabel cubrió su
tocado reluciente con un enorme pañuelo. Sólo le faltaban un par de gafas para
parecer una espía con un aire clavado al de Audrey Hepburn en «Charada».
Desde el cierre por denuncia anónima de su
peluquería, Purita se dedica a
peinar por casas. La de Isabel aún
es una visita obligada los sábados por la tarde.
Es muy bonito el relato, me gusta como escribes.
ResponderEliminarImagino como sería y que pena que se lo cerraran por ilegal; pero siempre suele haber envidias y cosas así, que harían que alguien la delatara.
Muy bonito.
Muchos besos, Nino.
Hola de nuevo, Carmen:
EliminarMe siento gustoso al saber de tu gusto, es siempre un estímulo contar con el aprecio de una persona a la que aprecias. Vuelvo a agradecerte el que publicites en tu blog tu lectura de “Mirador”, tu generosidad no deja de sorprenderme,
En el año 1980 la realidad social era diferente. Recuerdo que aún eran muchos los negocios que funcionaban sin la licencia fiscal correspondiente (tengo ido a bares que estaban en primeras plantas de edificios de viviendas, comprado leche recién ordeñada o comprado libros a editoriales que no pagaban derechos de autor). La delación puede ser un recurso de autodefensa, una búsqueda de hacer justicia o, simplemente, una muestra de mezquindad.
Gracias por tu lectura, Carmen.
Feliz viernes.
Bueno, tienes razón, puede ser una manera de hacer justicia... o autodefensa. No sabía de la editoriales ni de los bares.
EliminarSi recuerdo que antes en los pueblos se compraba la leche recién ordeñada y se tenía que hervir :)
Espero que estés pasando un bonito fin de semana.
Mil besos.
Hola de nuevo, compañera:
EliminarMi infancia no fue una etapa dura, fuera del ámbito escolar llevé una vida rodeada de afecto: más allá de mis padres y hermana, estaban mis compañeros de juegos en el parque.
Respecto a lo “justo”, es muy difícil su aplicación fuera del ámbito personal (fíjate por ejemplo en cómo la defensa de unos derechos laborales puede ser considerada como algo abusivo por los usuarios de los servicios). Sí, incluso ahora hay editoriales que no pagan derechos ni acreditan autorías. Y los bares paralegales (cantinas en clubs sociales que estaban abiertas a todo el mundo, fueron mi refugio de adolescente; pues al no estar a pie de calle, nadie me veía cuando estaba en ellos. Ojo, te hablo incluso de las cantinas de institutos, donde podías perfectamente entrar a fumar y beber alcohol destilado con 14 años y sin ser alumno del centro.
Es todo un placer conversar contigo, Carmen.
:) Que bien se vive cuando uno no es visto, eh?
EliminarLo principal en la vida es eso, el cariño, estar rodeado de el.
Es cierto que la justicia es difícil, casi como la verdad, que cada uno tiene sus medidas, sus opiniones...
Nunca he estado en una cantina de instituto, pero debían estar muy bien, seguro.
El placer es el mío.
Muchos besos, Nino.
Buenos días, Carmen:
EliminarSí, el que te ignoren los ignorantes, el ser invisible para los abusones y el ser mudo ante los vulgares son suertes que embellecen una vida. Y el crecer rodeado de cariño es el fundamento para convertirte en una persona abierta a todos pero dependiente de nadie.
Sí, la justicia social es un hecho que nuestras sociedades no logran consolidar, y muchas de ellos ni intentan asentarla.
Empecé al instituto en el año 79, el mayor cambio respecto al colegio era que los profesores no pasaban lista en clase. Las aulas estaban tan saturadas que creo que buscaban reducir el aforo facilitando que los alumnos desmotivados hiciéramos novillos. Descubrí la cantina de mi instituto a finales de primero. Luego apenas fui a clase salvo para hacer los exámenes. Como nos reñían por pasarnos todo el tiempo en el bar, íbamos a las cafeterías de otros centros cercanos. Bebíamos, fumábamos, jugábamos a la baraja... ¡Parecíamos los Gremlins en el bar de la película!
Feliz lunes, Carmen.
Un abrazo.
Sí es una suerte lo que dices :)
EliminarCreo que yo he sido la mayor novillera de la historia... Pero en mi instituto no había cantina, iba a unos bares de fuera:)
Qué bien vivías. Vivir es un arte, eso que has vivido lo llevas para adelante.
Muchos besos.
Buenas tardes, Carmen:
EliminarMi expediente académico habría sido menos sonrojante si en el instituto no hubiera habido cantina, y no nos hubieran dejado vivir a nuestra manera allí. sólo nos mandaban ir a clase cuando venía algún inspector.
La verdad es que he vivido una vida buena, 52 años más o menos rocanroleantes. Cuando muera será el fin de una fiesta bastante larga.
Un gran abrazo, Carmen.
Eso es lo que hay que hacer... Vivir!!
EliminarMuchos besos :)
Buenos días, Carmen:
EliminarSí, para que nuestro existir sea vida debemos alejarnos de la trayectoria que se nos impone y seguir el rumbo que nos estimula.
Muchas gracias por tu compañía, Carmen.
Buen recurso el de compartir un fragmento de tu novela, que se adapta muy bien a este jueves.
ResponderEliminarMe cae mal la gente que se dedica a denunciar estas infracciones de gente que no le hace mal a nadie.Que suerte que la peluquera siguió con actividades a domicilio.
Bien contado.
Saludos.
Buenos días, Demiurgo:
EliminarGracias por tu opinión generosa. Llevo unas semanas pegado con el teclado, me fastidió no participar en tu convocatoria, así que decidí hacer un apaño que me permitiera participar en esta convocatoria, ya que me he autoimpuesto participar al menos un jueves al mes, y abril se me presenta bastante apurado de tiempo.
Sí. Las denuncias dañinas son una triste constante social. En la actualidad, ya no se acude a las autoridades, se recurre a las redes sociales.
Me alegra saber que te ha gustado el pasaje.
Un abrazo, Demiurgo.
"Obligado a convivir" es mi novela favorita de las que has escrito, tiene muchos capítulos como este que son de por sí historias que darían para una novela.
ResponderEliminarEstoy con ganas de leer la siguiente.
Besos!!
Buenos días, Ángela:
EliminarSí, ya en su momento me habías dicho que “Obligado...” era tu novela favorita de la trilogía. La mía es la tercera, ya que es la parte que me sentí más cómodo escribiendo. Como sabes, en un principio el texto estaba pensado como un volumen único, pero escribí una historia tan larga que decidí publicarla en tres entregas.
Probablemente tarde un tiempo en autoeditar otra novela. Pues la que estoy desarrollando quiero presentarla a concursos literarios. Creo que en septiembre sacaré otro libro en Amazon, pero aún no he decidido que contenido tendrá, aunque a día de hoy me apetece publicar textos que no sean ficción.
Gracias de nuevo por tu apoyo, Ángela.
Me ha encantado leerte, amigo Nino. Espero que la migraña vaya remitiendo poco a poco...
ResponderEliminarCuánta ternura se recoge en cada personaje... y qué bien narras la historia haciéndonos cómplices de tu misión.
Ha sido un placer, compañero.
Hoy te dejo un abrazo de ánimo con todo mi cariño.
Encantadora Auroratris:
EliminarSí, hoy la araña ha aflojado su tela, así que me puedo balancear con más libertad.
Como bien sabes, los personajes literarios se convierten en cercanos a nuestra persona al crearlos con la escritura o recrearlos con la lectura. La ternura que recoges la siembra tu lectura sentida.
Gracias por tu compañía, Auroratris.
Espero que ya te encuentres bien, pero como no hay mal que por bien no venga, me has dado la ocasión de conocer un libro escrito por ti que tiene muy buena pinta (seguro que mirare de conseguirlo) es muy bueno. Besos.
ResponderEliminarBuenos días, Molí:
EliminarSi, ya estoy recuperado. Sufro migraña crónica, pero hay momentos en los que la molestia diaria se convierte en un verdadero fastidio.
Gracias por tus palabras de aprecio. El fragmento pertenece a la segunda entrega en una trilogía.
Éste es el enlace a la información sobre él:
https://www.amazon.es/Obligado-convivir-Donde-habita-recuerdo-ebook/dp/B01H97OKUM/ref=la_B01MUF5B6S_1_8/261-5159678-6261026?s=books&ie=UTF8&qid=1522998697&sr=1-8
Muchísimas gracias por tu apoyo, Molí.
¡Feliz viernes!
Me parece original lo de encardinar el tema del relato en el tema juevero.
ResponderEliminarTe felicito.
Buenos días, Tracy:
EliminarGracias por tu comentario cómplice. La originalidad está en lo auténtico de vuestro aprecio.
Feliz viernes, Tracy.
Has hecho muy bien en subir ese pequeño texto de tu libro la verdad que me ha gustado mucho , será muy interesante saber su contenido total ..lo tendré muy en cuenta .
ResponderEliminarGracias por ofrecernos y sobre todo mejorate de esa migraña.
Un abrazo.
Buenos días, Campirela:
EliminarEl bien me lo hacéis vosotros con vuestra compañía.
El texto se agranda con cada una de vuestras lecturas, en su alegría al saberse de vuestro agrado.
Estoy bien, muchas gracias. El día se presenta con buenas perspectivas y lo comienzo en vuestra impagable compañía.
Feliz viernes, Campirela.
Das vida a la imaginación de un niño
ResponderEliminarGracias por tan bello fragmento, un beso, Nino
Buenos días, Ame:
EliminarSí, el narrador de toda la trilogía empieza siendo un niño de 11 años y finaliza como un hombre de 25.
Soy yo quien os debe agradecer el que deis vida a mis ilusiones creativas con vuestra atención lectora.
Feliz viernes, Ame.
Hola:
ResponderEliminarYa que mostráis interés por saber más sobre la novela de la que forma parte este fragmento que he compartido, éste es su argumento
“Obligado a convivir” es la segunda entrega de la trilogía “Donde habita el recuerdo”.
Este libro continúa la historia iniciada en mi anterior novela: "Castigado a vivir", su trama transcurre durante la adolescencia y primera juventud de su protagonista, Fernando (desde el año 1976 a 1984, en un tiempo que va desde los 11 a los 19 años del personaje).
Junto con referencias y guiños a sucesos acaecidos en este periodo histórico (del estreno de la película "La guerra de las galaxias", al intento golpista de Tejero o la muerte del músico Bob Marley), Fernando continúa escribiendo sus recuerdos personales, adaptándolos a su intento por lograr que el recordar su pasado lo ayude a decidir si quiere vivir su futuro.
El tema del autoengaño consciente como recurso efectivo para seguir adelante con vidas que se presentan fallidas, pasa en esta entrega a ocupar el núcleo central que en la novela anterior ocupaba la reflexión sobre lo necesario de la ilusión para combatir la desesperanza.
https://www.amazon.es/Obligado-convivir-Donde-habita-recuerdo-ebook/dp/B01H97OKUM/ref=la_B01MUF5B6S_1_8/261-5159678-6261026?s=books&ie=UTF8&qid=1522998697&sr=1-8
¡Gracias!
Gracias por compartir parte de tú novela con nosotros, todo un honor por mi parte.
ResponderEliminarEspero qué las molestias desaparezcan pronto. Mis mejores augurios y deseos para tú proyecto.
Besos y musas, amigo.
Buenas tardes, Lucía:
EliminarGracias por proporcionarnos la inspiración, y por asumir todas las responsabilidades que conlleva oficiar de coordinadora del encuentro semanal.
Las molestias habían desaparecido, pero han vuelto a mediodía. La llegada de la primavera va siempre acompañada de unas semanas en las que la migraña araña con más intensidad. Pero nada grave.
Te agradezco la generosidad de tus buenos augurios y deseos, Lucía.
Feliz fin de semana, compañera.
Gracias por dedicarnos estos textos de un auténtico escritor.
ResponderEliminarSaludos.
Buenas tardes, Pitt:
EliminarMe siento honrado por la calificación que me regalas en tu comentario.
Un abrazo fuerte, compañero.
Muy interesante Si yo tuvierta que haber escrito algo
ResponderEliminarno se me hubiera ocurrido ni una linea
ya que el tema sale de otro no de mi. Interesante que te guste escribir asi
saludos
Mi querida Mucha:
EliminarEntiendo tu sorpresa ante el hecho de que participe en una convocatoria creativa.
Me conoces lo suficiente como para adivinar que me cuesta participar en una propuesta creativa con fecha de caducidad, tema cerrado y extensión limitada. No soy ducho en este tipo de escritura delimitada en lo formal. De hecho, tras haberlo intentado durante una serie de convocatorias, lo había dejado por resultarme muy trabajoso. Pero decidí ser menos caprichoso en mi escribir, aprender a fabular siguiendo indicaciones y a no ver en ellas limitaciones.
Gracias por tu compañía, Mucha.
Antes de comentar me uno a ese dialogo con Mucha :), realmente es todo un ejercicio creativo el que cada jueves se escriba con tema dado y limitando la extensión, y como experiencia personal, creo que es algo muy positivo ya que te prepara para lo que puede llegar después, como en tu caso una novela, eso si es que dificil, al menos para el resto de mortales jajaja. Ánimo Nino con tu novela, y sobre este fragmento me da que pinta genial, por que yo quisiera seguir conociendo mucho mejor a todos los personajes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenas tardes, San:
EliminarSí, tienes toda la razón: participar en las convocatorias jueveras, más allá de ser todo un ejercicio creativo, conlleva una experiencia personal positiva. En mi caso, me ayuda a salir del autoaislamiento que me impongo en Internet,
escribir una novela de ficción no es de por sí un proceso más difícil que fabular un relato, aunque obviamente requiere más atención a los detalles. De hecho, mis novelas son un cuento articulado gracias a una sucesión de relatos. No las abordo desde técnicas compositivas complicadas, son historias sencillas que aspiran a resultar lecturas entretenidas.
Gracias por tus palabras de ánimo, San.
Feliz fin de semana.
Me encantó esa "operación peluquería" y el aire de espía al estilo Audrey Hepburn.
ResponderEliminarEs una gozada leer un fragmento tan bien escrito y pulido (una pena que hayas tenido que acortarlo para que encajase), aunque ha sido un placer poder conocer de esta manera tus novelas, Nino. Estaré atenta ;)
¡Besos jueveros!
Buenas tardes, Dafne:
EliminarEncantado con tu encanto. Te agradezco mucho el que me hayas indicado las partes que más te han gustado, pues eso ayuda a saber qué partes funcionan mejor al ser leídas.
El acortar el fragmento para adecuarlo a la extensión de la convocatoria juevera es siempre un reto, de hecho son bastantes las veces en que ese reto me ha superado y el texto que había escrito no llegué a publicarlo. En el caso de esta adaptación, básicamente eliminé frases que enlazaban este pasaje con la historia general del capítulo.
Gracias por tu atención, Dafne.
Comprendo a Purita. El viernes santo no se podía hacer nada y estaba todo cerrado. Demasiado, pero la gente lo veía normal. Eran otros tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo
Buenas tardes, Carmen:
EliminarGracias por tu comentario. Purita encarna a esas personas que sobreviven como pueden y sin hacer daño.
Sí, parece mentira lo que han cambiado para mejor estos tiempos. Como bien escribía una de nuestras compañeras en su relato, la Semana Santa no era tiempo de recogimiento, sino que de prohibiciones.
Un abrazo, Carmen.
jajaja... buen relato, entretenido leerlo
ResponderEliminarBuenas tardes, María:
EliminarTe agradezco la afabilidad de tu comentario. Me alegra saber que has pasado un buen rato leyendo el relato.
Feliz tarde.
Los negocios cuasi clandestinos en la España de antes era casi, casi la norma. bares, cafeterías, peluquerías, etc. Abiertos al público sin licencia de apertura. En mi ciudad, Córdoba, tierra de plateros y orfebres, los talleres clandestinos se contaban por cientos.
ResponderEliminarTe deseo suerte con ese nuevo proyecto literario, Nino
Un fuerte abrazo.
Buenas tardes, Pepe:
EliminarAquí en Gijón se vendía hasta pescado en la calle, sin ninguna medida sanitaria, entrada la década de los años 80. Y el ayuntamiento necesitó emplearse a fondo para lograr que los negocios contaran con licencia de apertura. Recuerdo bajar a la calle a alquilar películas de video a un señor que las traía en un coche, y comprar tabaco y bocadillos en porterías de edificios de la que iba al instituto.
Muchas gracias por tus buenos deseos, Pepe.
Es mala hora para mí, pero no podía pasar sin venir a decirte que ¡al fin! ya que hace bastante tiempo había pedido uno de tus libros, lo he recibido, su título es: CASTIGADO A VIVIR, creo que es una trilogía que, por lo que he podido deducir, nada más empezar a leer el primer capítulo, son de las que me gustan, enganchan a la primera lectura.
ResponderEliminarCariños.
kasioles
Buenas tardes, Kasioles:
EliminarConfío en que la hora se haya convertido en buena según ha ido avanzado la tarde.
No sé cómo expresarte la alegría que me ha transmitido el leerte. Me ilusiona el saber que has comenzado la lectura de “Castigado a vivir” y que su lectura te ha enganchado. Sí, es la primera entrega de una trilogía: “Donde habita el olvido”. Confío en que su lectura no te aburra.
Muchas gracias por tu interés lector, Kasioles.
Un abrazo.
Una joya tu escrito... :)
ResponderEliminarEl paciente migrañoso, impulsado por su “perfeccionismo”
Disfruta y medita
Eso me ayuda mí
mil besos
Buenas tardes, Mucha:
EliminarNo hay joya más hermosa que una sonrisa sincera, y ésa es la que luzco mientras te escribo.
No me acostumbro a la migraña, nunca me acostumbraré a vivir con el dolor. Pero hay algo extraño en ella, pues aviva los sentidos y percibo lo cotidiano con variaciones, incluso con más intensidad en su luz, olor o sonido.
Un abrazo, Mucha.
¿Jueves adaptado a novela o novela adaptada a jueves?
ResponderEliminarAbrazo de capitulo.
Hola, Fabían:
EliminarEs un pasaje de un capítulo que he abreviado de cara a la convocatoria. La novela lleva publicada dos años-
Gracias por tu interés.
Un abrazo.
He descubierto dos buenas ideas, uno la de utilizar en un relato juevero un fragemnto de tu propia novela, eso aumenta la curiosidad y le da publicidad. Otro, aquel estracto de historieta apenas modificado, excelent recurso
ResponderEliminarAbrazo Nino
Buenos días, Frodo:
EliminarGracias por tu acertado comentario. Sí, incluir el fragmento ayuda a mantener viva la obra de la que procede. Salvo los párrafos que he suprimido para adaptar la extensión a la estipulada para los juerelatos, no he hecho cambios en el texto. De haberlo hecho, habría abierto la puerta al vació de la eterna corrección, frente al que somos muchos los que tenemos vértigo. No sé si a tí te ocurrirá al escribir o al pintar, pero a mí me cuesta dar por acabada una obra. La reescritura se erige como un laberinto en el que profundiza mi sentir de “ninotauro”.
Un abrazo rocanroleante, Frodo.
Atrae mi curiosidad lo de Relatos ofensivos, la historieta que pusiste como cabecera. Frank Miller es un grande.
ResponderEliminarSaludos.
Buenas tardes, Demiurgo:
EliminarFrank Miller es mi autor estadounidense de cómic favorito.
Quizá te apetezca leer una serie de textos que he publicado sobre su obra en elblog
http://venyenloquece.blogspot.com.es/search/label/Frank%20Miller
Un gran abrazo, Demiurgo.