He disfrutado viendo “Everything Everywhere All at Once” –su título en España es ‘Todo a la vez en todas partes’– como hacía tiempo que no la hacía (disfrutar, que “lo otro” hace tanto que no lo hago que me daría un ataque de lumbago si a este arturito se le apareciera una dama del lago que tuviera el halago de invitarlo a dejar de hacer el vago y a ponerse a disfrutar con su falago).
Bueno, a lo que iba, me lo he pasado de lo más saltimbanqui con la última peli de los Daniels –heterónimo creativo de los directores Daniel Kwan y Daniel Scheinert– protagonizada por la inconmensurable Michelle Yeoh (sí, aciertas, la actriz de “Tigre y dragón”), que a sus casi 60 primaveras demuestra que el invierno somos quienes nos quejamos de la vida en vez de disfrutarla. Sin olvidar su embelesante arte para darle estopa a todo lo aberrante, la interpretación de Michelle es tan multiversante –en sus crisis existenciales y problemas mundanos– como es fascinante su declamación –su uso de diferentes acentos y tonos de voz “ all at once” me ha alucinado–.
La peli va, según sus dos creadores, de "una mujer que intenta pagar sus impuestos". Y la declaración de la renta que presenta la parienta es una apabullante mezcla psicotrópica de costumbrismo, ciencia ficción y KunFúFaitin. Date por avisado, alelado: hay un gran mal que se expande por el multiverso y puede que Michelle sea nuestra única esperanza para detenerlo.
Para finalizar, amable leyente, sólo puedo suscribir una afirmación lacrimógena de nuestra pagadora de impuestos: “De todos los lugares en los que podría estar, sólo quiero estar aquí contigo”.
ŋinO. Gijón. 2022.