Me pregunto cuál es la diferencia entre la prudencia y mi cobardía. Quizá sólo busco quejarme, pues estoy contento con el sonido de mi lamento. Sólo sé que no estoy de acuerdo con lo que pasa, pero eso no justifica mi actitud pasiva.

Hola, amable leyente: En estos próximos meses voy a estar ocupado, nada preocupante pero sí absorbente. No quiero silenciar este blog y que mi ausencia pueda hacer que os preocupéis por mí –efecto indeseado que ha ocurrido en otras ocasiones–; de ahí que haya optado por mantenerlo activo mediante el recurso de recuperar textos publicados a lo largo de sus casi 17 años de existencia o compartir enlaces a contenidos ajenos. ¡Salud y suerte, leyente! ¡Gracias por venir y enloquecer!