Hola, este relato forma
parte de la antología «Nada ha sido probado»,
disponible en Amazon por 0,99 €.
Gracias.
One, two, three, four...
¡Aaaaargh!
Freak out!
Le freak, c’est chic!
Hola, amable leyente: En estos próximos meses voy a estar ocupado, nada preocupante pero sí absorbente. No quiero silenciar este blog y que mi ausencia pueda hacer que os preocupéis por mí –efecto indeseado que ha ocurrido en otras ocasiones–; de ahí que haya optado por mantenerlo activo mediante el recurso de recuperar textos publicados a lo largo de sus casi 17 años de existencia o compartir enlaces a contenidos ajenos. ¡Salud y suerte, leyente! ¡Gracias por venir y enloquecer!
Una historia divertida, pero con un mensaje realista.
ResponderEliminarMe alegro de haber venido a visitarte de la mano de una amiga en común.
Un abrazo.
HD
Buenos días, Humberto:
EliminarGracias por tu interés en el blog.
Sí, esta fabulación sobre Kong me permite reflexionar un poco sobre mi realidad. Nada hay más disparatado que el mundo en que vivimos y alejarse de él con la ficción permite idear posibilidades menos aburridas para nuestras vidas.
Ése es básicamente mi propósito al escribir, Humberto.
Un abrazo.
como no menospreciar a alguien tan grande no? pobre Kong... y los demás también... salu2 máster...
ResponderEliminarBuenos días, JLO:
EliminarKong es un grande entre los grandes, ya que tiene un poco de todos nosotros que participamos de su fantasía.
Me identifico mucho con su fábula; y su imagen icónica me hace batirme el pecho.
Gracias por tu visita a esta estación y subirte a este vagón, JLO.
Me ha encantado este texto sobre Kong (No seré yo la que lo llame King si a él no le gusta). Me he divertido mucho con lo que cuentas sobre todo la explicación de por qué no quiere que se le llame King.
ResponderEliminarUn saludo :)
Buenos días, Sara:
Eliminar¡Pues más encantados estamos en La isla de la calavera con tu visita y comentario!
Éste es el primer capítulo de un relato serializado que en su momento no acabé, quizá ahora me anime a finalizarlo. Disfruto mucho con su reescritura. El ver que interesa me anima a plantarle ponerle un punto y seguido.
Sí, no lo llames “rey”, a él sólo le gusta serlo de corazones monos.
Buen lunes, Sara.
TE APLAUDO
ResponderEliminarBESOS
Buenos días, Recomenzar:
EliminarMuchas gracias por tu compañía lectora y palabras de ánimo.
Besos