Hola, este relato forma
parte de la antología «Nada ha sido probado»,
disponible en Amazon por 0,99 €.
Gracias.
One, two, three, four...
¡Aaaaargh!
Freak out!
Le freak, c’est chic!
Algunas arritmias que sufre el corazón brotan cuando el pensamiento deviene en conciencia de que la vida no nos emociona como antes, conciencia que nos impele a aceleramos hacia la añoranza de un pasado en que nuestro corazón latía más fuerte. El corazón no tiene freno ni marcha atrás. De ahí que sus choques frontales con la Realidad tengan consecuencias letales. Nuestra Fantasía tiene el recurso protector de enloquecer cuando la Realidad se vuelve demencial. ¡Gracias por venir y enloquecer!
Una historia divertida, pero con un mensaje realista.
ResponderEliminarMe alegro de haber venido a visitarte de la mano de una amiga en común.
Un abrazo.
HD
Buenos días, Humberto:
EliminarGracias por tu interés en el blog.
Sí, esta fabulación sobre Kong me permite reflexionar un poco sobre mi realidad. Nada hay más disparatado que el mundo en que vivimos y alejarse de él con la ficción permite idear posibilidades menos aburridas para nuestras vidas.
Ése es básicamente mi propósito al escribir, Humberto.
Un abrazo.
como no menospreciar a alguien tan grande no? pobre Kong... y los demás también... salu2 máster...
ResponderEliminarBuenos días, JLO:
EliminarKong es un grande entre los grandes, ya que tiene un poco de todos nosotros que participamos de su fantasía.
Me identifico mucho con su fábula; y su imagen icónica me hace batirme el pecho.
Gracias por tu visita a esta estación y subirte a este vagón, JLO.
Me ha encantado este texto sobre Kong (No seré yo la que lo llame King si a él no le gusta). Me he divertido mucho con lo que cuentas sobre todo la explicación de por qué no quiere que se le llame King.
ResponderEliminarUn saludo :)
Buenos días, Sara:
Eliminar¡Pues más encantados estamos en La isla de la calavera con tu visita y comentario!
Éste es el primer capítulo de un relato serializado que en su momento no acabé, quizá ahora me anime a finalizarlo. Disfruto mucho con su reescritura. El ver que interesa me anima a plantarle ponerle un punto y seguido.
Sí, no lo llames “rey”, a él sólo le gusta serlo de corazones monos.
Buen lunes, Sara.
TE APLAUDO
ResponderEliminarBESOS
Buenos días, Recomenzar:
EliminarMuchas gracias por tu compañía lectora y palabras de ánimo.
Besos