Hola, amable Leyente, confío en que estés bien. Gracias por tu compañía lectora. Como probablemente sepas, hacía más de dos años que no actualizaba este blog.
Durante este infierno de latencias, a una mala situación personal, se unieron una crisis familiar y una pandemia mundial. Todo diagnosticaba que esa “crisis familiar” no viviría para comer las uvas del año 2019… y acabamos sobreviviendo tres nocheviejas en un paseo tortuoso por la vida y la muerte. Paseo endemoniadamente dramático durante el que padre e hijos nos trasfiguramos en Virgilio, Dante y Beatriz; y –al igual que los personajes dantescos– abandonamos toda esperanza a las puertas de un infierno de nueve círculos polares al que entramos tres y del que salimos dos.
Durante este invierno de ausencias, he sentido el calor del amor de mi hermana y de la amistad de Auroratris (hoy mismo me ha vuelto a animar a que retome la escritura y el blog). No quiero eclipsar a ninguna otra de las contadas personas que me han destellado durante este eclipse; pero son ellas dos, Hermana y Amiga, quienes han traído la luz del amanecer a noches que temía eternas.
En agradecimiento a
ellas y en recuerdo de quienes no olvido, intento no conformarme con sobrevivir
y ambiciono vivir.
“Hay que vivir, Ninín” –me digo cada mañana al levantarme.
Hay que convivir, afable Leyente, con el dolor de la pérdida y el bálsamo del descubrimiento.
Disculpa la desmaña de este texto atrancado. Estoy bastante oxidado en lo comunicativo. Confío en ir ganando soltura expresiva
a la par que recupero desenvoltura vital.
Salud y suerte, sublime
Leyente.
ŋinO.
Gijón. 2022.
Considero muy sincero y muy amable este texto, estimado escritor.
ResponderEliminarEs cierto que han sido dos años de distopía, que todavía persiste, resistiendo a irse. Y para algunas personas ha sido peor que lo genera.
Que bien que hayas contado con tu hermana y con Auroratris. Es valioso contar con alguien, que brinde su respaldo. Por lo que es acertado mencionar a esas personas.
Un gusto volver a leerte.
Saludos.
Hola, apreciado Demiurgo.
EliminarTe agradezco tu lectura atenta y tus palabras afectuosas.
Sí, esta pandemia parece sacada de una ucronía descorazonante.
Las deudas hay que reconocerlas y satisfacerlas; y estoy en deuda con ellas.
Un placer volver a saludarte, compañero.
Nino, amigo mío. Esta entrada es toda una sorpresa, el primer paso para desempolvar el alma de un escritor. Lo eres pese a este letargo impuesto. Bienvenido, amigo, y gracias por aguantar mi reiterada insistencia.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.
Buenas tardes, amiga:
EliminarSorpresa, y de las gratas, es el comprobar que nuestra amistad ha sobrevivido a la distancia física, a nuestras miasmas y a mi “ninez”. Escucharte ayer me llevó a decidir volver (el que lo haya hecho para quedarme depende de mi fuerza de ánimo, al que sabes enclenque).
Enhorabuena atrasada por tu última antología publicada –Registrando silencios–.
Un abrazo cálido, Auroratris.
Bien! Parece que Nino ha vuelto!! Besos. Maite
ResponderEliminarBienvenida, Maite. gracias por esos besos.
EliminarPues bienvenido de nuevo. Aquí seguimos intentando sobrevivir. Ganas no nos van faltar,
ResponderEliminarSalud.
Hola, Erik:
EliminarGracias por tu bienvenida. Hay que sobrevivir con las ganas de la curiosidad, no por la inercia de la rutina.
Salud y suerte, Erik.
Nada mejor que renacer... enhorabuena por el esfuerzo que has hecho.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Sylvia.
EliminarTienes razón: nada mejor que renacer, sin haber estado muerto (ni de parranda).
Un abrazo, Sylvia.
Un cordial abrazo de vuelta.
ResponderEliminarUn beso
Hola, Carmela:
EliminarMuchas gracias por tu cordial bienvenida.
Un abrazo.
Me alegro mucho de tu vuelta por lo que eso significa y te deseo que sea una vuelta al VIVIR de cada día.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Tracy:
EliminarGracias por tus palabras vivaces y por la alegría que emanan.
Un abrazo, Tracy.
Pues vaya sorpresa, Nino… qué alegría verte nuevamente ☺️. Los otros días justamente ví tus libros y las citas de ellos que me había apuntado y te pensé… qué bueno, qué bueno que hayas vuelto, de verdad.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, sorprendente Alma:
EliminarConfío en que tú y los tuyos estéis bien. Gracias por pensarme y por dejar este cálido comentario.
Un abrazo, Alma.
Qué alegría me diste, querido Nino. Gracias por ambicionar vivir, y por esa renovada ilusión a la que muchos nos aferramos (porque es cierto eso que dices, las pérdidas han sido grandes y para muchos). Pero aquí estás de nuevo para hacernos enloquecer y revivir con tus escritos y tu gracia escritora.
ResponderEliminarDurante este tiempo de naufragios, también hemos de valorar ese impulso que nos ató al mástil y no nos dejó tragar por el mar. Darse cuenta de la propia mortalidad atravesando el misterioso laberinto de la muerte disminuye nuestros miedos y evoca nuestros instantes más bellos. Al abrazar la vida, vemos ese espacio dulce que existe a pesar de todo. Y volvemos a construir nuestra mente y al umbral de la esencia del vivir. Me encanta que vuelvas a esa batalla y nos descubras radiantes días con tus buenos textos, con tu buena escritura.
Hoy voy a celebrarte, sí. Aquí, en mi lugar de "rescate" (la vida me rescata a menudo). Celebro tu vuelta y te envío un cálido abrazo, amigo entrañable. Celebro este nuevo "Cuaderno de viaje". Y qué bonito título para esta nueva etapa!
Abrazos.
Querida Clarisa:
EliminarTe releo y parece que no ha pasado nada, ni siquiera el tiempo. Pero, por desgracia, no sólo ha pasado el tiempo, sino que han sido vidas las que se han ido. Gracias por venir y acompañarme, ahora y en todas las ocasiones en que lo hiciste durante mi encogimiento.
Sinceramente, Clarisa, no sé si he hecho bien al publicar esta entrada. Lo hice de corazón, temo que debería haberlo sopesado: no me ceo con fuerza anímica ni curiosidad creativa. Ni leo otros blogs, ni escribo otras cosas: el texto que compartí es lo único que he escrito en mucho tiempo.
Al igual que el Ulises de Homero, si me até al palo de la rutina fue para no tirarme por la borda (o la ventana más cercana). Temo improbable llegar a Ítaca, hacer puerto en la ilusión. Tengo más del Ulises de Joyce y zigzagueo para no llegar a un destino que me inquieta.
Venir a mi rescate puede ser un acto arriesgado, soy un cuerpo manejado por las corrientes de ánimo y puedo arrastrar a quien venga a salvarme. Mejor esperara, amiga, a comprobar si la marea del Destino vuelve a acercarme a tierra y primero me convierto en náufrago, luego en marinero en tierra y finalmente ansío enrolarme en cualquier ruta creativa.
Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amiga Clarisa.
Excellent
ResponderEliminarThanks
Excellent lies short to discribe it.
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