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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

domingo, 5 de octubre de 2014

Mi corazón delator de nuestros días de vinos y rosas II



El caso es que mi vida va pasando sin que yo me entere de lo que me está ocurriendo. Lo que ayer era importante hoy es irrelevante. Pero siempre me queda el consuelo de que mañana será un nuevo día, en el que podré refugiarme en mi monotonía. Los días de vino y de rosas SIEMPRE concluyen en noches salvajes.


A mis cuarenta y nueve septiembres, aún confío en que los excesos primaverales del fin de semana saciarán mis carencias afectivas otoñales. Me miro y no me reconozco. Pero la culpa no es mía. Es del estrés, es de esas pastillas que no volveré a tomar, es de esos labios que no volveré a besar.



Llega un momento en el que, al mirar atrás, no veo experiencias, sólo vacío. Me he comportado como el hijo de los padres de un artista que llega a ser aquello que sus progenitores no se atrevieron a intentar. Incluso he superado sus expectativas. No sólo soy más alto que ellos, también tengo un buen trabajo, una casa de revista y una mujer florista. Los niños vendrán cuando toque, que alguien me tiene que cuidar. Hago bien en esperar. Ella ya está vieja. Mejor los tengo con una nueva.


¿El corazón? No recuerdo la última vez que lo he usado, pero creo que Vudialen tiene alguna frase ingeniosa sobre ese musculito. De momento lo he escondido allí donde amontono las ilusiones. Siempre es mejor que tenerlo en un puño. Además, tomo danacol, hago futin los domingos y sólo me enamoro los años bisiestos que acaban en 3. Así que lo tengo como nuevo para baipasearlo cuando, en mi tercera juventud, lo saque a marcapasear.

Sé que aún funciona. El otro día me lo puse para ir al funeral de mi madre y sentí una sístole. Seguro que en el de mi padre, palpitará la diástole.






5 comentarios:

  1. Leerte es de "locura", realmente lo que me gusta de lo que escribes es esa hilarante frescura, y que al terminar quieres más, porque leerte es un repaso por muchas vidas, del cine, de la música, de ciertas calles tan cotidianas, sí, sí, de esas de "a la vuelta de la esquina".
    Creo que ese corazón delator, te salió rebelde, después de todo, y eso es lo que lo hace tan encantador...
    Buena semana, que vaya bien.

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    1. Buenos días, Clarisa:
      Gracias por tus renovadas palabras de ánimo, me hacen enloquecer de agradecimiento y también de orgullo, al venir de una escritora a la que admiro.

      No sé bien qué me lleva a escribir ni como abordo el proceso. En estos textos de (re)creación literaria dejo que mi heterónimo Ninortea siga el capricho de la inspiración. Eso sí, mi parte consciente intenta transmitir ánimo y esperanza. Me gusta vivir y disfrutar de la vida. No creo en la existencia de un “más allá” con lo que mi capacidad de disfrute intento exprimirla aquí.
      Ese disfrute lo centro en lo cotidiano y en lo sencillo. Mi situación económico/laboral me limita en lo adquisitivo pero no en el disfrute de lo cercano. Hace 18 años que no me puedo permitir irme de viaje, pero no por eso dejo de vacacionar a diario mi ánimo. Me gusta callejear por mi ciudad, atiborrarme con repostería casera y canturrear las canciones de la radioese.

      Mi corazón es delator de mis emociones. Tú lo lees como “rebelde”, muchos lo califican como “torpe” o “engreído”, a mí me gusta que lata al compás de la belleza mundana.
      Gracias por tu visita y comentario, Clarisa.
      Un abrazo.

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  2. Tres latidos que me dejan parada. Sabes? He leído los tres con una velocidad estresante que se correspondía con la velocidad mental y el ir y venir que parece que imite el pensamiento. Cuando he terminado me ha quedado una sensación cerebral de que necesitaba irme a la orilla del mar y sacar el aire que se me había quedado almacenado dentro.
    Chico, será verdad que vengo y enloquezco... :))

    Eres bueno... y lo sabes, pillastre. Las imágenes son geniales para provocar, hay que tener una sensibilidad especial para escribir como un loco y ser más cuerdo que el resto del personal (es un piropo, no lo entiendas del revés, porfa jajajajjaa)

    Que me divierta un texto es muy difícil y que me interese per se, mucho más; porque parecen textos sin objetivo pero son lo contrario.

    Bueno, con tantas flores que te echo tendrás la casa perfumada :))

    Un besito y gracias, te dejo un cafelito.

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    1. Buenos días, Verónica:
      Gracias por venir y enloquecer. Te agradezco de manera sentida tus palabras. Sé que no andas sobrada de tiempo y el que nos lo dediques a mí y a mis ensoñaciones es algo que me enorgullece, pues con leer cualquiera de las entradas en tu blog habla de tu excelencia humana. Al leerte no sólo siempre disfruto y habitualmente aprendo, también me comunico con una persona cuyas ideas, posicionamientos y planteamientos me hacen pensar. Provocas en mí un deseo por conocerme, por pensar qué pienso sobre esas realidades y deseos que nos cuentas desde tu perspectiva. Por eso me enorgullece que mis palabras, lanzadas al océano de la desatención de los que se dicen cercanos a mí, encuentren buen puerto en ti.

      Ahora te dejo con mi heterónimo Ninortea, que no se aguanta de ganas de escribirte.
      Gracias, Verónica.

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    2. Hola, Verónica:
      ¿Cómo que parada? Te leo activa y creativa. Creo que ese orillearte junto al mar, no sé si a solas o junto a tu familia, te ha venido de perlas.

      No sé si soy bueno, la realidad me ha archí demostrado que no lo estoy. Pero por intentar lo intento en ambos sentidos, con las dosis precisas de autoengaño. Me gusta lo que escribo; lo que es positivo en algunos aspectos y negativo en otros. Tiendo al exceso del disfrute, a escribir para mi ninoUniverso y eso dificulta la comunicación. Es raro que lo que escribo guste; es más, durante unas sesiones asistí a las reuniones de una asociación literaria y lo he dejado ya que mi inspiración no callejea por las avenidas que ellos merodean. Por eso te agradezco tanto tus comentarios, no sólo por las palabras de aprecio, ante todo por demostrarme que al escribir logro comunicar y no aburrir.

      En realidad me temo soporífero, ya que como bien habrás comprobado, apenas recibo comentarios sobre lo que escrito, realidad que se dá tambie´n en el mundo del lenguaje escrito. Tras desechar que debía cambiar de desodorante o intentar encasquetarme un peluquín, he decidido cambiar de amistades, lo que me ha llevado a quedarme sin círculo social. Te escribo desde las cenizas, pero con ganas de volver a hacer crecer un oasis en este desierto. Gracias por venir a él.
      Las imágenes son de las pelis “Irma la dulce” (excelente opción de cine familiar) y “Días de vino y rosas” soberbia reflexión sobre la autodestrucción a la que lleva el depender de estímulos externos (ésta creo que es más apropiada para que la veas en pareja). Y sí, son fotos que he usado intencionadamente para reafirmar mi intención de disfrutar la alegría de vivir y alejarme de los excesos por muy tentadores que sean.

      Lo de locos o cuerdos depende de quien esté al frente del psiquiátrico, tengo claro que de ser rico sería un “excéntrico”, pero mi penuria económica me lleva a esforzarme en evitar que me impongan la chaqueta de fuerza por “inadaptado social”.

      Gracias por tu visita que perfuma mi ánimo y aviva mis neuronas. En tu última entrada reflexionas sobre la palabra “oportunidad”, me enorgullezco (y ya van 3 veces que lo escribo) de no haber desaprovechado la oportunidad de conocerte.
      Un abrazo sentido, Verónica.

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Gracias por tu lectura comentada.

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