Me leéis con buena atención y mejor intención.
Vuestras bondades de ánimo y mi torpeza expresiva hacen
que deis por sentado que soy un escritor asentado en la tienda en línea Amazon. Y no es así…
Si el pasado viernes 19 de mayo publicitaba mi puesto 38
en una relación filtrada de ventas Kindel, hoy domingo
4 de junio ocupo la posición 11.492; y en breve tiempo habré desaparecido de
cualquier numeración que esté por debajo de los cinco dígitos. Esta pérdida
inminente del posicionamiento milenario de Kindel no me
supone ninguna decepción: la acogida que a nivel de ventas disfruto en Amazon siempre supera mis expectativas.
Me veo obligado a usar el término “ventas”, cuando el que
preferiría usar es el de “interés”: si un cuarto de las personas que habéis
adquirido el libro, concluís de manera satisfactoria su lectura, me sentiré
tremendamente feliz, ya que eso implicaría que mi relato es válido.
Estoy tan sorprendido como animado por la teórica
repercusión lectora que está teniendo Punished to Live, ya que hasta el momento he recibido más correos personales con opiniones
sobre este libro de los que había recibido con cualquiera de mis novelas
anteriores. Cuando me autoedito en Amazon –al
igual que cuando publico en este blog– lo hago con la esperanza de ser leído, comparto
mis ensoñaciones llevado por las ganas de establecer una comunicación con
alguien, un alguien inconcreto que en
algún punto del continuo espacio-tiempo. Un alguien que eres tú, amigo lector.
En esta profusión de canales de comunicación creativa en
la que nos relacionamos –y no hago secreto de mi ineficacia en las redes
sociales, ni de mi desvinculación de las relaciones personales–, soy consciente
de que cada vez que comparto una de mis enninaciones estoy lanzando un mensaje
en una botella a un océano de incertidumbre. De ahí que os esté tan agradecido
a quienes os hacéis a la mar para así acercar mi mensaje creativo a las costas
de vuestra atención, y embellecer mis historias con la recreación que hacéis de
ella, con vuestro ponerle rostro, voz y aroma personal a lo que son palabras
comunes.
Gracias por no relegarme al olvido, atento lector.
Habrá más botellas mensajeras; y no serán frágiles como
el cristal, sino persistentes como la esperanza.
No dejes de lanzar botellas Nino, el mar siempre las acerca a orillas amigas
ResponderEliminarun abrazo y buena semana
Buenas tardes, MaRía:
EliminarGracias por hacer de la costa de tu atención una orilla amiga.
Ahora mismo me dispongo a vaciar el pc de archivos con textos incompletos o insatisfactorios. Ya he limpiado mi escritorio de papeles y hojas con epifanías que nunca supe/quise desarrollar, creo que esta purga de ideas incompletas me ayudará a limpiar mi creatividad.
Un abrazo, MaRía.
NIno, el mayor placer en esto de publicar, no es el solo hecho de publicar. ES el de ganar lectores, así uno, dos o más. No se escribe para lo gratuito y tu lo expresas. Es por las "ganas de establecer una comunicación con alguien, un alguien inconcreto que en algún punto del continuo espacio-tiempo. Un alguien que eres tú, amigo lector." UN abrazo desde estos afectos colombianos. Carlos
ResponderEliminarHola, Carlos:
EliminarEscribir nunca es un acto gratuito, cuando se escribe desde el sentimiento. Escribir es un acto de necesidad, aunque los mercaderes de sentimientos quieran cobrarnos en libras de carne por ellos.
Es siempre un placer y un estímulo escribir en tu compañía, Carlos.