Horas después, Helena ya ha contactado con Thula. Su cara no muestra tensión. Los niños se encuentran bien. Aunque Calinka está cansada, le sigue costando dormir. Ahora, sólo le queda esperar por el regreso de Jack y confiar en que las cosas se mantengan como están. En un mes finaliza la expedición. En un mes y dos días estarán al lado de sus hijos y no volverán a separarse de ellos.
La llegada del hechicero la aleja de sus pensamientos. Cuando va a disculparse por su comportamiento anterior, el anciano le sonríe y la invita en su lengua nativa a acompañarlo a su choza.
Al entrar en la cabaña, el brujo le indica que se siente en un taburete al lado de su camastro. Helena había estado varias veces allí, pero nunca sola. Se siente ligeramente insegura, pues desconoce las razones por las que Kalu la ha invitado a su hogar. Por un momento, teme que le dé malas noticias sobre Jack, quién aún no ha regresado al poblado. Después de ofrecerle un cuenco con leche de cabra, el anciano deja la habitación. Vuelve inmediatamente y le da dos objetos: un colgante y una bolsa de piel llena de cenizas.
Helena agradece los regalos. El hechicero le indica que son algo más que objetos: son talismanes poderosos. Pide permiso a la mujer para tumbarse en su camastro. Le revela que está muy enfermo y necesita descansar. Teme que su muerte marcará también el final de la paz en su tribu. Los tambores que resuenan en la noche, hablan de que se están produciendo combates por todo el país. Kalu está seguro de que Industrias Karloff apoya económicamente esa revolución a cambio de futuros privilegios comerciales.
Tras preguntar a Helena sobre el origen y síntomas del malestar que sufre Calinka, el brujo empuña el colgante. Le atribuye propiedades mágicas. Es un protector de sueños que garantiza el descanso a quien lo lleva. Helena conoce la importancia que las tribus de la zona le dan al mundo de los sueños y sabe de la existencia de esos protectores, así que no se muestra muy sorprendida. Le preocupaban más las revelaciones del hechicero sobre la revuelta que asola el país y la implicación en ella de Industrias Karloff.
El espiritista le indica que acerque su taburete. Pese a que están conversando en francés, parece temer que alguien pueda estar escuchándolos.
La historia se mueve entre lo mítico y lo legendario, de tanta atención del lector hoy.
ResponderEliminarHola, Carlos:
ResponderEliminarMe alegra leerte que no has encontrado la historia estereotipada, ése era uno de mis mayores miedos con este capítulo en especial.
Un abrazo, Carlos.