De los temas históricos tratados en la obra, la esclavitud es el de más hondo calado, no sólo porque Ostrander lo considere el desencadenante fundamental de la Guerra Civil, sino que por la forma en que afecta a los personajes. Combatir la esclavitud fue el motivo que llevó a Silas Kent a dejar a su mujer y seis de sus hijos en Boston, mientras partía hacia Kansas junto a sus dos vástagos mayores. Será asesinado por mantener sus ideas y sus hijos acabarán militando en los bandos enfrentados en la guerra. Presenciaremos las consecuencias que el racismo tendrá sobre la familia Freeman, compuesta por un matrimonio y su hijo, negros libres en Kansas y a los que el estallido de la guerra acarreará nefastas consecuencias. Nat sufrirá las derivaciones del segregacionismo que subsistió una vez finalizada la guerra, al ver como su enamorada Mary, medio india, le abandona al ser incapaz de vivir en una sociedad que la desprecia. Esta denuncia de la persistencia del racismo también aparecerá en Blaze of Glory; no en vano Ostrander considera que Norteamericana está muy lejos del mestizaje cultural del que se jacta.
Aparecerán intercalados personajes históricos con ficticios. Esta interacción es perfectamente plasmada en la estrecha relación entre Wild Bill Hickok, de quien se sabe que pasó un tiempo en Kansas antes de la Guerra Civil, y Nat. Ambos son buenos amigos, y comparten la pasión por Mary, a quien Bill abandonará por su condición de mestiza. O en el hecho de que Jeb pase a formar parte de la banda de los hermanos James.
Ostrander ofrece una visión crítica de algunos personajes; no sólo muestra el racismo de Hickok, sino que algunos prohombres como John Henry Lane, abanderado de la causa abolicionista en Kansas y del que se insinúa un lejano parentesco con Lois Lane, es presentado como un despótico amoral. Veremos a caracteres históricos del universo DC como John Hex, quien realiza un cameo algo forzado.