Lo
primero que me atrajo al abrir sus páginas fue el tratamiento visual. La
belleza del trabajo de Juanjo Guarnido
–el magistral uso del color, realizado sobre un soberbio sombreado y dibujo a
lápiz– hizo que el caso me hipnotizara visualmente desde el principio. A la
mañana siguiente, superada la resaca matutina, examiné atentamente las andanzas
del felino John
H. Blackmore, cobrador de morosos de Smoke S.A.; cuyo pasado, tan
ignoto como atrayente, oculta muchos secretos, como por ejemplo el origen del
alias Blacksad.
Las
historias presentan todos los materiales de los que están hechos los sueños.
Ambientadas en localizaciones cambiantes de un EE.UU. inmutable en la
imaginería popular. La acción se desarrolla en un vago periodo temporal
comprendido entre el nacimiento de The Phantom y la llegada de la ley seca al
cómic bajo el sello del Comic Code. Irremediablemente regresé a esa época en la
que el placer de fumar era algo sensual, y la maldición de lo light se reducía
a sustantivar británicamente la “luz”.
La
lectura de los textos agrupados en este integral me proporcionó el placer de
encontrar un relato sólido, en el que la palabra complementa, amplía o va más
allá de lo contado en imágenes, rehuyendo el pleonasmo y lo tópico. Los relatos
suelen empezar y terminar con un acto de violencia –la muerte de una estrella
cinematográfica, la desaparición de una niña negra,…–; esta narración circular
no se traduce en una plasmación repetitiva de los personajes. Al contrario
aparecen seres que cambian y evolucionan. No son estereotipos. Tanto Blacksad
o Smirnov
van más allá de los enfoques arquetípicos que habitualmente acompañan a
detectives privados y agentes de policía.
Este
presentar a personajes cuyo concepto de justicia se basa más en términos
morales que en preceptos legales, la crudeza de algunos pasajes y el realismo
que impregna tanto a situaciones como ambientes, no desentona con el trabajo
gráfico, que en una simple ojeada puede parecer excesivamente dulce y meramente
formalista.
Al
observar las ilustraciones -que no rehúyen escenas subidas de sexo, pasajes
violentos y llamadas al uso del seso- envidié el equilibrado balance creativo
que alcanzan el guionista y el dibujante; similar a la perfección con la que Marilyn balanceaba sus caderas.
que buena descripción.... dan ganas de salir ya a comprarlo ja... gatos y perros con formas humanas y mujeres idem es visualmente muy atractivo...
ResponderEliminarHola de nuevo, JLO:
EliminarCreo que el primer ataque artístico de Blacksad es gráfico, no sólo por lo ronroneante de su trazo sino por lo acertado de su narrativa visual. El guión es sólido, aunque algunas historias se resienten de tener que acomodarse a la extensón del álbum francobelga. En conjunto es una obra sólida y entretenida.
Lo bueno son tus palabras de ánimo, JLO