jueves, 23 de marzo de 2017

Diccionario de bolsillo «Hable inglés»


Buenos días:

Con este diccionario de bolsillo editado en 1979 y que regalaban con los primeros fascículos del curso «Hable inglés» de la editorial SARPE, me fui a Londres a comerme el mundo.

6 comentarios:

  1. Oye lo curioso es que me suena mucho la portada del diccionario

    por cierto , te lo comiste ... ?


    un abrazo ; Nino

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    1. Oído, escuchante MaRía:
      Ese minidiccionario apareció en los numerosos relanzamientos de la colección, imagino que te suena de verlo en sitios imaginables (¡hasta en bibliotecas de centros escolares!). La Cultura es cara y estas promociones eran aprovechadas para comprar diccionarios, libros o tomos enciclopédicos a buen precio.
      ¡Por poco se me atraganta la visita a Londres! La primera tarde me compré una cazadora de piel, por la noche conocía a una lady y la invité a cenar en un restaurante y contraté a unos violinistas para que tocaran a nuestro lado. A la mañana siguiente, de la que la esperaba, me uní a una concentración frente a la embajada de Sudáfrica en protesta por el encarcelamiento de Mandela (multa de 50 libras por la poli y me olvidé de la lady) Esa tarde compré entrada en la reventa para ir a ver el musical “Time” (me dejé un pastón) pues anunciaban que salía Laurence Olivier (en realidad era una aparición garbada en video).
      Resultado: había llegado de jueves tarde y en la mañana del domingo me vi casi sin dinero. Acabé comiendo y cenando a diario la sopa boba del ejército de salvación y callejeando por Londres (lo que me llevó a más movidas, pues fui testigo de una apuñalamiento mortal, me intentaron dar una paliza por ponerme a bailar con la chica equivocada…)
      Eso sí, me lo pasé fenomenal.
      Un abrazo, MaRía.

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  2. Y como resultó? Ja 😁... Difícil imagino 😏

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    1. Hola de nuevo, JLO:
      Resultó apasionante: venía de una pequeña ciudad en una España a años luz de la que es hoy en día; de aquella, Londres me parecía Marte y yo me sentía un John Carter. Me atraía la manera de vestir, de cortarse el pelo, de ir a su aire que tenían las personas que encontraba en Londres (desde los sijs a los cockneys, pasando por las pelirrojas y las exultantes). Como no tenía dinero, me sentaba en la calle a ver pasar a la gente y me entretenía, me quitaba el reloj de pulsera y le preguntaba la hora a quien podía, para así entablar conversación. ¡¡Para eso tenía mi súper diccionario!! :-)

      Fueron dos semanas de descubrimiento, en la que me sentí un Major Tom caminando junto a las arañas de Marte.
      Un abrazo, JLO.
      Feliz miércoles.

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  3. Las experiencias nos forjan y dan alas... por lo que leo en tu respuesta a MaRía... resultó un viaje apasionante de esos que deja huella.

    Abrazos

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    1. Hola de nuevo, AtHeNeA:
      Tal y como poemizas en tu última entrada, la vida es un viaje; y ésta fue una travesía vital importante, ya que –dejando a un lado anécdotas y experiencias que sin duda el recuerdo ha embellecido– volví cambiado tras esas semanas en Londres: gané seguridad en mi valía y descubrí habilidades que nunca había necesitado usar hasta ese viaje.
      Un abrazo, AtHeNeA.

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Gracias por tu tiempo de lectura. Confío en que no encuentres ordinario el no poder dejar un comentario.

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