Buenos días:
Con este diccionario de bolsillo editado en 1979 y que regalaban con los primeros fascículos del curso «Hable inglés» de la editorial SARPE, me fui a Londres a comerme el mundo.
Algunas arritmias que sufre el corazón brotan cuando el pensamiento deviene en conciencia de que la vida no nos emociona como antes, conciencia que nos impele a aceleramos hacia la añoranza de un pasado en que nuestro corazón latía más fuerte. El corazón no tiene freno ni marcha atrás. De ahí que sus choques frontales con la Realidad tengan consecuencias letales. Nuestra Fantasía tiene el recurso protector de enloquecer cuando la Realidad se vuelve demencial. ¡Gracias por venir y enloquecer!
Oye lo curioso es que me suena mucho la portada del diccionario
ResponderEliminarpor cierto , te lo comiste ... ?
un abrazo ; Nino
Oído, escuchante MaRía:
EliminarEse minidiccionario apareció en los numerosos relanzamientos de la colección, imagino que te suena de verlo en sitios imaginables (¡hasta en bibliotecas de centros escolares!). La Cultura es cara y estas promociones eran aprovechadas para comprar diccionarios, libros o tomos enciclopédicos a buen precio.
¡Por poco se me atraganta la visita a Londres! La primera tarde me compré una cazadora de piel, por la noche conocía a una lady y la invité a cenar en un restaurante y contraté a unos violinistas para que tocaran a nuestro lado. A la mañana siguiente, de la que la esperaba, me uní a una concentración frente a la embajada de Sudáfrica en protesta por el encarcelamiento de Mandela (multa de 50 libras por la poli y me olvidé de la lady) Esa tarde compré entrada en la reventa para ir a ver el musical “Time” (me dejé un pastón) pues anunciaban que salía Laurence Olivier (en realidad era una aparición garbada en video).
Resultado: había llegado de jueves tarde y en la mañana del domingo me vi casi sin dinero. Acabé comiendo y cenando a diario la sopa boba del ejército de salvación y callejeando por Londres (lo que me llevó a más movidas, pues fui testigo de una apuñalamiento mortal, me intentaron dar una paliza por ponerme a bailar con la chica equivocada…)
Eso sí, me lo pasé fenomenal.
Un abrazo, MaRía.
Y como resultó? Ja 😁... Difícil imagino 😏
ResponderEliminarHola de nuevo, JLO:
EliminarResultó apasionante: venía de una pequeña ciudad en una España a años luz de la que es hoy en día; de aquella, Londres me parecía Marte y yo me sentía un John Carter. Me atraía la manera de vestir, de cortarse el pelo, de ir a su aire que tenían las personas que encontraba en Londres (desde los sijs a los cockneys, pasando por las pelirrojas y las exultantes). Como no tenía dinero, me sentaba en la calle a ver pasar a la gente y me entretenía, me quitaba el reloj de pulsera y le preguntaba la hora a quien podía, para así entablar conversación. ¡¡Para eso tenía mi súper diccionario!! :-)
Fueron dos semanas de descubrimiento, en la que me sentí un Major Tom caminando junto a las arañas de Marte.
Un abrazo, JLO.
Feliz miércoles.
Las experiencias nos forjan y dan alas... por lo que leo en tu respuesta a MaRía... resultó un viaje apasionante de esos que deja huella.
ResponderEliminarAbrazos
Hola de nuevo, AtHeNeA:
EliminarTal y como poemizas en tu última entrada, la vida es un viaje; y ésta fue una travesía vital importante, ya que –dejando a un lado anécdotas y experiencias que sin duda el recuerdo ha embellecido– volví cambiado tras esas semanas en Londres: gané seguridad en mi valía y descubrí habilidades que nunca había necesitado usar hasta ese viaje.
Un abrazo, AtHeNeA.