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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

sábado, 5 de enero de 2019

La de Reyes era una noche mágica


Durante mi infancia, mi día favorito del año era la Noche de Reyes.
No por el hecho de saber de antemano cuáles iban a ser los regalos que iba a recibir –mi carta era cumplida por los Reyes Magos con la misma fidelidad con la que papá acataba las listas de la compra que le facilitaba Susi, nuestra asistenta–, dejaba de morirme de ganas de tenerlos cuanto antes. De hecho, redactaba varios borradores de la carta antes de escribir su versión final junto a papá, para que él se asegurara de que mi misiva no contenía ninguna falta y así evitar que “Sus Majestades” me trajeran carbón como castigo a mis descuidos ortográficos.

Cada tarde de Noche Buena, mi padre me acompañaba a confiarle la lista de peticiones a un Príncipe Aliatar de cartón que presidía el departamento de juguetes en Almacenes Navarro. A sus pies estaba colocado un cofre donde yo depositaba la carta, luego de haber vuelto a comprobar que el sobre estaba bien cerrado y que mis datos en el remite eran los correctos.
En las noches del cinco de enero me acostaba pronto –costumbre que aún mantengo hoy en día–, anhelando que la mañana llegara lo más pronto posible. Y así ocurría, la noche se convertía en la más corta del año; de hecho, papá siempre se levantaba con cara de haber dormido muy poco.

En mi infancia pensaba que el adjetivo de “Magos” lo debían esos “Reyes” a su habilidad para entender la letra de los millones y millones de niños que les escribíamos. Mi caligrafía no debía de ser tan mala como aseguraban los profes, pues cada madrugada del seis de enero encontraba todos los regalos que había pedido y con las características que había indicado en la carta. En caso de que faltara alguna de mis peticiones, me encontraba una nota aclaratoria donde se me informaba de que recibiría el regalo lo antes posible, ya que en esa noche “Sus Majestades” habían necesitado hacer ese obsequio a algún niño más necesitado.


De todos los obsequios que recibía, sólo me sorprendían los que mamá me dejaba, invariablemente, sobre su piano. Solía encontrarme un trío de álbumes en tapa dura con las últimas novedades editoriales del Capitán Trueno, de Mortadelo y Filemón o de Tintín. También algunas novelas de aventuras –escritas por Salgari o Verne– y el mejor de los obsequios: ¡una breve carta de mamá! En el ejercicio de su magia, los “Reyes” lograban que mi madre me escribiera un mensaje breve con su hermosa letra –la conocía por releer a escondidas las notas que ella le dejaba a papá–. Deducía que los “Magos” habían visto esa noche a mamá de la que me dejaban allí los regalos, ya que en su carta me pedía que le leyera alguno de esos libros y tebeos cerca de su cuarto, para así poder escucharme.
Yo no tenía tanta suerte como los “Sus Majestades”: nunca había visto en persona a mamá, pero no por eso dejaba de quererla con toda mi alma. Tampoco había visto ninguna vez al aire y era igual de imprescindible en la vida. Ya de niño sabía que el amor está en el corazón, no en los ojos ni en los oídos.

Mi madre siempre permanecía encerrada en sus dependencias esperando a que nosotros nos acostáramos. Como si fuéramos víctimas de un hechizo que nos impidiera encontrarnos, ella vivía la noche y nosotros el día. Papá me había explicado muchas veces que ella estaba “malita”; que su mantenerse aislada de nosotros se debía a que sufría de constantes ataques de migraña y de vértigo, que sólo se atenuaban en la calma solitaria de la vigilia nocturna.
Sin dudas, la de Reyes era una noche mágica: en ella se producía la maravilla de que mamá exteriorizara su cariño por mí.

23 comentarios:

  1. Precisó escrito, q bonito ha sido poder tener todo eso. Me pasa como a ti, mi padre para eso era mágico y mi despertar también lo era...

    Es una suerte.

    Me ha encantado leerte. Me lo llevo.

    Un besazo

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    1. Feliz Día de Reyes, Carmen:
      Por suerte, somos muchos los que guardamos un recuerdo imborrable de mañanas como la de hoy.
      Para mi suerte, tus comentarios son una presencia constante en mis amaneceres creativos.
      Un abrazo de esperanza, Carmen.

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    2. Muchas gracias...

      Es un placer leerte, siempre.

      Un beso grande.

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    3. El placer es mutuo.
      Un gran abrazo.

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  2. Hola Nino:
    He comparado este texto con el capítulo en tu novela y no sé decirte cual me gusta más. Esta versión es más dulce y la del libro es más misteriosa. Las dos son excelentes.
    Feliz noche¡¡

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    1. Feliz Día de Reyes, Ángela:
      Una vez más, te agradezco tu atención lectora. Y sobre todo en ocasiones como ésta en las que me ayudas a enmendar mis despistes. ¡Se me había olvidado indicar que éste es un relato de ficción en el que adapto un capítulo de “Obligado a convivir”!
      Muchas gracias, Ángela.
      ¡Felicidad!

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  3. Cuanta emocion haynen esto.
    Muy buenos regalos esos lkbros y dsa historieta.
    Un abrazo

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    1. Feliz Día de Reyes, Demiurgo:
      Mis limitaciones creativas hacen que en casi todas las ficciones que escribo aparezcan detalles de mi realidad, o de lo que creo recordar como tal.
      En este caso, mi regalo favorito eran siempre los álbumes y libros que recibía (los juguetes, no tanto, pues prefería los que yo me fabricaba juntando piezas de otros rotos).
      Te deseo lo mejor, compañero Demiurgo.

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  4. Se me había olvidado indicarte, amable leyente, que la que has leído es una adaptación del inicio del capítulo 9 de mi novela «Obligado a convivir»; segundo volumen de la trilogía «Donde habita el recuerdo» –serie que se encuentra disponible para su compra en Amazon tanto en versión digital como impresa–.
    Esta trilogía hace un recorrido por los recuerdos de infancia, adolescencia y juventud de su protagonista, Fernando Rivas. La trama está ambientada en los últimos años de la dictadura franquista y en los primeros de la Transición española. En la narración en primera persona predomina un tono melancólico y descriptivo, próximo al monólogo interior, con el que el narrador intenta poner en orden sus memorias sobre sucesos pasados, Evocaciones que Fernando ira amoldando a su intento por lograr que el recordar su pasado lo ayude a decidir si quiere vivir su futuro.
    Te dejo, quiero empezar a ponerme a desenvolver los regalos antes de salir a compartir la mañana.
    ¡Feliz Día de Reyes!

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Luis.
      ¡Feliz día!

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  6. NIno, aqui en Colombia, la fiesta de Reyes, nunca tuvo la altura, que ha tendido en España. Aquí, los regalos, nos los traía el niño Dios, a la medianoche del veinticuatro. Por lo que en esos de las ochos de la noche, ya debíamos estar metidos en cama. El 25, con las primeras lagañas, buscábamos bajo las almohadas, y ahí estaban los regalos, que con tanto anhelo, habíamos pedido que nos trajeran. Un abrazo, NIni, y un buen años. Carlos

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    1. Buenos días y muy feliz año, Carlos:
      Desconocía que en Colombia (tras leerte, me imagino que también en gran parte de América Latina) la festividad de Reyes apenas tiene repercusión. Aquí, pese a nuestra progresiva anglosajonización, se celebra con mucha intensidad. Y no te cuento las comilonas festivas que organizamos. ¡Parezco el hombre que se comió dos veces a Nino Ortea!
      Todo mi afecto, Carlos.

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  7. querido amigo Y vino el 2019 nada nuevo en la vida
    cada vez tengo menos ganas de escribir
    asi es la vida

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    1. Buenas tardes, Mucha:
      Te deseo un feliz año, y lo mejor para ti y tus seres queridos.
      Gracias por acercar tu compañía reconfortante. Confío en que vuelvan pronto tus ganas de escribir; y en que si no lo hacen se deba a que te encuentras entretenida con actividades más estimulantes.
      Un gran abrazo, Mucha.

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  8. Nino, amigo mío, qué relato más emotivo. Me ha llevado a muchos recuerdos, y... he visto muchas cosas que ya tenía olvidadas. Gracias.

    Mil besitos que te abracen siempre. Eres luz y magia, compañero.

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    1. Buenas tardes, Auroratris:
      Gracias a ti, por dedicarme palabras que siempre me acercan a esa luz que tú ves en mí, pero que es un mero reflejo de la vuestra.
      El relato presenta variaciones sobre el fragmento novelado, quizá de ahí el que creas no recordarlas.
      Feliz tarde, compañera.

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  9. Hola Nino , por un momento pensé que tú relato era real como la vida misma , menos mal que al final pusiste una pequeña nota aclaratoria , lo cual me dejas más traquila ; ya que no coincibo un día tan especial sin el cariño y el amor fraternal de una madre con su hijo pequeño .
    Ya que sí es así el niño o niña por un tiempo quedaría marcada en su memoria .
    te contaré que no es muy descabellado lo que te cuento , ya que mi madre perdió la suya con 14 años , el mismo día tan de reyes ; es por eso por lo que te lo cuento .

    Ahora hablando de tus bonitos regalos te diré que son una verdadera gozada .
    Yo soy más del " Cómic manga " pero te diré que también me gustan " Tintin , el rompetechos ,modelo y filemon , Sailoor moon , besame alicia , mazinger z" y muchos más .... Casi lo olvido y bola de dragón " El Goku" bueno amigo me despido con un fuerte abrazo ¡¡Remiau !! de flor .

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    1. Buenas tardes, Flor:
      Me alegra leerte tan llena de detalles lectores, supone para mí un gran estímulo el saber tu opinión sobre este relato.
      Sí, temí que alguien podía creer que el relato recoge una experiencia vital, de ahí que incluyera esa aclaración. Y la incluí gracias al comentario de Ángela, pues se me había olvidado hacerlo. ¡Soy puro despiste! Además, como asocio este blog a mi heterónimo (el escritor Nino Ortea) y no a mí, me cuesta darme cuenta de que quienes me tenéis aprecio podéis temer que lo que sufren mis personajes lo está padeciendo mi persona.

      Gracias por tu confidencia personal, me temo lo dura que debió de ser durante mucho tiempo la celebración de Reyes para tu madre. ¡Dale un abrazo por mi, compañera!

      Tus gustos lectores delatan tu juventud, ronroneante Flor. Las de Goku fueron aventuras muy interesantes (tengo la colección amarilla, la roja y la azul). Mazinguer Z lo prefiero en animé. Y de “Sailor Moon” y “Bésame, Alicia” recuerdo que se vendían muy bien en la librería donde trabajaba.
      ¡Remiaú!, boladrogoneante Flor.

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  10. Leído este pasaje en tu maravilloso libro "Obligado a convivir" y, leída esta entrañable adaptación del mismo, no sabría decirte cual me gusta más. Las dos hablan de Fernando y en las dos hay un Nino que busca su espacio, su entender las ocurrencias de la vida; en las dos, hay un niño que sueña y que vive más allá de su inocencia, con las aventuras de "Tintín" o "El Capitán Trueno" y con el amor de la madre, y con la ilusión de un impulso de vida... Es maravilloso siempre leerte, traes esas cosas sencillas a nuestra mente y corazón, esa ilusión tan necesaria aún cuando ya no somos niños, porque siempre los somos y siempre necesitaremos serlo a ratos.
    Gracias, compañero escritor, por estos momentos de felicidad lectora que nos regalas. ¡Un regalo!
    Beaucoup de lumière et beaucoup de soleils qui s'allument, mon ami!

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    1. Buenas tardes, Clarisa:
      La verdad es que tampoco puedo opinar sobre qué versión prefiero, si la original o la adaptada. Sí que te puedo asegurar que agradezco tu lectura atenta de ambas. Como creo que ya te he dicho, la escritura de “Donde habita el olvido” se produjo en un momento en el que, al igual que Fernando, me planteaba cómo vivir lo que me quede de vida. Y sí, desde niño la capacidad para ilusionarme, para ver magia en lo cotidiano, ha conformado –junto al amor que recibo y la curiosidad que siento– la trinidad que me ha mantenido vivo.
      Por otro lado, compañera, te comento que me estoy planteando publicar en un volumen unitario la trilogía. El problema que preveo es que me podría a reescribir los capítulos, lo que no me parece respetuoso con quienes habéis leído la edición serializada. Ya veré y ya te contaré qué hago.

      Aprovecho para volver a indicarte que me ha encantado tu relato navideño: es arrebatador; y, pese a la tristeza de la ausencia, tiene presente mucha esperanza.

      Las personas maravillosas proyectáis maravilla en todo lo que hacéis, sólo que sois tan generosas que atribuís a otros gestas que para vosotros son actos naturales. Leerte es siempre una maravilla, Clarisa.
      Un gran abrazo, maravillante amiga mía.

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  11. Intuyo que hay gran parte de ti en el relato, lo siento así porque es emotivo, provoca abrazarte y arrullarte por la forma en la que lo vives e imaginas.
    Me gustó tu sentimiento, "Sus Majestades" como tú mencionas no tienen gran presencia por acá, no se les deja sentir.

    Un beso, Nino, me encantaste

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    1. Buenos días, Mujer virtual:
      Aciertas en tu intuición: hay parte de mi en este texto, la que hay detrás de mi voluntad de contar una historia- y también hay una parte de la que no soy consciente, esa parte de mi realidad a la que recurre mi personalidad literaria para sustentar sus ficciones.
      Encantado con tu encanto, Mujer Virtual.
      Un abrazo.

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Gracias por tu lectura comentada.

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