Hola a todos:
El compañero Bruno
nos hace la siguiente propuesta desde el blog «El tintero de Oro»:
Agradezco a Bruno
su propuesta y a ti, amable leyente, la lectura de «Tras la caída», mi aporte a su convocatoria. En este micro añado
una escena al final fílmico común en las tres películas canónicas
protagonizadas por King Kong. Fabulo
que, tras su caída, el gran simio se levantó con un chinchón y… Bueno, mejor
lees el relato; si te apetece, puedes escuchar a la par mi locución con pulsar sobre este enlace.
Tras
la caída
(King Kong’s chinchón)
Un
relato de Nino Kinkonea
Orca,
“la ballena asesina”, se detuvo en la orilla. Sobre su lomo yacía el gran
simio.
La isla misteriosa enmudeció cuando Kong
se incorporó: incluso Triqui, el monstruo de las galletas,
dejó de engullir Phosquitos. El regio primate, atenazado de dolor, se sentó de
espaladas al mar y dirigió a sus congéneres una sonrisa cansada.
Pese a su debilidad, su voz sonó
firme.
—Temíais
que no volvería, ¿verdad? Son muchas las fabulaciones sobre mi muerte. Quizá
la de Jackson haya sido la más espectacular, pero es tan ficticia como las
anteriores.
Los
humanos, en su soberbia, nos consideran irreales; cuando somos tan reales como
lo son sus anhelos: si somos inmortales es gracias a sus leyendas. Encarnamos
virtudes que envidian y disfrazan de aberraciones. Por defender lo natural, nos
llaman monstruos. Por admirar la belleza, nos llaman bestias. ¡Eso se acabó! —Nosferatu, asustado, dejó de mirar su reflejo
en el espejo de Alicia, y abrazó a su amado Hombre
invisible—.
No volveré a apasionarme por sus mujeres. ¡Así que, ni se os ocurra volver a
traérmelas vestidas en gasas y coronadas en guirnaldas! ¡La próxima os la
coméis vosotros! Y me da lo mismo que construyan rascacielos enormes... ¡No
volveré a escalarlos!
Mientras
yacía sobre aquel sucio asfalto tuve tiempo de sobra para pensar. Aparcaré
viejos rencores y querencias. No volveré a maravillar por novena vez su mundo
inhumano. Y os aconsejo que hagías lo mismo.
Tenedles
miedo, mucho miedo: matan lo que aseguran amar. ¡Menudos monstruos esos
humanos!
Gracias por tu escucha/lectura
atenta, amable leyente/escuchante.
Si te apetece disfrutar de
otros textos que participan en la convocatoria de Bruno, sólo tienes que pulsar en este enlace.
https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2023/03/microrretos-de-la-escena-al-micro.html
Gracias.
@NinoOrtea
La que has leído es una reelaboración de una entrada de septiembre de 2008, que dio pie a una serialización de divertimentos apropiacionistas por parte de este cuentista. Por las limitaciones de extensión que presenta la convocatoria, he suprimido partes del capítulo. Si te curiosea leerlo en su totalidad, aquí te dejo el enlace, amable leyente/escuchante.
https://venyenloquece.blogspot.com/2008/09/kong-vive.html
Anda que no han exprimido al primate, aunque cada vez tienen menos imaginación según van sacando nuevas versiones. Sera que echamos de menos a Jessica Lange.
ResponderEliminarBuenos días, Erik:
Eliminar¡Ah, Jessica Lange! Añorada y soñada por todos los que tuvimos la suerte de kinconear la peli de 1976.
Sí, a Kong lo han exprimido y comprimido… ¡Pero él siempre ha revivido! Como en este cuento loco que empecé a fabular en septiembre de 2008 y que ahora retomo para mis prácticas de locución.
https://venyenloquece.blogspot.com/2008/09/kong-vive.html
Un abrazo king-size, Erik.
Hola Nino , muy buen enfoque que le has dado y es que en verdad King-kong en su día dió mucho juego.
ResponderEliminarMe a gustado tu reto , te felicito.
Besos de flor.
Hola, florida Flor:
EliminarGracias por tu lectura comentada, compañera. Confío en que estés bien.
Kong, como buena leyenda, seguirá dando juego mientras nosotros lo alimentemos con el jugo de nuestra ilusión.
Feliz me ha hecho el leerte, Flor.
jajaja Debí entrar primero en esta entrada y después en la otra, porque al menos aquí me das pistas de lo que le ha ocurrido al pobre King Kong, que del golpe desvaría aunque por su elocuente discurso ¡ quién lo diría! lo cierto es que tiene razón ERIK a medida que van haciendo secuelas, preculeas y más versiones de la historia del enorme gorila, menos imaginación le echan.. podías hacerles una transfusión de la tuya porque a ti te sobra por tooodas partes jaja
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, creo que a pesar de lo que dice KK deberías ponerle cerca a su Ann Darrow, para que lo tranquilice a ver si así le duele menos el chichón ; )
Una vez más, María, muchas gracias por tu “mariavillosa” compañía.
EliminarTal y como te comento en tu comentario previo, en esta entrada doy salida a un texto que serialicé en sero desde 2008. Y, quizá, sea la ficción hacia la que tenga más afición.
He tenido en cuenta lo que me cuentas, sobre el despiste que te produjo el publicar de manera separada el texto y la locución, por lo que he juntado en ésta el contenido de ambas entradas.
Respecto a la señorita Darrow… Creo que, finalmente, Kong ha caido del guindo (plantado en el Empire State) y comienza a valorar la belleza de conChita.
Un abrazo imaginativo, María.
¡Hola, Nino! Ostras, cómo cambia la historia, ja, ja, ja... Me gustó mucho cómo has aprovechado la escena y el reto para componer un relato que díria metaliterario por cuanto los protagonistas, esos monstruos con los que se forjan nuestros sueños, toman vida y muestran la razón de su fuerza y la fascinación que nos provocan sus historias. Estupendo aporte al reto. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David:
EliminarÉsta es una reelaboración de una historia inconclusa que empecé a bloguear hace 15 años. Historia que, cada cierto tiempo, encuentra la forma de volver a ser contada, quizá buscando “tomar vida” en los sueños de cada uno de sus nuevos lectores y provocar en ellos historias más fascinantes que las que yo conté.
Desde luego, pocos ensoñadores más fascinantes se me ocurren que nuestros compañeros entintados.
Un abrazo, David.
Hola, Nino. El dolor de cabeza del pobre Kong es de aúpa. Realidad y ficción se juntan para dar un mensaje que se podrá decir más alto, pero no más claro. Cuidado con esos que se hacen llamar humanos pues son realmente los monstruos de ésta y de todas las historias.
ResponderEliminarMuchas gracias por aceptar el reto y hacernos disfrutar.
Hola, Bruno:
EliminarVuelvo a agradecerte todo tu trabajo de gestión en esta reunión creativa. El reto habría estado en ignorar el atractivo de tu convocatoria.
Kong superará pronto su dolor de cabeza; pero, ¿podrá superar su mal de corazones? Hasta el momento parece estar condenado a hacerle coros a Camilo Sesto en su “Siempre me voy a enamorar de quien de mí no se enamora…”.
Sí, tengamos cuidado de no convertirnos en monstruos civilizados. Es más fácil caer en esa tentación que despeñarse del Empire State.
Un abrazo, Bruno.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl relato lo conocía pero lo he disfrutado al escucharte leerlo, muy muy bien Nino!!
ResponderEliminarHola, Maite:
EliminarMuy muy bien me hace sentir el leerte.
Sí, este capítulo es la segunda vez que lo reformulo en el blog: ¡gracias por renovarlo con tu disfrute!
Un abrazo, Maite.
Veo que dices que vas a seguir usándolo en tus prácticas, va a ser muy divertido escucharte!! 😉💝
ResponderEliminarHola, anónimo:
EliminarNo sé si podré/sabré hacerlo. Me temo que no podré/sabré en su totalidad (hay partes en francés, polaco, ruso o griego clásico)
Un saludo, anónimo.
Ninoo... vaya dislate y mezcolanza de seres de ficción todos reunidos y llegados desde losas diversos confines de la ficción.
ResponderEliminarHasta te has cambiado de nombre para Kirchner,, jajja.
Estupendo aporte creando una ficción nueva a partir de la original, ya conocida por todos.
Aunque salvando las distancias recordó al discurso de el gran dictador.
Abrazo fuerte Nino
Hola, Gabiliante:
EliminarPues sí, menudo descoloque me quedó esta fiesta playera de seres legendarios. Por suerte, ninguno de ellos fue lastimado en la realización de esta mezcolanza; que cuando la imaginación entra en danza, ésta puede ser más torpe que el bailoteo de un pies planos.
Sí, cambié de mote. Éste es más auambabuluba, me parece más acorde con el ritmo balambambú de este relato.
Me has sonrojado con esa comparación salvadistancias, Gabilante. ¡Gracias! El discurso de Chaplin es, sin dudas, un inmejorable ejemplo de cómo el ARTE puede estimularlos a dejar de ser monstruos.
Un abrazo fuerte, compañero.
Entonces King Kong no murió, en la tremenda caída, porque se siguen contando leyendas sobre él.
ResponderEliminarEso lo hace similar a Mara Laira, que necesita para seguir existiendo, ser recordada, que se cuenten historias sobre ella.
Es una buena escena, la de Kong desencantado, para incorporar a la convocatoria.
Creo que la desilusión se le pasará. Y seguirá apreciando la belleza.
Saludos.
Hola, Demiurgo.
EliminarGracias por este nuevo comentario. Sí, los personajes solo necesitan bañarse en las aguas de nuestra ilusión para convertirse en inmortales. Eso lo sabes muy bien como autor, ya que tú Hurlingham está lleno de personajes que tus lectores sentimos nuestros, como la recordada Mara Laira. Además creo que también a las personas nos ocurre lo mismo: una vez finalizada nuestra historia, seguimos viviendo en el ánimo de quienes la recuerdan.
Gracias por tu comentario vivificante, Demiurgo.
Hola Nino, los monstruos y quien realmente los crean. Me quedo con esa kinkonesa manifestación. Me gusta este final más que el de la peli y esos amigos que ni te cuento. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Emerencia.
EliminarGracias por tu comentario y por todo tu apoyo en el canal audiovisual.
Vuelvo a felicitarte por la calidad de tu relato. Volví a ver "Alas" con ojos ampliados gracias a la escena que intensificaste.
Sí, son muchos los monstruos que en realidad son simplemente personas descastadas a las que perseguimos o marginamos por ser diferentes. Y también las cualidades monstruosas que les atribuimos y que, en realidad, proyectan nuestros deseos o fantasías.
Un abrazo, compañera.
Hola Nino, realmente me sorprendiste gratamente con tu historia, me ha gustado mucho al igual que la completa primera versión que hiciste, todos los personajes reunidos en una sola historia, muy bueno.
ResponderEliminarMe gusta mucho escucharte narrarla también es un plus que le agregas muy bonito.
Te felicito me he divertido leyéndola y obviamente el ser "humano" es el mayor destructor de la naturaleza, los malos no siempre lo son y los buenos muchas veces no lo son tanto.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Hola Patricia.
EliminarGracias por tu comentario tan entusiasta. Por escribirme que te ha gustado su lectura y que has disfrutado con su audición. Para mí es muy importante recibir estás valoraciones de una persona con tu solvencia literaria.
Como has leído, el cuento está inacabado. Entré en una época de desánimo que me alejó de la isla de la ilusión. Me planteé concluirlo, pero ya había perdido mi magia.
Un abrazo, Patricia.
Menuda tormenta de referencias! Ja,ja! Este torbellino de personajes me ha dejado sin palabras! Un abrazo!
ResponderEliminarHola, Marifelita.
EliminarSí, tienes toda la razón: es una isla de tormentas azarosas. Es curioso el que cuando la mente está despejada suele ser cuando sus ideas son más enrevesadas. El cansancio nos vuelve simples, que no sencillos.
Un abrazo, Marifelita.
¡Hola Nino! Un micro centrado en Kong pero que tiene importantes figurantes entre sus líneas, como Nosferatu o Alicia. Muy original y entretenida tu propuesta, en la que parece que Kong ya se ha cansado de ser el malo de la película. Un saludo.
ResponderEliminarHola, Rocío.
EliminarGracias por tu comentario, compañera.
Sí, el relato se centra en la figura de Kong, al que hacen coro algunas de las referencias más perdurables del género fantástico (y algunas traídas de mi recuerdos infantiles niñez como Triki el monstruo de las galletas) Pero en realidad, quieres hacemos coro a estos personajes somos sus lectores. Lectores que como tú con nuestro disfrute de estas historias mantenemos vivos a unos personajes de leyenda.
Un abrazo, Rocío.
Un micro muy original y cargado de crítica. Ay, esos humanos que matan lo que aman... Muy buena historia, Nino, metaliteraria, como dice David.
ResponderEliminarHola, Marta.
EliminarSiempre es un estímulo el leerte compañera.
Sí, la meta de este micro es literaria; y su fin está en cruzarla y llegar a nuestra realidad, para darnos cuenta de que aunque otros nos desprecien como monstruos, lo verdaderamente monstruoso es su falta de respeto a nuestra identidad. Kong, que era tratado como una deidad en su isla salvaje, fue tratado como un mono de feria en la civilizada Nueva York.
Un abrazo Marta.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, genial micro de una película mítica. "Humanos que matan lo que aman", real como la vida misma. Un abrazo. :)
ResponderEliminarHola, Merche:
EliminarAsí nos va a los humanos en nuestro trato con los demás. ¿Y qué decir de nuestro trato abusivo al resto de seres vivos?
Mi versión favorita de “King Kong” es la de 2005. Aunque en lo iconográfico me encanta el de 1933.
Un abrazo, Merche.
Hola Nino, pues vas a tener razón King Kong mejor no fiarse de los humanos. Un relato muy imaginativo y cierto a la vez. Buena semana y un abrazo.
ResponderEliminarLa semana ha comenzado bien, en vuestra compañía. Confío en que sea buena para todos.
EliminarEs llamativo el que los humanos adjetivemos como “animales” nuestros comportamientos más inhumanos; cuando estas actitudes crueles son ajenas a los animales y demás seres vivos que las sufren. La fabulación de King Kong es una reflexión inteligente sobre esta disyunción. El “monstruo” sólo es percibido como tal por el hombre civilizado.
Un abrazo fuerte, Ainhoa.
Hola buenas tardes , mi buen amigo Nino King-conero, espero que te guste mi micro del tintero , me diste envidia con tú king -Kong , jajajajajaja te deseo una feliz tarde de Domingo
ResponderEliminarbesos para ti y frambuesa...¡¡Remiaú!!🥰🎸😎🌺😋🤣
¡Miaú, Flor!
EliminarTu último texto, al igual que el anterior,
me ha parecido un auténtico primor.
Un auténtico placer como lector
y un verdadero estímulo como escritor.
Un abrazo de tu amigo blogeador.
¡Remiaú, Flor!
Hola, querido amigo: "Menudo monstruos esos humanos! Ya lo creo... King-Kong-near se te da muy bien y ese mensaje que deja entrever tu buen humor Kinkonea , je, je Me encanta ese arrebato de creatividad divertida y no menos directa la crítica a esos "inhumanos"...
ResponderEliminarUn placer leerte, siempre es un momento agradable el encuentro con las aventuras enloquecedoras de Nino Ortea. Gracias!
Abrazos, un millón 🤗 Te admiramos, nuestro amigo.😉🌞
Hola, querida amiga.
EliminarEmpiezo agradeciéndote tu última publicación en tu blog
https://clarisatomascampa.blogspot.com/2023/03/pequena-pobladora.html
Todos podemos sufrir el infortunio de Yana Rykhlitska.
Voy a hacer unas locuciones selectivas del cuento de Kong. Dadas mis limitaciones no podré narrar la totalidad del texto, pero sí que usaré las que me sean factibles. Te agradezco tu apoyo en el canal audiovisual.
En mí, la creatividad expresiva no brota de manera tranquila. Siempre lo hace de manera impulsiva, dentro de un arrebato cercano al de una posesión por un espíritu. Requiere el sentimiento.
Redactar artículos o hacer traducciones suelen ser ejercicios calmados, ya que la creatividad didáctica requiere el intelecto.
Gracias por encontrar momentos para acercarte.
Un abrazo, venyenloquecedora Clarisa.
Hola Nino. Desde luego le has dado un toque muy personal a tu relato, casi creando el guión de una nueva película. Imaginas la isla que habitan king-kong y demás monstruos como el hogar de todo personaje ficticio, hasta el entrañable Triki aparece en la narración, escandalizados de la destrucción que los humanos hacemos del mundo que compartimos todos. Al final nos dejas una sentencia contundente, matan lo que aseguran amar. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge:
EliminarEres un excelente compañero. Tus comentarios siempre traducen una lectura atenta de los aportes ajenos. Y los escribes con ese uso tan bello y cuidado del lenguaje que te caracteriza.
Como sabes, la idea de que las creaciones fantásticas existen y conviven entre sí no es algo novedoso. Incluso sostiene el subgénero de “confrontación” entre ellas que tan buenas obras ha dado. En mi caso es un sentido homenaje agradecido a estos personajes que me llevan acompañando desde, casi, mi nacimiento. Por ponerte un ejemplo: di mis primeros pasos un sábado por la tarde, mientras en casa veían una peli de Tarzán. Fue decir él: “Andagua, Chita” y yo ponerme a caminar. La primera película de King Kong fue estrenada un 7 de marzo, así que me apeteció celebrar su 90 cumpleaños.
Un abrazo, Jorge.
Hola Nino, te felicito, una entrada muy original y con su toque de humor, que después da paso a la oportunidad de reflexionar profundo sobre nuestro papel como seres humanos que se "enseñorean de la creación". Te dejo saludos y enhorabuena.
ResponderEliminarHola, Ana:
EliminarGracias por tu comentario, compañera.
Como le acabo de escribir a Jorge, estos personajes llevan siendo una compañía fantástica toda mi vida. Siempre he disfrutado de la “cultura popular”. Mis primeras lecturas fueron tebeos (cómics) escapistas y las películas que veía eran de aventuras. Mis gustos se han ampliado, pero básicamente sigo disfrutando con estas historias de fantasía. Ahora las leo o veo con otros ojos, sin proyectarme en ellas; pero con la misma sensación de maravilla.
Un abrazo, Ana.
Hola Nino,
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este King Kong reivindicativo que reniega de las mujeres humanas. Y es que donde esté una buena simia no hay lugar a la comparación.
Genial distopía
Hola, Matilde:
EliminarGracias por tu comentario animoso, compañera.
Aciertas plenamente: en esta historia, Kong se empieza a sentir atraído por la incomparable Chita. Eso sí, la isla está poblada por mujeres irresistibles como Pandora, La señorita Rottenmeier o Safo… Por lo que el gran simio tendrá sobradas ocasiones para ser abnegado en su renegación humana.
Un abrazo, Merche.
Hola, Nino. La frase final es demoledora. El simio es mas sabio que nosotros. El montón de personajes conocidos para todos le dan alivio cómico al texto. Orca, la ballena asesina, madre mía, carne de videoclub ochentero, jajajaja.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Pedro:
EliminarFíjate si soy añejo, que vi la peli de “Orca” en su estreno en un cine que ahora funciona como hamburguesería. Curiosamente fue el mismo cine –Teatro Arango– donde había visto el “King Kong” de 1976. Siempre me ha gustado el género fantástico y encuentro fascinantes a muchos de sus personajes.
¡Viva la cultura videoclub, Pedro!
Hola Nino. ¡Ay pobre King Kong! Tiene toda la razón en quejarse de todo lo que le han hecho trabajar. Menos mal que tú le has dado la palabra para criticar a estos humanos tan irracionales que "matan lo que aseguran amar". ¡Excelente y con la propina de unas risas!
ResponderEliminarFaltaba el comentario de la Orca y estaríamos completos. ¡Felicitaciones!
Un abrazo.
Hola, Trujaman:
EliminarKong –al igual que Luis Aguilé y Nino Ortea– opina que “es una lata el trabajar”. Además, Kong es un gran admirador de Aguilé, al que considera su “alma gemela” por eso de: “Tengo una novia de lo mejor, con mis ahorros se me ha ido a Nueva York”.
Orca, desde que abrió la boca y –sin querer– le comió una pierna a Bo Derek– ha hecho voto de silencio.
Un abrazo, Trujaman.
Hola, de verdad que no quiero ni pensar lo que pasaría si todos estos protagonistas de nuestras mas famosas historias se manifestaran en la realidad... la venganza por todo lo que les hacemos en ficción pudiera ser terrible.. ja ja... ¡Excelente Micro!.. Saludos
ResponderEliminarHola, Octavio:
EliminarSería todo un espectáculo el poder encontrarnos con todos estos inocentes a los que culpamos de monstruos por ser cómo son –que los monstruos son los lumbreras que tienen ideas tan lucidas como “Crearé un nuevo Prometeo cosiendo trocitos de personas” o “Creo que este gorila quedará muy mono si lo llevo a Nueva York”–.
Un abrazo, Octavio.
Desde luego, Octavio, no hay prededador mayor que el ser humano. Le has dado una vuelta de tuerca a la muerte y resurrección del enamoradizo King Kong. Un abrazo, compañero
ResponderEliminarHola, Tara:
EliminarEl sentimiento enamoradizo requiere de tener la capacidad de dar muerte a lo sentido y resucitarlo inmaculado. Si nuestro corazón tuviera memoria pocos nos habríamos vuelto a enamorar tras el daño doloroso del primer desengaño amoroso.
Un abrazo, Tara.
Hola, Nino. Centrado en King Jong, nos has mostrado una pléyade de personajes de la ficción tan reales como los humanos y más humanos que los propios humanos como abiertamente denuncias. Además nos las ilustrado el relato con la imagen abatida de un King Kong desengañado. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Isan:
EliminarGracias por tu comentario.
Muchas veces me pregunto si ciertos rasgos diagnosticados como “trastornos de conducta” o muchos de los denostados “caracteres débiles” no son en realidad una muestra de rasgos de humanidad que hemos ido desechando: mantener la inocencia, exteriorizar el sufrimiento, reaccionar ante una agresión… los ilusos, emotivos o hiperactivos quizá seamos los últimos especímenes de una humanidad no evolucionada y avocada a ser anulada por la mutación dominante. Quizá seamos neandertales que nos extinguiremos al no transformarnos en cromañones. Quizá con el tiempo seremos ficticios.
Un abrazo, Isan.
Ay, si pudiéramos saber que piensan los animales de los humanos. Un relato genial. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Nuria:
EliminarMe temo que no tienen buena imagen de quienes los matan por deporte, los apalean por diversión o los hacinan por productividad,
Un abrazo, Nuria.
Has juntado con arte personajes de ficción de diversas procedencias para ofrecernos un relato divertido y convincente.
ResponderEliminarMuy buena tu aportación.
Hola, Macondo:
EliminarIntento ser agradecido; y es mucho lo que en lo personal tengo que agradecer a estos personajes de ficción que, desde hace 50 años, me acompañan, entretienen y, sobre todo, me ayudan a aceptar la realidad monstruosa.
Gracias por tu comentario, Macondo.
Hola, Nino! Pues a mí la primera de King Kong fue una de mis pelis preferidas en la infancia. Me refiero a la del año 30 y pico. Un relato original que, con las carencias tecnológicas, supo cumplir las expectativas. Ni me hables de la de Jackson que me da urticaria, jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo, Nino!
Hola, Pepe:
EliminarLa versión kinkonera de 1933 es mágica. En lo iconográfico me resulta insustituible por ninguna otra encarnación de Kong. La vi en una proyección del “Cineclub Ensidesa” organizada por Faustino Arbesú. Siempre le estaré agradecido por ello.
Respecto a la narración de Jackson, no quiero provocarte urticaria.
Un abrazo, Pepe.
Hola Nino, muy original y divertido este relato, con grandes iconos del cine. Ha sido divertido tanto leerlo como escucharlo.Un abrazo!
ResponderEliminarHola, Lola:
EliminarMe alegra leer que has disfrutado de este confitado de personajes. Y el que lo hayas escuchado sin que te haya disgustado, me ha alegrado.
Un abrazo, compañera.
Brillante adaptación de todo un mito del cine.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Nino.
Hola, Estrella:
EliminarKing Kong es mi mito cinematográfico favorito.
Gracias por tu comentario, compañera.
Jessica Lange, la chica King Kong por excelencia para mí 🌻
ResponderEliminarHola, de la Flor:
EliminarSí, la excelencia de Jessica Lange es de tamaño “king size”.
Un abrazo, compañera.
Pues has retratado a un King Kong muy tierno que puede que devaríe por el golpe en la cabeza pero que, a la postre, dice grandes verdades jaja. Un abrazo, Nino
ResponderEliminarHola, Myriam:
EliminarA veces, cuando estamos aturdidos tras un golpazo de realidad, es cuando liberamos nuestras verdades.
Un abrazo, Myriam.
Me ha encantado, sobre todo, tu interpretación del micro con esos cambios de voces. Y también esa conclusión final, de que somos nosotros los verdaderos monstruos. Una verdad como un templo, pero ya lo dijo aquel: "Lo extraordinario del hombre es que es tan capaz de hacer las mejores obras de arte como de perpetrar las peores atrocidades". Sin duda en tu micro se pone más de manifiesto la segunda. Me ha encantado tu trabajo completo en esta convocatoria. Y más, teniendo en cuenta que aale de otro anteriormente hecho.
ResponderEliminarUn abrazo, Nino Kinkonea.
Hola, MJ:
EliminarEncantado con tu encanto lector, compañera. Gracias por tu comentario animoso.
Desde mi experiencia, las mayores monstruosidades que he sufrido me las he afligido yo mismo. Los temores infundados, los excesos continuados o la inconsciencia activa han tenido un efecto monstruoso en mi erosión física y emocional.
Gracias por tu valoración positiva de la locución, tengo mucho que practicar y mejorar.
Un abrazo, MJ.
Hola, Nino. Conmueve la reflexión filosófica de la bestia, tras la mala experiencia que ha tenido en su visita forzada a la ciudad humana. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, Beri:
EliminarCuando una experiencia se repite –en diferentes momentos personales y con distintos participantes– y el resultado es invariablemente doloroso, hay que ser muy bestia para persistir en el intento.
El gran Kong sabe que, para él, visitar “La gran manzana” conlleva llevarse un gran chinchón.
Un abrazo, Beri.
Hola, Nino. En tu micro nos has presentado a Kong como el rey de los monstruos víctimas del escarnio de esta sociedad cuya doble moral justifica aquello que no tiene, a día de hoy, justificación alguna. Así que no me extrañaría que acabásemos a manos de los zombies en cualquier momento.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, JM:
EliminarMe temo que quizá ya estemos en “manos de esos zombis” que comentas. Desde luego, si los que nos desgobiernan no son muertos vivientes sí que son seres sin alma.
Un abrazo con corazón y alma, JM.