Hola, a todos:
Con esta entrada recupero el texto que aporté a ¿QUÉ TE CUENTAS?, la generosa oferta que desde el blog «El tintero de oro» se nos brinda para presentar obra autoeditada.
Mi texto fue embellecido por el compañero Pepe.
Aquí lo recupero para aquellos interesados en su lectura a los que se les pasó en su momento mi aviso de publicación en «El tintero de oro».
Sobre escritura, autoedición y amistad I
Agradezco la oportunidad que David Rubio nos da a los autores autopublicados para compartir detalles del proceso de escritura y autoedeción de una de mis publicaciones. En mi caso voy a centrar esta “charla” en la novela «Donde vive el recuerdo», la cual lleva disponible en Amazon desde agosto de 2019.
Voy a afrontar la presentación de la obra como si ésta fuera una entrevista realizada en directo. Para ello usaré como pauta personalizada las preguntas que David nos plantea como orientación informativa en su texto de presentación.
Redactaré el texto en una sesión, para así unificar su ritmo y su narración. Por ello, evitaré corregir en exceso el texto (os pido disculpas por las faltas y despistes que encontrareis en él). Sé que si le doy muchas vueltas, acabaré sin enviarlo.
Gracias.
¿Cómo nació la idea de tu libro?
«Donde vive el recuerdo» es una novela antológica que, en sus 339 páginas, agrupa y corrige el contenido de tres novelas breves cuya publicación serialicé en 2016: «Castigado a vivir», «Obligado a convivir» y «Condenado a revivir».
Esta novela nació con la idea de ser un cuento fantasmagórico. En el primer borrador, escrito en 2012, ese cuento se titulaba «Amor de madre» y formaba parte de un proyecto que me había marcado en mi eterno proceso de
aprendizaje narrativo: escribir una historia con componentes fantasmales inspirada por la primera canción que escuchara en la radio. Sonó “Amor de madre”, tema de la banda Danza Invisible, pero el relato que escribí no tenía nada que ver, ya por entonces, con la historia que canta la canción… Este relato lo recogí en la antología de 2017 «Nada ha sido probado», que también autoedité en Amazon.
¿Cómo fue el proceso de escritura? (documentación, tiempo de escritura, donde escribías, cuantos años tardaste en terminarla)
El proceso fue autodidacta y empírico, basado en prueba-error. Se vio limitado por el hecho de que por entonces no contaba con acceso a Internet. Esta limitación ha moldeado mi forma de abordar el proceso de escritura creativa –ya sea el de una novela o el de un cuento–: suelo redactar a mano, busco la información necesaria en mi memoria o en mi biblioteca, lo corrijo a la par que lo tecleo en un procesador de textos, imprimo el borrador, dejo que se enfríe su recuerdo, pasado un tiempo hago una primera lectura-corrección pausada (sufro déficit de atención y migraña crónica) y al finalizar este proceso de lectura correctora decido si convierto ese texto –lleno de correcciones y anotaciones– en una creación literaria.
Una de las grandes ventajas de escribir a mano, es que puedes hacerlo en casi cualquier lugar y momento. Me gusta escribir solo y en espacios públicos, donde el aire libre y el ver vidas ajenas me oxigenan y estimulan. La corrección la hago en casa, en silencio y por etapas. Convertir el borrador en un texto literario es un proceso abierto, en realidad ninguna de mis ficciones está acabada. Las autoedito cuando siento que han alcanzado una estructura sólida.
¿Cómo preparaste la portada?
La portada de «Donde vive el recuerdo» es una fotografía de una casa de campo que, sorprendentemente, pervive en el centro urbano de Gijón. Saqué la fotografía con el teléfono durante un paseo casual por sus inmediaciones. La edité con el programa “IrfanView” para adecuarla a los requisitos de Amazon. Salvo la imagen de la antología «Mirador» –autoría de la escritora Clarisa Tomás Campa–, todas mis cubiertas lucen fotografías propias sin editar.