Simply Red - Stars
Hola, Beauséant:
Todo
un placer y un estímulo el leerte, compañero.
Y
tras haberlo hecho me he ratificado en que tengo poco, quizá lo mínimo, de
oveja y cordero: creo en la importancia del nombre como identificativo propio
(de ahí que no use el nombre que me dio el bautismo, sino el que me otorgó el
afecto); nací con sonoridad y celebro con risas y palabras la vida; vida que me
ha dejado cicatrices y en la que he horadado rastros; vida tras la que, cuando se
acabe, confío en reencontrarme con aquellos que en mí son recuerdo.
Un
abrazo cálido, Beauséant.
https://www.elartistadelalambre.net/nadie-recordara-nuestro-nombre/
Hola, David:
Gracias
por compartir estas primeras cuatro píldoras vitales. Bueno, más bien por
publicar tus reflexiones sobre ellas. Me siento más cercano a ti que a los
autores que te inspiraron; y, a día de hoy, me interesa más leerte a ti, David,
que a cualquiera de esos geniales escritores (sí, incluido el apasionante Jim
Thompson).
La
primera “novela negra” que recuerdo haber comprado siendo consciente de la
existencia del género fue “Un ciego con una pistola” de Chester Himes (en
edición de Bruguera para la colección “Libro amigo”). Título que he incorporado
a mi fraseología, para definir cómo reacciono cuando me veo desbordado por una
situación amenazante.
Tras
leerte me pregunto cuántas de las frases ingeniosas que otorgamos a autores, lo
son en realidad de sus traductores sanchescos o de sus versioneadores
quijotescos: “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”.
Un
gran abrazo, David.
https://balasyestrellas.blogspot.com/2024/01/filosofia-noir-la-novela-negra-como.html
Hola, Erik:
Confío
en que el de hoy sea también un buen día, con o sin lluvia.
Un
abrazo.
https://noctambia.blogspot.com/2024/01/despues-de-la-lluvia.html
Buenos días, Miguel:
Gracias
por compartir tu reseña. Marco Bellocchio no es un director cuyas películas
logren interesarme (imagino que no me atrae su ritmo narrativo, ya que en lo
formal es bastante comedido). Leo que centras tu reflexión en la solidez del
guión, por lo que confío en que su narrativa haga que la peli me entretenga
(pese a lo limitado de su diseño de producción).
Un
abrazo, Miguel.
https://www.cineycriticasmarcianas.com/2024/01/el-rapto-el-insolito-caso-de-edgardo.html
Hola, MARÍA:
Estupendo
tu texto (tras leerlo me siento pensativo).
“Vanidoso”
es uno de los despectivos con los que se me suele adjetivar desde la
ignorancia. No practico la falsa modestia y, por si fuera poco, no adoro a
becerros de oro ni a borregas adiamantadas. No voy donde los demás van por
gregarismo. Ni siquiera lo hago de puntillas y conteniendo la respiración, por
eso de evitar ser señalado. Tampoco frecuento las calles transitadas de esa
megalópolis llamada “Vanidad” sobre la que reflexionó William Thackeray en su
sátira “La feria de las vanidades”. Hacer ese tipo de referencias suele ser
malinterpretado por la mayoría de los biempensantes como una exhibición de mi pedantería;
cuando lo que ratifica es mi condición pedestre, al valorar yo lo que la
mayoría desprecia: ¿Quién lee a Thackeray en papel áspero, pudiendo aspirar a leer
a Sonsoles Ónega en un “iPad”?
Bueno,
ya acabo este canto a mí ninismo: resulta que el ser alguien que intenta vivir
lo más cercano a su sentir y no sentirte incómodo por admitir públicamente tu
modo de vida privada (y las grandes privaciones que conlleva) es una exhibición
de vanidad.
Creo
que tu texto me ha motivado para hacer un despliegue vanidoso en mi blog
ninoso. Gracias, compañera.
Todo
mi aprecio, tan humilde como sincero, MARÍA.
https://hablacontusamigos.blogspot.com/2024/01/de-puntillas-veces-incluso-sin-respirar.html