Cuando el pasado pesa y desde lo profundo de mi sentir siento que la caída en el abismo emocional es irrefrenable, dejo de evitarla. Cuando me llega la desazón, me permito caer en ella para no malgastar fuerzas emocionales. Al poco, habitualmente, mi instinto de supervivencia se activa y me alejo de la melancolía. Cada vez me cuesta más autoreaccionar, lo que antes me requería un par de días, ahora me lleva una semana. Pero sigo venciendo a mis demonios.
Hay meses que –más que “El calendario gregoriano”– los marcan las calendas emocionales.
No es fácil precisar el porqué de las cosas, aunque sean nuestras
cosas. Si uno es fiel a sus sentimientos y siente que los días se hacen años
junto a una persona, no puede evitar poner fin a su relación afectiva, sea cual
sea el mes o el momento del año (por mucho que enero se inicie con buenos
propósitos, puede convertirse en cuesta emocional)
Pasado
el ruido y la furia de cada ruptura amorosa nunca he preguntado los porqués ajenos
y he silenciado los míos, salvo cuando la otra parte ha mostrado interés por
saberlos. Entonces, o le digo mi verdad o hago mi verdad de lo que le digo.
Sí,
son cosas que pasan. Supongo que el problema llega cuando dejan de pasarnos,
cuando el corazón deja de ser caprichoso y pasa a ser prudente: es entonces que
todo hogar de ensueño se convierte en un dolor para el corazón.
Roxy Music - In Every Dreamhome A
Heartache
"In Every Dream Home a Heartache" es una canción escrita por Bryan Ferry, que apareció en el segundo álbum de su banda Roxy Music, «For Your Pleasure».
ResponderEliminarEn su letra, la canción es un monólogo siniestro, en parte una crítica al vacío de la opulencia y en parte una canción de amor a una muñeca inflable. En su música, se complementa con una progresión cíclica de acordes de cuatro compases (D# F# F G#) dirigida por una parte de Farfisa estilo "órgano de cine". Después de la conclusión lírica "¡Hice estallar tu cuerpo/pero tú me volaste la cabeza!", la canción culmina con una sección instrumental extendida, con la dirección del guitarrista Phil Manzanera.
Traducción nineante de la entrada en inglés sobre esta canción en Wikipedia.
From Wikipedia, the free encyclopedia
https://en.wikipedia.org/wiki/In_Every_Dream_Home_a_Heartache
No creo que sea sano vivir en una montaña rusa de emociones. Un beso
ResponderEliminarBuenas tardes, Susana:
EliminarGracias por tu comentario lector.
Un abrazo.
"Si uno es fiel a sus sentimientos y siente que los días se hacen años junto a una persona, no puede evitar poner fin a su relación afectiva"
ResponderEliminarEsta frase que tanta verdad lleva deberíamos tenerla grabada a fuego si queremos evitar la infelicidad y también el fraude sentimental. El ciclo del amor tiene sus tiempos y negarlo es negarnos a nosotros mismos. La primavera me parece un buen ejemplo del renacer de los ciclos vitales.
Un fuerte abrazo, Nino.
Buenas tardes, Miguel:
EliminarGracias por tu comentario.
Me temo que el miedo a la soledad “pegamenta” a más parejas que la valentía de reenamorarse a diario. Hay quien no sabe estar sólo y hace del amor un espejismo (la película que has comentado recientemente en tu bloc contiene una reflexión al respecto encarnada en el personaje de “Sonny”).
Soy fiel a mis sentimientos, lo que conlleva que no entienda una relación afectiva sin afecto. La pasión es otra cosa, un arrebato.
Un abrazo, Miguel.
Noto tristeza en tus palabras, espero estar equivocada y que estés bien. Besos!
ResponderEliminarBuenas tardes, Ángela:
EliminarEste tipo de textos causan esa impresión lectora. Por suerte, la diferencia entre mi persona sintiente y mi personaje escribiente es venyenloquecedora.
Un abrazo, Ángela.
El Fantasma que camina. Tenés un gran presentador de lujo para tu blog.
ResponderEliminarEstá bien lograr vencer a los demonios propios, aunque sea más difícil.
Saludos.
Hola, atento Demiurgo:
EliminarSí, la etapa inicial de “The Phantom” me encanta. Aquí es conocido como “El hombre enmascarado”. Pese a que lo descubrí en una edición fallida, mi imaginación está marcada desde la infancia por “El signo de la calavera”.
El combate a mis demonios suele resolverse en el cuadrilátero del autoengaño.
Tengo un lector de lujo en ti, Demiurgo.
La vida en páreja es difícil, el amor no es de siempre, la felicidad es tan parecedera como una estrella fugaz. LO relevante es encajar en los cambios sin dañar al otro. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarBuenas tardes, Carlos:
EliminarQuizá sea esa fugacidad la que nos convierte en voraces y nos lleva a devorar el amor con pasión. Como cuando de niños arramblábamos el plato con la comida que nos gustaba. Quizá en el amor siempre nos comportemos como niños.
Un abrazo, Carlos.
Cuando la melancolía o la pena o lo que sea que se apodera de nosotros tira hacia abajo, lo mejor, tal cual comentas, es no ofrecer resistencia y dejarse llevar, eso sí, sin regocijarnos, ni instalarnos ahí en el fondo que yo creo que hay personas que le cogen gustillo porque ni queriendo salen de ahí, y no siempre porque no puedan, pienso que para algunas personas es más cómodo convertirse en víctima crónico, que luchar por dejar de serlo.. hay de todo, por supuesto.. después hay ese otro tipo de personas que se conforman con sobrevivir en relaciones muertas porque salir de la zona de confort conocida supone mucho esfuerzo y enorme valentía… en fin, vaya tema para tocar ahora tras la resaca navideña.. por favor cuídate mucho y tómate tiempo, no importa cuanto, lo importante es que te encuentres bien tras las tormentas que te toquen pasar .. por cierto ¡ qué joven está Bryan Ferry en este vídeo… me ha costado reconocerlo ; ) Un abrazo muy muy fuerte mi querido ...FantomasNINO ¿ ...? es que de súper héroes no ando muuy bien : )
ResponderEliminarBuenas tardes, MARÍA:
EliminarLa imagen de cabecera es del bienintencionado “El hombre enmascarado”, personaje del cómic yanqui. “Fantomas” es un criminal que nace en la novela folletinesca francesa. Tiene tanto ingenio como maldad. Lo que ocurre es que a principios de la década de los años 60, dentro de la reformación que acompañó a la “Contracultura”, “Fantomas” pasó a ser considerado un “antihéroe”. Reformulación que consolidó la saga cinematográfica en que lo interpreta un fascinante Jean Marais enfrentado al risorio Louis de Funès.
Disculpa esta digresión, amiga. Cada vez soy más dado a perder el hilo en las conversaciones.
La melancolía no es un rasgo que defina mi carácter personal; pero sí que es algo que comunica mi personalidad social. Soy alguien que puede parecer apasionante cuando cuenta su vida, pero decepciono al compartirla: no soy ese personaje ingenioso que otras fabulan. De forma ocasional me he aprovechado de esas fabulaciones ajenas, tentado por la curiosidad de ver cómo encajaba en esa gatera. Pero esa curiosidad acaba matando al gato.
El victimismo es un método de supervivencia; o, al menos, de adaptación a una realidad impuesta. De ahí la extensión social de las creencias supersticiosas o religiosas que nos escudan al culpar de nuestro “mal fario” a gatos negros o dioses blancos. No soy supersticioso ni religioso, la espiritualidad me es ajena: soy carnal y terrenal.
Y mejor dejo aquí mi canto a mí mismo: no soy Whitman, aunque tus palabras sean tan frescas como hojas de hierba, MARÍA.
UN ABRAZO CÁLIDO, COMPAÑERA.
Hola, Niño. Tu pasado pesa al tenerlo lleno de experiencias. Tu vida no está vacía. Besos!! 😘
ResponderEliminarHola, Maite:
EliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo, Maite.
Parece que empezamos todos el año de quejas.
ResponderEliminarBueno, aun quedan muchos meses para enderezarlo.
Salud
Hola, Erik:
EliminarY es que somos unos émulos de Otis Redding y su insuperable “They call me Mr. Pitiful, that's how I got my fame”.
Empezamos el año con voz propia (lo malo sería que el silencio se apropiara de nuestros días).
Un abrazo, Erik,
Te deseo un gran comienzo de año
ResponderEliminarsaludos desde una tarde de sol
¡Hola, Nino! La canción que, para mí, refleja mejor lo que significa Amar, con mayúscula, es Contigo, de Sabina. Tras leerte, no he podido evitar rememorarla y traer algo de ella:
ResponderEliminarYo no quiero domingos por la tarde
Yo no quiero columpio en el jardín
Lo que yo quiero, corazón cobarde
Es que mueras por mí
Y morirme contigo si te matas
(Y matarme contigo si te mueres)
Porque el amor cuando no muere mata
Porque amores que matan nunca mueren
Un abrazo!
Hola, David:
Eliminar¡Ah, la música! ¿Qué sería de nosotros sin esas canciones compuestas por otros para hablar de nosotros? Y, sin duda, Sabina es uno de los mejores compositores y letristas en español de los últimos 50 años. Su “Algunas veces vivo y otras veces la vida se me va con lo que escribo. Algunas veces busco un adjetivo, inspirado y posesivo, que te arañe el corazón. Luego arrojo mi mensaje, se lo lleva de equipaje una botella, al mar de tu incomprensión”. Es una estrofa que tarareo hasta el mareo y que ha inspirado a mi heterónimo para la escritura con dulzura sobre la soledad y su amargura. Incluso en mi rocanroleante adolescencia punki, mi corazoncito ya entonaba, entre sístoles y diástoles, su «Calle Melancolía».
¡Qué demasiaó, David, de ésta nos sacan en televisión!
Un gran abrazo, compañero.
Los sentimientos siempre andan tirando de nuestros cuerpos, para un lado, para el contrario... Esa valentía que comentas, ese "si se es fiel a sus sentimientos y siente que los días se hacen años junto a una persona, no puede evitar poner fin a su relación afectiva" es algo que casi nadie sabe manejar de manera correcta. Hace falta mucha valentía para mirarse al espejo sabiendo que ha tomado la decisión correcta, porque las decisiones correctas siempre dejan un poso de tristeza....
ResponderEliminarEs mejor ser una cometa, ¿verdad? No resistirse, ver donde nos lleva el viento... Cometas, no veletas ;)
Hola, Beauséant:
EliminarGracias por tu comentario sugerente:
Me identifico como un ser vivo en la mar, no en el espacio. Como un marinero obligado a hacer puerto en costas extrañas y frecuentadas por la mayoría. Como un Gulliver ensoñado que en realidad es un yahoo. Como un gijonés errante en los mares del destino. Pero el aire, el viento y los vendavales me ayudan a desplazarme, me acercan a litorales y provocan que me encalle.
Pobre de mí cuando me quedo callado. Pierdo gran parte de mi fuerza. La palabra es el cabello de este sansón. Quizá entonces miro al cielo y deseo ser una cometa sin cuerdas, un cuerpo celeste que desde el cielo se precipite en la mar.
Un abrazo cálido, Beauséant.