Hola, amable leyente:
Vuelvo a recuperar uno de mis “trabajos de amor
perdidos”. En este caso es «Hijos del paraiso», una nueva
traducción parcial del ensayo «Movieland: Hollywood and the Great American
Dream Culture»; obra escrita por el autor norteamericano Jerome Charyn en 1989 para la editorial
Putnam ©®. Mi transcripción de «Hijos del paraiso» apareció
recogida en la antología «Mestizo», publicada por el festival
lúdico gijonés “Semana Negra”.
A diferencia de la anterior traducción que publiqué
de manera dilatada, optaré por hacerlo con más brío. Creo que así soy fiel al
texto de de este capítulo, ya que su narración es continuada, no episódica como
en el caso de «El hombre de dos cabezas».
Confío en que te resulte amena la lectura de esta
traducción.
Gracias por tu atención.
Jerome
Charyn. Movieland. Chapter: “Children of Paradise”
Hijos
del paraíso I
París, octubre de 1987.
Una cuarta
parte de los cines franceses había cerrado.
Los
periódicos predecían que otro diez por ciento “moriría” antes del final del
año. Los cines, a lo largo del Boulevard Montparnase, parecían ciudades
fantasma. No había ninguna de las habituales filas de espera en el interior de
las puertas metálicas que formaban las fachadas de las salas. Veía a personas,
con aire extraviado, de vez en cuando; o en una fila no más larga que la cola
de un ratón. Algunos culpaban de la crisis a Canal Plus, la nueva cadena por
cable que emitía películas hasta pasada la medianoche.
Canal Plus…
Había
venido a París a trabajar en un cómic llamado «The Adventures of Billy Budd»,
sobre un joven recluta de la K.G.B., con poderes extrasensoriales. El camarada “Billy”
podía predecir la muerte y la destrucción, actuando como una especie de perro
policía. «…Billy Budd» era mi “film noir” en formato de tebeo. Pero todo
lo que parecía preocuparme era Canal Plus.
Tenía los
ojos rojos, de ver películas hasta la hora de las brujas (más allá de la una de
la madrugada). Seguía los otros canales también. Descubrí filmes
norteamericanos en “le petit écran”,
que nunca había visto en Estados Unidos.
«They
Won’t Forget»
(1937), con Claude Rains como el
ambicioso oficial sureño que inculpa a un profesor yanqui del asesinato de una atractiva
estudiante del Buxton Business College, (Lana
Turner en su primer papel que no consistió en pasearse delante de la
cámara). «Tres vidas de mujer» (1932), con Joan Blondell, Bette Davis y Ann Dvorak.
Si te apetece leer mi traducción anterior de un texto de Jerome Charyn, «El hombre de dos cabezas», éste es el enlace https://venyenloquece.blogspot.com/2022/10/el-hombre-de-dos-cabezas-i.html
ResponderEliminarInteresante tu proyecto de traducción, es un oficio muy importante.
ResponderEliminarY el material que elegís para traducir revela una cinefilia, lo cual aplaudo.
Parece muy actual el tema, suele atribuirse a los streaming la baja de espectadores en los cines.
Saludos.
Hola, Demiurgo:
EliminarAciertas: Cine, Música, Historieta y Literatura son mis grandes aficiones artísticas.
El "streaming" está afectando a la afluencia a las salas; pero ya mucho antes, desde mediados de los años 80, las distribuidoras y exhibidoras cinemátográficas comenzaron a maltratar a los espectadores con estrenos de películas con cientos de copias que impedían una oferta variada en las pantallas.
Un abrazo, amigo Demiurgo.
👍
ResponderEliminar¡Gracias, Erik!
Eliminar