Descanse en paz.
Sin su obra como director, productor, actor, montador y crítico cinematográfico, el Cine Francés y, por ende, el Europeo serían distintos. Menos incisivos, menos ambivalentes.
A diferencia de sus renombrados compañeros en el movimiento cultural Nouvelle Vague, Chabrol siempre centró su obra en la solidez de la extructura narrativa.
Frente a un Jean-Luc Godard empeñado en compartir sus espejismos llenos de arena y vehemencia, o un Francois Truffaut que acabó adoptando las premisas creativas que reprochaba en otros cuando a él le eran imposibles de abordar, Chabrol mantiene su impronta de Humanismo crítico en la casi totalidad de su obra.
Y es que, en un Mundo en el que lo cómodo es guarecerse al refugio de militancias aparentes, Claude Chabrol emprendió la búsqueda de la esencia del Individuo, de esa individualidad que nos iguala como especie.
"No existe una “Nueva Ola”, sólo existe el Mar", cuentan que dijo Chabrol.
Hasta que el Mar me encuentre, aquí seguiré bordeando su orilla.
Nino