Tanto
actores como realizadores no muestran ningún reparo para simultanear todo tipo
de género: El citado Reeves, fue
vaquero —Vivo para matarte (1968,
Camillo Bazzoni )— corsario —Morgan el
pirata (1961, André De Toth y Primo Zeglio)— o árabe —El ladrón
de Bagdad
(1961, Arthur Lubin y Bruno Vailati). Y qué decir de Jesús Franco, el director de lo mil seudónimos, quien alterna cine
familiar —Bésame, monstruo— con el erótico —Justine— sin que su pulso se resienta.
Y ésas fueron sólo dos de las siete películas que rodó en 1969.
Conviene
recordar que también en los países democráticos existen normas censoras, con lo
que muchas veces el vínculo de estas producciones con el movimiento
contracultural desaparece a tijeretazos, a la par que escenas incómodas o
subtramas indeseadas.
La
Contracultura goza a partir de la segunda mitad de los años 50 del trampolín
mediático de la Generación Beat, que con su popularidad posibilitará el
surgimiento de movimientos sociales como el Hippie o el Punk. Europa será el
territorio donde estas corrientes contraculturales alcanzarán mayor repercusión
—París, Mayo, 1968— y el cine de género será claro reflejo de su raigambre
social, poblando sus fantasías de personajes —El Zorro, Ursus o Fantômas— que
combaten a un Sistema que oprime al humilde.
Es quizás en este aspecto en el
que más se diferencia de los modelos yanquis que imita. Mientras que en EE. UU.
las películas inspiradas en la división clásica de géneros —Terror, Musical,
Western…— apenas cuentan con mercado desde comienzos de 1960, en El Viejo Continente
ocurre lo contrario. Acaso se encuentre la razón en el hecho de que ese cine,
al que muchos denostaron como de “subgéneros”, se desprende de los valores
autócratas o conservadores que trasmite Hollywood, para revestirse de una
intención desmitificadora, cuando no autoparódica, del concepto de “héroe” y de
crítica social.
Recursos creativos propios de sociedades como las europeas, que
aún tienen cicatrices resultantes de conflictos bélicos recientes de los que
resultaron un puñado de héroes y varios millones de víctimas.
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